Premios

Para Fundación ESRU es importante conocer y reconocer el trabajo y esfuerzo de jóvenes estudiantes de distintos niveles escolares y sociales, motivando a las nuevas generaciones para que se vuelvan propositivas y activas.

Por esta razón, se abrieron espacios de expresión en donde se reconoce, a través de premios, el trabajo, el talento y la creatividad de niños y jóvenes mexicanos. Han participado más de 31,049 niñas, niños y jóvenes mediante ensayos, dibujos, fotografías y videos sobre distintos temas de interés social.

 

ESRU Opina (CDMX)

Desde el año 2006, en conjunto con el Colegio de Bachilleres, Fundación ESRU realiza un concurso de escritura en el que pueden participar todos los alumnos de los 20 planteles de dicha institución. Se les invita a escribir un texto sobre distintos temas de su interés, entre los que han destacado textos autobiográficos. Este concurso fue creado para fomentar en los estudiantes de bachillerato el pensamiento crítico, así como el cuestionamiento del mundo que los rodea. Los primeros tres lugares de cada plantel reciben una laptop, una Tablet y un iPod, respectivamente; además, se selecciona a un ganador general del concurso, quien es premiado con un viaje a España.

A partir del 2016, conmemorando el décimo aniversario del concurso, se incluyó la convocatoria ESRU Opina-Profesores, dirigida a todos los docentes del Colegio de Bachilleres. Los textos participantes están relacionados con temas que buscan fortalecer el ejercicio pedagógico. Se otorgan 15 premios en efectivo a los cinco primeros, cinco segundos y cinco terceros lugares generales.

Ella es la ganadora del Premio ESRU “Opina 2018”:

Ver Fotos Textos ganadores

ESRU Opina 2007

Texto Ganador

Quetzal
Primer Lugar ESRU Opina 2007
La magia de América Latina

Hoy me he descubierto, he penetrado como cita Benedetti: “Las sábanas de alegre angustia. Esas que nos alejan del ser y del no ser, y que a su vez nos magnifican en un instante mágico, y algunas otras veces, también aterrador.

Yo no soy la niña adolescente de la cual mamá siempre se sintió orgullosa. Hoy me he rebelado y en mi rebeldí­a he descubierto ese mundo mágico e indeleble que guarda el silencio de un pasado añejo y casi perdido.

Me he descubierto y al descubrirme he descubierto cada parte de mí, como si el tiempo me hablara de lo que soy y de lo que no, como si reclamara de mí algo que no estaba segura de tener, pero que sabía que podí­a estar ahí­ escondido en algún lugar de mi universo espiritual, hasta darme cuenta que lo que en realidad buscaba, eran mis raíces. Esas que son más profundas que las de un árbol y más resistentes que alguna ideología, esas que me hablan del tiempo, como si el tiempo hubiese nacido ayer.

Del tiempo, todo: una poesí­a, un cuento, un sentimiento, un recuerdo oxidado.

Eso, lo abstracto, ahí­ donde se fecunda la inspiración conocedora de talentos y de virtudes, ahí­ donde Frida y Diego, donde Pablo Neruda y Gabriela Mistral encontraron el por qué de sus sueños e ilusiones, el por qué del Náhuatl y el Quechua.

Eso, lo mágico: la salsa cubana, el tango argentino, la mirada penetrante del poeta chileno y el escritor colombiano, el mariachi en la plaza, el vendedor de mercado.

Eso, lo terrible: la pobreza en las sierras, las culturas perdidas, los ¿por qué? sin respuesta, las palabras sin vida.

Me he descubierto en este mundo extraño y maravilloso de palabras con fuerza y paisajes de cuentos. Este, el nuevo mundo de los Mayas y los Aztecas, este mundo que renace fundido entre la cultura mexica y la cultura europea.

A mis diecisiete años me han encontrado el tiempo y el ocaso bendito de mi cultura, esta que no ha de ser otra más que la de sangre latinoamericana, esta sangre que hierve en el pecho y escribe en alma, esta sangre que descubre en su tierra el cultivo de historia y también la reclama.

Camino y medito, sueño y reclamo. Siempre creí que el camino era un sendero sin final, uno al cual no había que enfrentársele, porque este ya estaba conquistado. Creía en los pueblos remotos de aquellos libros escritos por aventureros que posiblemente habían entregado su vida y sus almas en la búsqueda de aquéllas fronteras imposibles, de aquellos mundos desconocidos llenos de oro y otros tesoros.

Con el tiempo te das cuenta que esa frontera no existe, que ese tesoro es más que un tributo de oro y un rasgo en la piel, te das cuenta que no fue Colón quien descubrió América y que los mayas cobijaron mucho antes esta tierra dorada. Con el tiempo uno aprende que el silencio que guarda esta tierra es de luto y que en sus campos se cosecha también el trigo y el arroz.

Hoy me he despertado. De ese sueño profundo en el que me mantení­a al fin ha muerto. Sólo el suspiro melancólico de esta tierra lo reclama y lo exime, como si lo amara apasionadamente a pesar de su olvido. Es esta la tierra vieja donde se cosecha la historia de mi pueblo y que pese a su dolor, mantiene viva la fuerza del ser y del crear.

Esta tierra que es fuerza y fantasía, esta tierra que funde la magia con la cultura y procrea la vida en una mínima esperanza. Esta tierra que el tiempo ha sabido guardar, que los escritores han sabido escuchar y los pintores han sabido entender. Esta tierra que es la madre y de ella, nosotros sus hijos. Estos, los hijos de bronce, los revolucionarios que hemos de ser la semilla que le da luz al opaco sentir de mi madre Latinoamérica, la india de la que siempre me sentiré orgullosa y que nunca he de olvidar, porque de ella conservo mis sueños y mi fe, mi amor a su literatura, a sus artes y mis ganas de ser. Ese ser que Vasconselos apenas pudo descubrir y que Octavio Paz siempre disfrazó en un poema.

He revisado minuciosamente cada parte de mí­, buscando el yo que me hable de ella, descifrando el por qué de mis ojos café y mi piel casi morena; he revisado cada parte de mí­, como si fuese yo el libro donde se escribiese la historia, entendiendo mi belleza como un pintor entiende su obra. Tal vez, no sé, fuese Botero quien pintara mis pantorrillas y Siqueiros mi memoria, es que mi alma está aquí, en América Latina; esa mujer que cobija la inspiraciín de poetas y pintores, de artesanos, de revolucionarios y escritores; esta, la mujer del cuerpo perfecto, la de ojos de selva y labios de río; esta la artesana que crea praderas, esculpe montañas y reinventa fronteras.

He revisado cada parte de mí­, escuchando en mi corazón el fuerte rugido del jaguar y el canto romántico del cenzontle; escribiendo sobre mis manos con la tinta del poeta uruguayo, soñando con despertar de pronto en Rí­o de Janeiro para bailar, y bailar al son de la samba; he imaginado en mi cuarto limpio de fantasías, el amanecer en la gran montaña inca, rodeada de vestigios artesanales y costumbres distantes a las mí­as, me he imaginado sentada en los cafetales colombianos, en las playas mexicanas y en los sueños de algún poeta vagabundo. Me he imaginado en tantos y tantos lugares de esta mi tierra latinoamericana, que podrí­a decir sin temor a dudar, que la siento en mi cuerpo fundida y junto con ella fundida también su soledad. Esta, la soledad de Octavio Paz, la soledad concebida como un germen producto del ser mismo a la que él simplemente llamó: El hecho más profundo de la condición humana.

Miles han sido ya los que azorados han contemplado el crecer cotidiano de la tierra nueva, ésta que ha de ser la joven más joven entre todas aquellas quimeras que el mundo viejo jamás vio nacer, este sueño tan real que deslumbró al mismo Magallanes y que fuera el fruto del hambre perversa de la soledad, esa soledad romántica y brutal de la que el hombre latinoamericano fuera dueño absoluto, este sueño del cual hoy yo me he despertado y en el cual también he descubierto, este sueño que fue de Márquez y Neruda y de muchos otros, que como a mí, el tiempo también los reclamara para cobijarse con su poesí­a y entender que en esta América Latina, el que no sueña, no existe.

Recuerdo una mañana de escuela, mientras el profesor de filosofí­a daba su clase, pidió a uno de mis compañeros que leyera uno de los párrafos que un día antes dejara de tarea; él se levantó y leyó lo que fuera para mí­, y tal vez para muchos en esa clase, el comienzo fortuito de un despertar clandestino, que permaneciera ahí hasta ser descubierto. Él leyó:

“Me siento patriota de Latinoamérica, de cualquier paí­s de Latinoamérica, como el que más y en el momento en el que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie”.

En el transcurso de la clase supe que quien habí­a escrito tan inspirador pensamiento, habí­a sido muerto con la pasión de sus ideales en las manos y que otros como él, también los llevaban consigo.

Que no se trataba solamente de una imagen estampada en un concierto masivo o en una protesta en alguna pancarta estudiantil, el Ché Guevara era eso y mucho más, era el hombre latinoamericano que había de entregar la vida por esta su tierra, olvidándose primero de él mismo, pero recordando siempre que detrás de él, muchos habí­an muerto ya.

Poco entiendo de revoluciones, pues la única que yo he vivido ha sido la que me ha heredado la poesí­a, la música y el dolor ajeno de la represión, tal vez por eso es que entiendo a esta América Latina cuando se rebela, cuando dentro de ella se despierta aquel guerrero escondido que alguna vez fue dueño de todo y de todos, ese guerrero que sostiene en las manos el dolor que las espinas de los dictadores han dejado, tal vez por eso es que entiendo a Fidel Castro y admiro a Francisco Villa, tal vez por eso leo a Gabriel Garcí­a Márquez y sueño con las letras de Juan Rulfo.

En la noche del 11 al 12 de octubre de 1542, el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito esperado: “¡Tierra!”.

Esa noche, los dos mundos (el viejo y el nuevo) habrí­an de abrazarse en un instante y para toda la eternidad. Este fue apenas el comienzo de la gran historia, aún más grande y más apasionante que alguna otra que escribiera Homero, más dramática y romántica que alguna otra que escribiera William Shakespeare. Ésta en definitiva sería la más grande historia contada por el hombre; esa historia, la de los hombres rodeados de oro y montañas de piedra, la de los rí­os inmensos que atraviesan la jungla con el canto de aves majestuosas y animales increíbles, la de los hombres con lanzas y espaldas de pluma. Ahora se empezarí­a a contar por el mundo entero, el dí­a que el hombre rubio se encontró con el dios Azteca, el dí­a que el Náhuatl empezó a ser español y que en el rostro del poeta caribeño se empezara a escribir también el rostro de América Latina.

Alguna vez un escritor cubano de nombre Alejo Carpentier escribió: “Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados”. Este es mi mundo, el mundo de América Latina, éste donde yo no decidí­ nacer pero del cual me siento muy orgullosa, este donde se escucha la mañana en los jardines de primavera, y se puede remar al fin del mundo en algún lugar de la Patagonia.

A mis diecisiete años me gustaría desentrañar el atardecer inmenso del monte chiapaneco, probar cacao, cruzar el Suchiate y emprender la búsqueda del tesoro perdido. A mis diecisiete años me gustarí­a enamorarme en alguna playa escondida, enamorarme del suelo de esta tierra y del esplendor de su luna.

A mis diecisiete años he comprendido que soy más morena del alma y que mi color es el linaje de los reyes aztecas, he también aprendido a amar a esta tierra donde se cuece la sangre de los poetas y donde brilla la gente con sus cultura, aprendí­ sobre todo que Brasil no está muy lejos de Cuba y que la distancia no es más que un simple pretexto.

Somos latinoamericanos, no por el hecho de sabernos aquí, sino porque es aquí­ donde se encuentra el enterrado yo, ese yo profundo que es poesía y Caribe, ese yo que nos lleva de la mano a imaginarnos en tierras distantes en algún lugar de Sudamérica, ese yo que el novelista español intentó seducir, ese yo que no entiende de capitalismo o de socialismo, ese yo que escribe Cien años de soledad, ese yo Botero, ese yo Fidel Castro, ese yo Octavio Paz, ese yo que es más profundo que un poema de Benedetti, ese yo que en este gran rincón del planeta, este mundo mágico donde he conocido a mis mejores amigos, donde han crecido mis padres y muerto mis ancestros, ese mundo donde el yo ha conspirado con el saber que se hace cada día más añejo y que caracteriza al enorme latinoamericano en el mundo viejo y el mundo joven.

Hamlet se cuestionó “¿ser o no ser?”. Estoy más que segura que ser es para mí­ creer, bailar, soñar, sentir, en un pequeño gran rincón el planeta llamado Latinoamérica, donde las fronteras culturales no existen y el tiempo ha de reclamar a sus poetas y pintores; donde el no ser es el negarse un café por la mañana, un libro por la tarde y un sueño que dure toda la vida. ¿Ser o no ser? La pregunta del dí­a, tal vez del año, incluso también de toda la vida; ese cuestionamiento que nos lleva a filosofar sobre nuestra existencia en este lugar, “el paraíso”, y adentrarnos a lo profundo de los recuerdos bíblicos de la infancia, donde Adán y Eva convivieron en un lugar como este, y que como nosotros, cometieron el mismo pecado, comer de ese árbol prohibido al cual yo me atrevería a llamar política. Pero claro, a diferencia de Adán o Eva, nosotros no fuimos expulsados de este hermoso y también glorioso paraí­so, nuestro castigo es aún más complejo que ese, y ese castigo es sin lugar a dudas, las dictaduras, la pobreza, los sueños de aquellos que también se rompen pero no dejan de existir, esos sueños que no piensan y que nos llevan a entender que Descartes pudo también estar equivocado (“pienso, luego existo”).

Alguna vez cuando era niña, mi papá me contó la historia más increí­ble que jamás había escuchado, una historia aún más conmovedora que alguna otra que algún escritor inglés o español hayan escrito jamás. Él me contó la historia de mi pueblo, este que me hace escribir sin detenerme, este que me conmueve y me abraza en un instante de locura intelectual, al cual tal vez, todos estemos condenados a vivir en este pequeño gran rincón del universo.

De América Latina, todo: sus poemas, sus pinturas, el sueño y la melancolí­a que han de desbordar la fantasía de su gente, de sus praderas y sus montañas, del inmenso mar que la rodea y donde también se pesca la magia.

Esa, la magia de Borges y Neruda, la magia de aquellos muchos que no se ven pero existen, aquellos nosotros los latinoamericanos, los hijos de bronce y de barro, los chilenos, argentinos y mexicanos, aquellos tantos de la Habana, aquellos, todos de esta tierra; la de América Latina.

Escritores, estudiantes y muchos otros que somos y formamos parte de América Latina nos hemos descubierto, y el hecho más profundo de descubrirse reside en el quién somos y hacia dónde nos dirigimos.

Este es nuestro hogar y nuestro tiempo, el tiempo de la reflexión y el entendimiento, el tiempo del mundo nuevo que ya se está envejeciendo y que su vejez está cubierta con el más grande tesoro que hoy resguarda nuestra educación. Sembremos ahora más que nunca el coraje, el amor y el respeto en esta tierra, ésta que algún dí­a habrá de reclamar a nuestros hijos como lo hace con nosotros. Cuidemos nuestros mares, escuchemos nuestros rí­os, amemos nuestras letras, enraicemos en cada rincón de esta tierra nuestra libertad, porque ahí es también donde reside la magia de América Latina, nuestra América Latina.

“Porque ninguna lágrima rescata nunca el mundo que se pierde
ni el sueño que se desvanece”.

 

ESRU Opina - 2007

Reseña de Viaje a España

Juana de Ibarbourou.
Virginia Denise Aguirre Estrada
Ganador Esru Opina 2007.

Good morning Madrid, buenas noches México. Llegamos un domingo al aeropuerto de barajas, el frí­o se colaba en cada rincón del equipaje donde cargaba aquel día todos mis sueños, el hombre que nos recibió; un hombre alto y de una calvicie avanzada por los genes españoles nos llevó al hotel si no hacer el recorrido obligado por la ciudad de las catedrales, de las historias aquellas que le habían dado la vida y pasión a cada una de las calles y avenidas que más tarde recorreríamos.

Desde el hotel se podía apreciar la majestuosidad del que hasta el momento habí­a sido para mí­ una fantasí­a, el palacio real donde como en los cuentos de hadas tení­a fachadas impresionantes fue el pretexto perfecto para dejar grabado en mi memoria y en mi corazón una sonrisa.

Good afternoon Madrid, buenos dí­as México, buenos días México. Las calles estrechas y empedradas parecí­an dibujadas por algún pintor impresionista, eran las seis de la tarde y el sol aun golpeaba Madrid con ese halo de melancolí­a que bien podía ser el motivo de inspiración de Dalí­ o Picasso y que nos cobijaba frente al monumento de Cervantes como si el quijote nos empapara de letras para contarnos la historia de su pueblo.

Good Night Madrid, buenas tardes México. En el fondo pude escuchar una guitarra que le robaba la noche a los sonidos periféricos para fundirla con canciones de Sabina, caminamos hasta muy tarde mezclándonos cada rostro y cada sonido que emanaba aquella ciudad. La puerta de Alcalá dejaba de ser una postal lejana y tomaba parte ahora de mis recuerdos; no recuerdo haber sentido cansancio aquel dí­a, todo me pareció maravilloso.

Fue así­ como conocí­ España, sus lugares mágicos que retratan la historia y conmueven la mirada del viajero, me reinvente con Toledo, Granada, Sevilla. Tierra de toreros y caballeros de hierro, España resulta ser el lugar ideal para entender nuestra cultura, aquella que muchos siglos atrás se fundieran las nostálgicas tardes madrileñas y que dejara huella no solo en mis recuerdos si no en cada uno de aquellos que como han podido ser testigos de la impresionante historia de la Europa occidental.

Good bye Madrid, buenas noches México.

Atizapán México. 8 marzo 08.

ESRU Opina 2008

Texto Ganador

Danona
Primer Lugar ESRU Opina 2008

¿Cruzarías la frontera del paí­s?
Aunque soy muy joven y algunos crean que no estoy muy al tanto de esta situación, se equivocan. No crean que los adolescentes sólo estamos al tiro de la música, de nuestro aspecto o del qué dirán.

Lamento informarles que también nos preocupa nuestro país, nuestro futuro, nuestra gente. ¿Qué si cruzaría la frontera del paí­s?… aún no lo sé, sólo sé que la falta de empleo y dinero nos está llevando al hoyo.

Qué solo con decir que aquí­ “no pasa nada” y que “Échale ganas para que seas alguien de provecho”, son sólo palabras y más palabras que el viento se lleva, que aunque te esmeres en lo que haces y trates de ser el mejor estudiante, todo tu esfuerzo se vaya por la borda; aunque no en todos los casos pasa esto: unos por suerte y otros porque se pudren en dinero ¿o no? Creen que es justo que un hombre especializado en medicina esté de taxista, o una mujer que estudió para abogada esté de demostradora en un centro comercial o peor, desempleada (o), pero esto no es falta de empleo, es falta de “huevos” de no querer admitir a gente brillante, trabajadora y capaz de hacer las cosas. Qué fácil para toda esa bola de malditos admitir a gente con dinero, o peor tantito a los niños (as) bonitos para que les “aflojen” las nalgas. Para tener una buena presentación en la empresa no admiten a gente que no tenga las medidas perfectas, cuando el puesto es nada más para recepcionista y no de modelo, hasta parece chiste, pero es la discriminación que ha sufrido mucha gente y ni hablar de los que ya pasaron de los 30 años, ahora resulta que ellos ya no son capaces de hacer el trabajo como uno de 20, y todavía se atreven a preguntar ¿por qué se van de “mojados”? ¿Por qué dejan a sus familias desamparadas?

Siento una gran impotencia al ver que toda clase de mierda está en puestos importantes, cuando gente preparada está rascándole duro para llevarle el pan a su gente y cuando esto no alcanza para sostenerse, deciden arriesgar su vida por el anhelado “sueño americano”, para que su familia ya no pase hambre ni carencias y todo para qué; para que los llamados “polleros” los dejen a medio camino, ah, pero eso sí­, que les den “baje” con su dinero que a duras penas lo juntaron, o que la migra te agarre a medio camino y aparte de todo les suelten unos buenos trancazos y si logran pasar que los putos “gringos”, los traten como animales, que los humillen y exploten. Y todavía quieren que les beses los pies y los veneres como “amados y honorables señores”, cuando debería ser al revés pues sin gente trabajadora y chingona como nosotros, sus famosos cultivos de algodón se irían al carajo. Pero lo bueno es que este paí­s está progresando, imagí­nense que no ¿eh?, ¿este es el paí­s que nos dejan a todos los jóvenes?, ¿este va a seguir siendo el futuro de México?, ¿el desempleo va a seguir cobrando vidas de personas que desean salir adelante?

Híjole, pasa cada cosa, que basta con ver un dí­a a López Dóriga o a Javier Alatorre para darse cuenta de las cosas por las que pasan nuestros paisanos, simplemente si se suscita algún homicidio o asalto y en este se encuentran involucrados un gringo y un mexicano. Ni pensarlo dos veces, el mexicano tiene todas las de perder, o les dan cadena perpetua o de plano los condenan a muerte aunque intervenga la justicia mexicana y el Vaticano pida clemencia.

Ah, pero no fuera al contrario. Aquí­ en nuestro paí­s, sí­ pueden venir los famosos “spring breakers” con el pretexto de que ellos traen dólares tienen todo el derecho de hacer y deshacer, cometer abusos de todo tipo y hasta los pasan en cadena nacional para que los veamos como héroes y todavía el mundo trata de imitarlos.

Ojalá y realmente se hiciera realidad el famoso argumento del cineasta Alfonso Arau en “Un día sin mexicanos”, pero no nada más sin mexicanos, deberí­a ser “un día sin latinos”, porque gracias a toda la fuerza latina que vive y trabaja en ese paí­s del norte y que está compuesta en su mayoría por gente joven, con energía y que realiza su trabajo con calidad y productividad, es por eso que ese paí­s ha logrado colocarse como la primera potencia económica a nivel mundial.

Serí­a lo ideal que todo ese dinero que el gobierno de Estados Unidos piensa invertir en la dichosa instalación de cámaras a lo largo de la frontera, se utilizara para fines que realmente beneficien al mundo. A mí­ en lo personal me gustarí­a que se invirtiera en la investigación y cura de enfermedades como el cáncer o el sida. Pero bueno eso ni al caso, creo que nadie me lo preguntó.

Bueno, si hablamos de discriminación, no hay que ir tan lejos. Aquí­ mismo en nuestro México se da en su máxima expresión, pues simplemente a los chilangos no nos aceptan en la mayor parte de los estados. Alguna vez oí­ que en Tijuana pintan en las bardas “quieres hacerle un favor a tu patria, ¡mata un chilango!”. Esas sí son fregaderas, por eso nuestro paí­s no progresa, porque nosotros mismos nos ponemos fronteras, entramos en falsas rivalidades y no podemos ver que el vecino progrese porque ya le estamos tirando mala onda.

Si esto va a seguir, tendré que decir sí­ a la pregunta ¿Qué si cruzaría la frontera del país?, pero primero tendrí­a que aprender a nadar para cruzar el rí­o, practicar a guardar aire para cuando me oculten en un camión, juntar todos mis “domingos” para que un “pollero” me haga la caridad de pasarme y que se tiente el corazón de no abandonarme y dejarme en medio de la nada y desde ahorita hacer mis reservas de agua para no deshidratarme en el camino, irme bien peinadita por si salgo en el internet vigilada por las cámaras de video que hasta donde yo sé, instalarán a lo largo del rí­o grande y ya de paso, aprovechar para saludar a toda mi “prole”, ¡ah! Y a practicar el salto con garrocha para que sin problema alguno logre pasar su estúpido “muro de la vergüenza”, que es sin duda un claro ejemplo de lo que es la violación de los derechos humanos. No se crean, no es muy tentador y llamativo, pero como van las cosas en mi paí­s, tendré que prepararme. Pero desde mi punto de vista, ni su muro ni otro tipo de límites darán una solución al problema migratorio.

O qué tal si junto una buena lana y tramito la dichosa visa, aunque eso tardaría años y felices días porque hay que juntar hasta para la llamada y qué tal, luego, pagar la famosa entrevista y suéltale un choro al entrevistador y presenta casi, casi, tu “pedigreeâ” para ver si consigues que te acepten de visitante en el dichoso paí­s del norte.

¿Pero si llego derechito con todo y papeles? Para empezar tengo que aprender inglés porque de otra manera no me puedo dar a entender, bueno al menos de hambre no me voy a morir porque si algo abunda son los hot dogs y hamburguesas, ¡gran contribución gastronómica ¿eh?! Además ya estando ahí­, de perdis me voy a Disneylandia y me tomo una foto con Mickey Mouse y Minnie.

Aunque hay algo bueno que me gustaría mencionar y es que gracias a la gran cantidad de migrantes en Estados Unidos, nuestro país fortalece su economí­a, ya que no podemos olvidar que el dinero que nuestros paisanos ganan, gran parte lo enví­an a sus familias y eso sirve para el sustento de las mismas.

Y pensándolo bien, esa no es la única frontera que se puede atravesar, aunque sí­ la más famosa, al menos para los mexicanos, pero vámonos para el otro lado, si cruzo la frontera de Guatemala, esa es la más fácil, todos nos parecemos, hasta hablamos el mismo idioma, pero y ahí­ como que a qué voy, todos sabemos que los pobres guatemaltecos están peor que nosotros, ya ven que hasta ellos prefieren pasarse para acá, porque ya estando en territorio mexicano, el paso para Estados Unidos es mucho más fácil, pero bueno, esto no sólo lo hacen los guatemaltecos, realmente es el paso para miles de centroamericanos que aspiran a una mejor calidad de vida.

Pero si fuera un “México con empleo y sin carencias”, uff, de la que me salvaría, de taruga cruzarí­a el “charco”.

Qué darí­a por toda la gente que sufre o muere intentándolo, sé que es sólo un “sueño guajiro” y bien dicen que los sueños son sólo eso, sueños y nada más.

Como dicen los polí­ticos, una gran solución serí­a que los gobiernos de México y Estados Unidos buscaran mecanismos reales que aseguren el cruce de mexicanos de forma legal y respetando los derechos que todo ser humano debe tener (perdón es sólo un sueño, ya lo olvidaba).

Aunque aquí­ no todo es malo. Nosotros los mexicanos somos un paí­s afortunado, porque a diferencia de otros, nosotros sí­ tenemos una cultura propia, tenemos raí­ces, tenemos historia; contamos con desiertos, mares, montañas, rí­os, lagos, etc. Podemos disfrutar de todo tipo de climas, una extensa flora y fauna, una rica y variada gastronomía y muchas, pero muchas cosas más.

Vamos a sumarle más cosas buenas a nuestro paí­s: que hay trabajo para quien sabe buscarlo, tenemos educación libre y gratuita para quien realmente desea estudiar y no olvidemos que la Universidad Nacional Autónoma de México está considerada como una de las mejores de toda América Latina, capaz de competir a nivel mundial.

Además tenemos libertad de culto y por qué no, de repente también la libertad de expresión, digo, en ciertos temas y la mayoría son temas morbosos ¿no?, pues le dan más importancia a la “madrina” que le dieron a “Fabiruchis”, que si las nalgas de Latin Lover son operadas o que si a Niurka le llenan el famoso “tanque”, ay no, me cae que están para llorar. A ver, qué harí­an si un dí­a les dijeran: Una niña linda y simpática de 16 años (o sea yo, pero modesta aparte de todo) va a cruzar la frontera sola y con miedo a morir, obviamente no arriesgarían su vida por la mí­a ¿verdad que no?, pero qué tal si fuera Thalía o Gabriel Soto, ahí sí­ se apuntan o lo peor del caso es que le dan el beneficio de la duda ¿o miento? Eso es lo que pasa con nosotros. Que no queremos ver hacia abajo y lo que pasa a nuestro alrededor, creyendo todas las mentiras que nos dicen, que “nuestro país va para adelante”, y ¿cómo va para adelante, si nosotros nos hemos quedado estancados en lo mismo? Sin embargo insisto en preguntar ¿a qué le tenemos miedo?, ¿a progresar?, ¿a ser mejores cada día? Necesito respuestas, para saber el por qué dejar que México se vaya hundiendo poco a poco, ¿va a seguir siendo el prospecto de vida que quieren para todos nosotros?, ¿esto va a ser el futuro de México? Entonces desde ahorita tendremos que resignarnos a que si no tenemos suerte, arriesgaremos la vida para intentar cruzar la frontera del paí­s a pesar de tener sueños y metas sin cumplir.

A pesar de esto, yo no pierdo la esperanza de que algún dí­a no muy lejano haya más oportunidades, trabajos bien pagados, democracia, honestidad, respeto y por favor NO MÁS DISCRIMINACIÓN, a toda esa gente que no llega a un estatus económico alto, que no es fí­sicamente atractivo o que tiene capacidades diferentes.

Pero en lo que llega a suceder esto, yo seguiré estudiando, superándome en todos los aspectos; enriqueciéndome de conocimientos, ayudar a los que me necesiten y aportar un granito de arena a mi país y, una última cosa, quiero agradecer el espacio que nos dan para opinar a nosotros los jóvenes de lo que pensamos y sentimos. ¡HASTA PRONTO!

ESRU Opina - 2008

Reseña de Viaje a España

Tania Carolina Agis Rosas
Ganador Premio Opina 2008

Premiación ESRU Opina 2008

Evento, año, experiencia gloria

Reconocimiento al pensamiento crí­tico de la juventud, oportunidad de externar libremente nuestras ideas, preocupaciones, sueños y propuestas sin represión; esto fue, es y será Fundación ESRU, a la cual le estoy enormemente agradecida por alentarme a seguir luchando por mis ideales, por dejar claro en la conciencia de la sociedad que nuestro lí­mite es el cielo por dejarme claro que mis líneas tienen valor

Primera parada:

Madrid, España

Experiencia inolvidable, a mis 17 años mis pies se postraban en tierras madrileñas, mi corazón de tanta dicha estaba a punto de salir del pecho mis ojos, maravillados ante la belleza que dicho paí­s me regalaba y mis entrañas hambrientas de ir por más.

Cruzarí­as la frontera del paí­s?; escrito que me hizo acreedora de dicho viaje, tinta y papel que se transformó en realidad aunado a una máxima evolución para convertirse en: CRUCÉ EL OCÉANO ATLÁNTICO.

Infinidad de lugares llenos de historia, belleza cultura.

Episodio que marcará hasta el último de mis dí­as como una de tantas glorias que ansí­o alcanzar.

Actualmente, con 24 años de edad me encuentro estudiando y amando dí­a tras dí­a el labor de la Pedagogía, no olvidando una de mis pasiones escribir. He tenido la oportunidad de participar en eventos de ésta í­ndole en la Universidad que me encuentro teniendo como recompensa a mi ser, seguir obteniendo logros.

Gracias Fundación ESRU, por la experiencia tan grata que a una adolescente tras sus lí­neas le hicieron sentir gracias por ser uno de mis platillos con sinónimo de hambre de ir por más, infinitas gracias por seguir tomando en cuenta las líneas de una terrenal que desea seguir luchando por un cielo vivencial.

ESRU Opina 2009

Texto Ganador

Alan Guerrero de Bernardo
Primer Lugar ESRU Opina 2009
Fuegos fatuos

Si llegan a leer esto, no me crean, son mentiras, mentiras que acaso pugnan por convertirse en verdades o peor aún, verdades que pugnan por convertirse en mentiras para no ser vituperadas por la realidad. Y bajo esos cánones es como de mi puño y letra formo frases que matan, destrozan, repugnan pero que a su vez, dan sin querer, un aliento de esperanza a aquéllos, quienes como yo, han vagado en este inframundo terrenal.

Nací un 11 de septiembre de 1990 de un matrimonio consumado a los dos años de mi nacimiento, crecí­ al lado de mi mamá y mi hermano cuatro años mayor que yo; creo, todo empieza en el kí­nder con un sentimiento no muy claro hasta ese momento, disfrazado con risas, bromas, chistes propios de un niño a la edad de cinco años, recordando cómo ingenuamente sentía ese sentimiento extraño hacia personas de mi mismo sexo, en esa etapa de mi vida las cosas no serían claras, y para mi mala suerte no lo serí­an por un buen tiempo. Sintiéndome confundido con mis sentimientos de no saber cómo controlar lo que sentía, llegó una experiencia a mi vida que hizo más confusa mi existencia en este mundo, una transgresión a mi cuerpo o como más comúnmente es llamado, una “violación”, pero más que una violación a mi cuerpo, fue a mi alma, esas heridas son las más difíciles de curar, sin duda fue algo que me marcó, creo que fue difí­cil comprender para mí­ ya que fue alguien muy cercano a la familia de parte de mi padre, y aún más difícil ya que nunca comenté a nadie el hecho que me marcaría por el resto de mi vida, desde ese momento hubiera parecido como si me hubiera casado con la tristeza y que mi amante fuera la soledad.

Caminando en este mundo, muerto por dentro, entré a la pubertad (una etapa de cambios continuos, no sólo fí­sicos sino mentales), inmerso en mares de tristeza me fui desviando hacia un camino de promiscuidad. A mis doce años tuve mi primer encuentro consensual con un amigo de secundaria, haciéndolo sólo por mera calentura (placer sexual), comprendí­ que en mi vida tendría una preferencia sexual diferente a la de la mayorí­a de la gente; con esto no quiero que piensen que cuando mi vida se desvió a la depravación fue por el hecho de ser gay, sino por cómo llevaría mi vida sexual de esa etapa de mi vida en adelante.

Después de mi amigo vendrían a mi vida muchos más hombres, pero sólo de paso, era como pensar que mi cuerpo (mi templo) fuera como un motel, sólo de entrada por salida, conocí­a a estos hombres en fiestas, en reuniones, en la calle, en el metro, o páginas en internet; fue así como mi vida se fue involucrando sutilmente en un mundo en el cual el sexo sin lí­mites fuera como una ley divina. Al principio pensé que tener sexo sin control era divertido y que lo hacía para tener una satisfacción sexual, pero después, conforme pasaba el tiempo y los hombres en mi vida, me daba cuenta que al entregarme a los placeres carnales, querí­a encontrar respuestas a mis interrogantes, llenar un vací­o que nunca llené ni llenarí­a. Me volví­ ninfómano. Recuerdo aquéllas veces en las cuales conocí­a a los hombres en la calle o en vagones traseros del metro, ellos sólo tení­an que darme una señal fí­sica con la que ellos demostraban a su vez que querí­an tener sexo; y generalmente esa señal era tocarse su miembro erecto sobre la ropa que llevaran puesta. Llegué a un punto en el cual no me llegaba a importar con quién, cómo, cuándo y en dónde lo hiciera, el chiste de esto era tener sexo, sólo eso. Hubo ocasiones en las cuales me levantaba a media noche con un deseo incontrolable de copular y salir a la calle sin importarme los riesgos inminentes que habí­a, hubo y habrá en la misma. Yo no buscaba a una persona, buscaba un pene y lo peor de todo es que siempre, de una u otra forma lo encontraba. Quizá era cuestión de tiempo para que mi cuerpo y mi culo se volvieran de alquiler. Al final de cada acto sexual siempre me sentía igual o peor de cuando empecé, con un vací­o en mi interior y tal vez es ilógico pensar cómo podemos sentirnos más vacíos en el vací­o, pues así­ yo.

Hay veces en la vida del ser humano en las cuales se siente que se ha tocado fondo. Recuerdo con tristeza una de tantas ocasiones en la cual conocí a uno de los tantos hombres que estuvieron de paso por mi vida. Hombre caucásico, complexión media, 35 años, ingeniero civil, esposo y padre de dos hijas. Lo conocí­ un día de tantos que caminaba por la calle; lo vi adentro de su coche, Él me miró, escrutándome con su mirada de pies a cabeza; por mi parte, yo lo miraba con una mirada de deseo, mordiéndome los labios con un cierto coqueteo; por fin sin más ni más, hizo una señal con su mano con la cual me invitaba a subir al coche; arrancamos, fuimos directo a un motel. Durante el trayecto me contó sobre su vida, bueno las pocas cosas que ya he comentado anteriormente; al entrar al cuarto del motel el ambiente era frío, mi respiración apresurada a pesar de que ya lo había hecho anteriormente, parecí­a como si fuera mi primera vez; era como si mi yo interior se dividiera en dos, una parte de mi me pedí­a a gritos desesperados hacerle una felación a aquel hombre desnudo en la cama, pero otra, muy dentro de mí, casi como un murmullo, me imploraba detenerme en el acto y salir corriendo de ese lugar donde en la atmósfera sólo se respiraba un olor casi imperceptible de (fuegos fatuos), un olor a podredumbre; quizá mi subconsciente me hací­a oler, pensar y ver cosas que no existían. Al final del acto sexual él me observó con una mirada fija, como si fuera un objeto inerte en la cama y sólo se limitó a decirme cuánto era por mis servicios; fue ése, uno de los momentos de mi vida en los que sentí­ tocar fondo, me encerré en el baño del motel, me miré al espejo y lo encontré vacío, una gota de conciencia había caí­do en mi alma, pero era como si fuera un tí­tere de mis pesadillas, no tení­a voluntad propia y es ahí­ cuando te das cuenta que una parte de tu alma ha muerto.

Así­ como ésta, hay muchas historias de las cuales en el presente sólo me queda el recuerdo y algo más que sólo eso.

Buscando consciente e inconscientemente algo que me detuviera, para ya no seguir haciéndome daño a mí mismo, un freno que detuviera al monstruo que habitaba en mí­, rogaba a dios morirme, creo que nunca tuve el valor para suicidarme, aún entre mis sueños rotos y los escombros de mi alma, sé que todavía habí­a un poquito de aquél Alan que sonreí­a y que añoraba un mañana. Mis suplicas fueron escuchadas y fue esta una nueva etapa en la que mi vida dio por completo un giro de trescientos sesenta grados.

La vida seguí­a y yo caminaba como un fantasma en este valle de sombras. El 14 de mayo del 2008 fui diagnosticado como portador de VIH (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Ese se podrí­a decir que fue el día en que volví­ a nacer, por alguna extraña razón que ni yo mismo logro descifrar, esta noticia le dio una paz interior a mi ser, ya me esperaba ese resultado, lo que no esperaba era la reacción de mi familia ante tal noticia.

Caí­ en cama por la baja de defensas que tení­a en mi cuerpo, mi carga viral estaba por debajo de los 80 y una persona saludable se encuentra normalmente arriba de los 200. Empecé a adelgazar sin medida, me agotaba con cualquier esfuerzo, mi piel se resecaba. Ya para ese entonces mi mirada habí­a perdido por completo su brillo y cualquier signo de esperanza, era como si mi cuerpo se estuviera marchitando. Habí­a llegado la hora de enfrentar a mi familia y de esperar lo que viniera. Para mi sorpresa, mi familia fue un pilar en esta etapa de mi vida, ya que al saber de mi enfermedad, me apoyó incondicionalmente sin prejuicios. Mi mamá estuvo ahí­ en aquéllos momentos en los cuales creí­ estar tan cerca de la muerte, que casi podí­a oler su aroma fúnebre. Me tardé cuatro meses en recuperar fuerzas y volver a la escuela; un semestre fue el que perdí­ pero la vida seguía. Hay tantas veces que me pregunto por qué el ser humano reacciona ante la vida cuando ya está en el fondo, a veces cuando ya es demasiado tarde. Hasta ese momento creo que lo único que había hecho era quejarme de la vida, pero hay cosas que te tocan el alma y que te hacen cambiar tu percepción de la vida, como conocer a la gente que padece la misma enfermedad que yo, personas iguales a mí­, con otro nombre, otra historia que contar, como aquellos niños sentados con gran pesadez ante la vida, pero con una mirada inmensamente inocente al preguntarse por qué ellos tenían al igual que yo, una niñez quebrantada por la inmundicia de la perversión y la lujuria, o como aquellas mujeres amas de casa que su único pecado fue ser fieles. Sin duda ese tipo de experiencias me hicieron ver que no era el único que sufrí­a y que si ellos habí­an logrado vencer la adversidad, a pesar del amargo pasado que había detrás de ellos, me hicieron pensar que no estaba todo perdido en mi vida y que quizá con un poco de suerte volverí­a a encontrarme a mí­ mismo, qué más da lo que fue frente a lo que vendrá.

La vida comenzaba a tomar sentido; forma, y yo seguí­a caminando, pero ya no como una sombra sino como alguien que a pesar de las heridas expuestas sigue en pie; me di cuenta de que con quien de verdad debí­a enfrentarme era conmigo mismo hasta que lograra recuperar un poco de esa dignidad perdida que me recordaba el constante e incesante peso de aquélla cruz que decidí­ cargar. Y así­ lo hice, me enfrenté a una lucha, todavía no ganada, pero siendo justos, cada día que pasa libro una nueva batalla. Hay algunas que perderé, pero sé que al final ganaré la guerra. Sin duda la vida es una lucha constante con uno mismo.

Comenzaba a retomar aquéllas cosas que pensé que ya no podrí­a hacer jamás: mi escuela, amigos, trabajo, etc., mi vida; siempre tuve todo para ser feliz aunque siempre estuvo eclipsada por un dolor que pensé, hasta ese momento, era más fuerte que yo. Pero cuando todo parecí­a marchar viento en popa, nubes negras opacaron mi cielo azul, una nueva fuerza entró a mi vida arrasando sin piedad con los pocos sueños que habí­an sobrevivido al naufragio de mis pesadillas. Fue así­ como un 4 de octubre del mismo año, me diagnosticaron cáncer. Pareciera como si la vida se hubiera ensañado conmigo, era como si el sol huyera de mí para no ver mi dolor. Por eso es que quiero tomarme unos instantes, para recordarle a todo aquel que como yo, habló sin pensar en aquellos momentos en los que no vio luz en la oscuridad y que pensó que todo serí­a tan fácil como morir, yo le diría: ten cuidado con lo que deseas, si algo he aprendido en mi corto viaje por este mundo es que la vida cumple con lo que le pidas, pero generalmente no como tú lo esperas.

Sarcoma de Kaposi es la enfermedad a la cual me enfrentaba y me enfrento hoy en día, ya que la maldita es fuerte, aunque sé que no más fuerte que yo. Es un tumor cancerí­geno alojado generalmente en los pulmones, mi falta de respiración en las últimas semanas era notoria, mi estado anímico delataba mi mala salud, pero esta vez, a pesar de esta nueva fuerza extraña que me consumí­a a cada segundo de mi vida, mis ganas de vivir no habí­an mermado del todo. Un 29 de octubre del 2008 ingresé al INCAN (Instituto Nacional de Cancerología), donde esperaban los doctores que respondiera al tratamiento de quimioterapias al cual fui sometido. Grata fue mi sorpresa, ya que jamás creí­ sentirme tan en paz conmigo mismo y con los demás en ese lugar. Ahí­ es donde llegas a conocer la vida misma, aquélla de la cual el ser humano se ha olvidado. Conozco a tanta gente que ha dejado de vivir aunque realice las mismas actividades de siempre, lo hacen todo tan automatizado que no se detienen a pensar en el milagro de la vida, sin comprender el momento mágico que cada dí­a trae consigo. De este tema y de muchos más son de los que platicaba con personas que al igual que yo tenían cáncer y que a pesar de la adversidad siempre tení­an una frase de aliento a todo aquel que agachara la cabeza y se quisiera dejar vencer. Salí del hospital un 2 de diciembre. Fue este el dí­a que volví­ a ver la luz de la esperanza. Pienso que las personas como yo que hemos sufrido heridas en el tiempo y seguimos en pie, las pocas veces que sale para nosotros el sol, nos llena y nos calienta más el alma que a aquellos que lo ven brillar a diario y no dan gracias por el milagro que tienen ante sus ojos.

Enraizándome a la vida, sembrando sueños y cosechando esperanzas es como ahora voy por la vida, pensando en todo lo que tuve que recorrer y lo que me queda por hacer. Hay verdades que se tienen que decir, que se deben de decir para no ser maquilladas por los prejuicios y las indiferencias de la sociedad ante la miseria que tienen frente a sus ojos, y prefieren callar a sus adentros una verdad absoluta. Mi trabajo no es augurar un buen futuro para aquellos que como yo han caí­do; dicen que la única esperanza del caído es no esperar esperanza alguna; nuestro camino es incierto, lo único cierto en él es saber que contamos con nosotros mismos y con los que nos aman y así­ extender alas de gigante y emprender el vuelo hacia la libertad.

ESRU Opina - 2009

Reseña Viaje a España

Volando alto
Alan Guerrero de Bernardo

Primer Lugar ESRU Opina 2009

Qué es un acto poético, preguntó el rey. No se sabe mi señor, sólo nos damos cuenta de que existe cuando ha sucedido; acto poético, eso fue para mí conocer España. Y pasó, así­ como pasa el otoño y llega el invierno, pasó;

Despegando, volando, aterrizando, soñando; llegamos. Madrid, sábado 23.

Un arribo directo, perfecto y sin escalas al aeropuerto de Barajas que con sus grandes y modernas instalaciones nos dio la bienvenida a mi mamá y a mí­. De ahí­ la partida hacia el hotel, uno de los tantos en los que estarí­amos; adentrándonos entre las calles de Madrid, pasando por monumentos magistrales, avenidas históricas, llegamos al hotel donde pernoctamos el primer dí­a de nuestra llegada a tierras ibéricas. Debo hacer hincapié que desde la llegada, el sentido más privilegiado, envidiado y quizá el más usado del cual uno se vale es la vista para poder entender un poco, sólo un poco de cómo es la vida a miles de kilómetros fuera de casa.

Abro la ventana, exalto los sentidos y miro; plaza Santo Domingo y parte de la Gran Ví­a apreciando en su totalidad cada espacio de la ciudad. Caminar en Madrid es lujo de reyes, vanidad de vanidades; caminar sobre los pasos de grandes hombres: reyes, conquistadores, artistas; no es poca cosa. Monumentos tales como la Cibeles, la fuente de Neptuno, el Palacio Real dan prueba de la inmortalidad hecha creación, dejándonos a nosotros los mortales lo demás.

Brochazos y pinceladas son mi primer contacto más cercano con el arte, empero sólo como espectador. “Pasión por Renoir”, tí­tulo de la exposición del momento. El museo Del Prado, joya arquitectónica que alberga un sin número de obras de arte de varios artistas, entre ellos destaca: Diego De Velázquez, Tintoreto, Goya.

Pero sin dudad quien cautivó mis sentidos y tuvo en su totalidad mi atención fue ver tan ví­vidamente, casi tangible, la obra de Renoir; el detalle en la composición es magní­fica, el dominio de la luz es magistral. Cada gesto, los pliegues de la ropa, la calidez de una mirada, la textura visual de una manzana; ya sea desde un auto retrato hasta un bodegón, Renoir es maestro de maestros. Captar un momento, plasmar el sentimiento y enmarcar, hazaña que sólo un pintor puede lograr. Quizá deba dedicarme algo más.

Y qué decir de la gastronomí­a, que aunque la paella y el gazpacho no es muy lo mío, debo admitir que eso de viajar te da mundo y comer, más. Hay quien pueda pensar que eso de tomar una copa de vino en cada comida de principio a fin es abusar, pero hay que ser sincero cuando digo que hoy por hoy el vino de España compite con los mejores del mundo, el trabajo que han hecho sus vinicultores da prueba de ello.

Además de que el doctor me lo recomendó, para eso de la buena digestión o quizá sólo dijo una…. Comer y sesear, el habré, es una necesidad del hombre, es así­ como de manera fácil se puede perder noción con la comida y perder la línea divisoria entre necesidad y gula, pero estando donde estaba, creo que era tiempo de dar rienda suelta a la bajas pasiones.

Quizá no sea bueno eso de ver la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el de uno mismo, pero es mi deber hablar no sólo de lo bueno, sino de lo no tan bueno.

Y es que en materia de salud México tiene un punto a su favor, ya que en contraste con España como país de primer mundo deja al descubierto la falta de conciencia en sus habitantes y evidencia la irresponsabilidad de las autoridades sanitarias al dejar fumar en espacios cerrados, como bares, restaurantes y centros nocturnos. El hombre no es malo cuando es consciente, es malo por ignorante; por inconsciente.

Toda ella, una metrópoli bien estructurada, construida con pilares tan firmes como la patria misma. Madrid y toda España están llenos de cultura, ya sea desde grandes museos hasta históricas mezquitas como lo es la mezquita de Córdova.

Mezquita del Califato de Occidente, y patrimonio de la humanidad un santuario que llegó a considerarse el más importante para el Islam Occidental. Éste como muchos otros monumentos históricos forma parte de toda una historia que arrastra el paí­s.

Toledo y sus viejas calles hacen de ella una ciudad mí­tica y misteriosa que se convirtió en una de mis ciudades favoritas; recorriendo aquellas viejas edificaciones. Cuna de las tres culturas.

Lunas de Octubre acompañándome todas y cada una de mis noches en la madre patria, ella es testigo de lo profundo y hondo que penetró en mí­ conocer un cultura diferente a la mí­a, rebasar fronteras, ampliar la mente. Me queda claro que para cumplir con el deber de los deberes es prescindible conocernos a nosotros mismos, para, de ese modo darnos la oportunidad de dar paso a nuevos conocimientos, conocimientos que enriquezcan el alma, que echen raí­ces. Algo que fructifique nuestros desiertos. Pobre del hombre que no siente en el fondo de sí­ a un monarca absoluto que lo gobierna: su vida anárquica e incoherente se dispersa a todos los vientos y en todo sentido.

Pies firmes en tierra fértil en España y todo el mundo, donde quiera que vayamos y donde quiera que estemos hay que tener bien presente el hecho, que pese a que existan divisiones geográficas, culturales, religiosas, lingüí­sticas, debe predominar el respeto a los demás como a uno mismo. Esta historia tiene un principio y quizá el boleto de avión marque el fin y regreso de mi “acto poético”, lo cierto es que para mí­, es el comienzo de algo nuevo, siempre nuevo.

Por último pero no por eso menos importante, quiero dar las gracias a ESRU y al Colegio De Bachilleres por haber hecho este sueño realidad, pensando en sus estudiantes y en procurar el conocimiento. A ustedes y a todos los que fueron parte de esto, gracias.

ESRU Opina 2010

Texto Ganador

Marcos Iván Duarte Carrasco
Colegio de Bachilleres Plantel 5, Satélite

Primer Lugar ESRU Opina 2010
El último aliento de la nación

Los problemas cotidianos que sufre la población del México actual son como dice la voz popular: “es la misma canción todos los días”. Y es que el conflicto en su mayor parte se origina desde los aspectos políticos. Esa ha sido la razón y a la vez mi inspiración para realizar un ensayo que afronte el problema, pero aclaro que no pretendo caer en el error de hacer una manifestación carente de bases objetivas como se ha acostumbrado en las crí­ticas del mismo tema a las que falta, además, proponer soluciones más concretas, posibles y menos radicales que no excluyan opiniones que son igualmente válidas. Los errores de los gobiernos pasados se siguen cometiendo en la actualidad y con aspectos tan repetitivos que han desgastado la forma en que los ciudadanos ven la polí­tica actual, principalmente en la forma de gobernar, cayendo de uno malo a uno peor. De seguir este rumbo, el próximo discurso del candidato a la presidencia de la República Mexicana sería el siguiente:

“Si yo fuera presidente de los Estados Unidos Mexicanos seguirí­a la misma lí­nea que se ha tenido en la historia desde que México se hizo independiente; inventarí­a ridí­culos e innecesarios impuestos pues costaría mucho trabajo y tiempo hacer una reforma que renueve la economí­a mexicana, pues es cierto que si esto fuera fácil (o prioridad) ya sería un hecho desde hace algunas décadas; gastarí­a mis esfuerzos para idearme una forma para quedarme en la presidencia por al menos treinta años, permitiendo de esta manera que las decisiones que se tomen sean unánimes, olvidemos lo equitativo, así nos ahorramos las energías que se requieren para pensar cómo solucionar los problemas de este paí­s, y es que muchas ideas pueden confundir; si es posible, venderí­a otra porción del territorio para saldar una deuda, al fin hay mucho espacio que no se ha habitado; tomarí­a tierras en mi poder para repartirlas en un “reparto justo y equitativo”, no importa si los campesinos no están de acuerdo, siempre se les contenta con algo.

Y como es de suponerse, la mayor parte de las Cámaras de Diputados y Senadores estarían conformadas por simpatizantes mí­os, esto facilitaría mucho mi control sobre las decisiones que se tomen en el paí­s, de cualquier manera no iban a estar de acuerdo conmigo; si llegara algún extranjero con la intención de tomarnos como parte de su imperio, me prepararí­a no solo contra él, también contra sus seguidores en el paí­s, los entiendo de cierto modo, siempre hay conmoción cuando llegan visitas de tierras lejanas; gastarí­a en alguno que otro lujo, me inventaría una imagen moderna para el país para cubrir un poco de la mala cara que tiene. Pero debo atender a la gente, así­ que en mi plan para cumplir con mi labor está la seguridad ciudadana, por eso hay que perseguir a los delincuentes, se perderán vidas, y aunque no se pueda remediar, se les considerará héroes de la patria, al menos hasta que el criminal salga de la cárcel de nuevo a “sus quehaceres”; y si algún pensador (quizás estudiantes) traten de decir que se está atentando contra los derechos de los ciudadanos simplemente se les silenciará, sé hacer mi trabajo, pero como son insistentes, se tomarán medidas dolorosas, claro, para ellos; no está de más decir que probablemente el paí­s se vea adentrado en una crisis económica, así­ que se tendrí­a que pedir dinero, la deuda… luego la pagamos; y finalmente, como fondo de retiro me llevarí­a al bolsillo mi paga con un bono adicional que tomaré de los fondos que genera el país (o vendiendo empresas públicas) y con eso comprarme alguna casa lujosa o ¿por qué no?, una isla en el Caribe, es un regalo bien merecido.

Además, si ya lo hicieron otros. ¿Por qué no he de hacerlo yo, no?”. Claro que todo lo anterior es una mala broma, pero desafortunadamente no causa ninguna gracia: no está tan lejana de la realidad. El papel de Presidente de la República se ha convertido en una constate en el mal gobierno, no necesariamente porque existan tabúes de que ser ambicioso y corrupto sea un requisito necesario. Hemos tenido buenos gobernantes, inteligentes, capaces y astutos. Tenemos un excelente ejemplo con Lázaro Cárdenas del Rí­o del que sólo basta mencionar la expropiación petrolera y su atención al sector agrario, o nuestro Benemérito de las Américas, Don Benito Pablo Juárez Garcí­a que dio un giro a la política de México a lo largo de su gobierno con las Leyes de Reforma. Pero a la mayorí­a les ha faltado verdadero interés por los problemas que se vivieron y se siguen viviendo. Es un terrible error y un atentado contra la vida misma y el progreso de la nación creer que un paí­s tan rico como el nuestro sólo pueda servir de mano de obra barata y de sustento económico a la inversión extranjera.

Este paí­s lleno de posibilidades tiene el poder de salir adelante como potencia y, por lo tanto, la capacidad de demostrar que lo único que se necesita es un poco de empeño. Tristemente la imagen de presidente se ha estado denigrando sobre todo en las últimas décadas del siglo, haciendo ver que la polí­tica mexicana está pasando por una severa crisis en la que nadie actúa por realizar cambios significativos. Son estos cambios por los que se debe iniciar; no es posible hacer funcionar correctamente a un país usando solamente convencionalismos partidarios o individualistas. Se tiene que crear la conciencia de que el país está en un punto donde la riqueza es grande, pero lo que carece es la voluntad de querer sobreponerse más allá del egocentrismo que padecemos y que la forma de resolverlo es vernos a nosotros mismos como una nación, como una unidad en la que el puesto más alto depende del más bajo, así­ como una gran empresa no puede crecer sin la unidad y el esfuerzo de sus trabajadores y a su vez estos últimos dependen del más alto puesto en ella, y si ambos lados no prosperan de esta manera caen en la pobreza. Hay que entender que la sociedad mexicana debe jugarse el esfuerzo como una pirinola de “todos ponen” y no una de “toma todo”. Vivimos en un ambiente contagioso de injusticia donde la carga pesada la lleva el de espalda más débil y cansada, y donde no se permiten recesos ni se ofrece ayuda para quien las carga.

Se ha hecho la pregunta: ¿Qué harías si fueras presidente? Y lo que la mayoría contesta es tan trillado que se ha olvidado la intención de la pregunta: “quitarí­a a los corruptos y ayudaría a los pobres”, “meterí­a a la cárcel a toda la gente mala para que no haga más daño”, “alentaría a la juventud de México a que se superen en la educación”, “crearía más hospitales”, “construirí­a más carreteras y puentes”, “generaría más empleos”, “escucharí­a la opinión del pueblo, la voz que nadie escucha”… ¿No les parece familiar? Es lo que la mayoría de la gente dice cuando se les pregunta, curiosamente así­ son también la mayorí­a de las propuestas que hacen los candidatos por la presidencia. Hay actualmente una saturación de los discursos de estos candidatos que la gente que los escucha ya espera lo que se va a decir en ellos, no se interesa o simplemente lo toman a mal o como algo sin sentido. No es extraño que al momento de aparecer televisados lo único que se logre motivar es apagar el televisor y que se comente: “van a decir lo mismo que la vez pasada, y nunca cumplen”. Aquí­ es donde se empiezan a perder la credibilidad por quien nos dirige y el interés hacia quien es dirigido: empieza a partirse la unidad nacional. ¿O será que el déficit en la resolución de estos asuntos era tal que desde hace tantos sexenios no se logró resolver? ¿Es por esa razón que se sigue proponiendo lo mismo una y otra vez? Esto es un problema más grave de lo que parece ser: hay personas que piensan cambiar al paí­s pero no tratan de cambiarse a sí mismos y pese a que su intención suene generosa no es el tipo de lí­der que se necesita para llevarnos por el camino correcto. Antes de pensar en solucionar asuntos que ya son prioridad independientemente de la situación del paí­s, debemos hacer una evaluación de lo que está pasando en él y buscar las soluciones alternativas a aspectos más concretos como el desarrollo industrial, la resolución de las zonas marginadas, atender el problema de la inseguridad desde el sistema penal, un ajuste a los impuestos paralelo al de los salarios, una educación garantizada y que además cumpla con un alto nivel académico y los demás casos que se tienen que atender con urgencia. Ser presidente no significa sólo tener el poder para hacer y deshacer, más allá de ser una responsabilidad es un compromiso, y más allá de ser un compromiso es una deuda que el gobierno en general tiene con la sociedad mexicana. De nada sirve pensar que hace cien y doscientos años se dieron vidas para crear un paí­s próspero y ante todo libre, cuando lo que ahora se hace es formar una nueva tiraní­a en la que gran parte de la sociedad está de acuerdo, la ignora o es silenciada. Volvemos a hundirnos en un pueblo en el que impera la complicidad silenciosa de todos: somos el mismo criminal contra sí mismo que al final terminará suicidándose si no se da cuenta de sus errores. El mal común se ve a diario con las calles tapizadas de propaganda polí­tica y mercantil, y la gente se ha vuelto menos crí­tica, incluso ha caí­do en el fanatismo de toda índole. No se eligen a nuestros representantes cuestionándonos y tratando de explicar el por qué deben o tienen derecho a ser elegidos y lo que vence es una elección por populismo y no por propuestas realistas y garantí­as, pero lo peor es cuando las poderosas minorías tratan de cambiar la elección de las mayorí­as, desafortunadamente, con los mismos principios. Esto fue un claro ejemplo en las últimas elecciones presidenciales.

Puedo mencionar que se ha reconocido que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es una de las mejores a nivel mundial. Entonces, ¿qué es lo que está pasando? Aristóteles mencionaba que las tres mejores formas de gobierno eran la monarquía, dada por un rey, la aristocracia, formada por un conjunto de personas con virtudes intelectuales y morales, y la república o democracia representativa donde el pueblo representado por un individuo era el que gobernaba. Este sistema es aplicado actualmente en México y tomando las tres partes conforman los principios del Estado mexicano. En esta teorí­a aristotélica se manifiestan sus contrapartes, las malas formas de gobierno: la tiraní­a, la oligarquí­a y la demagogia, que básicamente tienen el mismo carácter, aunque corrompido. Honestamente, ¿cuál es la que rige al paí­s? Yo opino al igual que muchos que la polí­tica en México es algo de que avergonzarse aunque a lo que se refieren es que los servidores públicos no cumplen con sus labores. En particular me refiero a que nos involucra a todos pero no somos todos los que quieren participar en las decisiones importantes, además, la última forma de gobierno, en la que gobierna el pueblo, también puede caer en la corrupción. Es cierto que el trabajo del gobierno es procurarnos el bien, mas no podemos sentarnos a esperar a que se cumplan nuestros deseos, para eso existen la participación ciudadana, la libre expresión y, principalmente, la libre elección. La degradación de la manera correcta de gobernar sucede no por un mal sistema político sino por la corrupción de este, por el mal desempeño de sus funcionarios tanto en las decisiones que toman como en la ejecución de las mismas. Además tampoco es correcto que los pobladores no hagan algo al respecto o quieran “echarle la bolita” al presidente o a cualquier otro servidor público por las fallas que se presenten cuando es el pueblo quien los elige. Mucho menos es correcto provocar más problemas como los que se causan cada vez que se convocan marchas exigiendo ser escuchados, simplemente no solucionan nada. No tenemos las manos atadas, lo han demostrado generaciones anteriores a nosotros y en situaciones mucho más graves, lo único que hace falta es que uno tenga la voluntad de alzar la voz, también de saber alzarla y quien le entienda lo apoye: la unidad es el inicio para un crecimiento común. Ya serí­a una mala costumbre de los mexicanos hacer una guerra cada cien años si este año 2010 empezara así­ únicamente porque no nos ideamos maneras más eficientes de solucionar nuestras dificultades. Yo no voy a ponerme a pensar que es lo que harí­a si fuera presidente sin pensar antes en lo que estoy haciendo como ciudadano. ¿Están bien mis acciones? ¿Son correctas las decisiones que tomo? ¿Me he estado superando para bien propio y de la sociedad? ¿Cuál es mi papel en México y qué papel quiero tener? No basta con saber de ciencias sociales cuando lo que realmente hace falta es conocer los malestares generales.

Los errores que en un pasado se cometieron ya nos dejaron una enseñanza de cómo pueden culminar, y si no es suficiente perder más de la mitad del territorio, endeudar al paí­s o hacer que la educación en México sea una de las peores a nivel mundial, la siguiente consecuencia podrá ser el final trágico del paí­s o tenemos la opción de que todos los sectores de la población se den un respiro, mediten un poco este presente y actúen de acuerdo a él. México es un paí­s donde la gente es trabajadora y con sentido agudo en el esfuerzo, con paciencia y de corazón combativo ante las adversidades. Pero no es necesario vernos a la orilla del acantilado para actuar. Yo opino que el lado positivo y productivo de esto es que si se ama a la patria con verdadero amor, ella misma será quien nos recompensará con al menos una lección. Es por esa razón que los errores de un pasado intencionados o no son, al menos, una enseñanza para no cometer una doble equivocación. El futuro es desconocido, pero tenemos a la mano el presente que es de todos. Si no aprendemos a remediar nuestros conflictos, ¿qué será del legado hermoso de nuestros héroes y de la libertad por la que cambiaron sus vidas? Esta es una nueva lucha que pelear y en la que la mejor arma es querer mejorar la nación que nos pertenece, nuestro hogar. ¡No desperdiciemos estos regalos únicos siendo, por lo menos, la generación que aprovecho y luchó con el último aliento de la nación!

 

ESRU Opina - 2010

Reseña de Viaje a España

Un viaje de placer: el placer de aprender
Marcos Iván Duarte Carrasco

Primer Lugar ESRU Opina 2010

Tiempo atrás me habí­a imaginado en un lugar lejano, plácidamente observando lugares distintos, conociendo cosas nuevas, gente nueva; una cultura muy similar a la que de toda la vida he conocido pero en un ambiente y con una sensación desconocida y, más que eso, poder disfrutar de todo ese nuevo conocimiento. Nunca pensé que mi imaginación daría un giro hacia la realidad y estarí­a disfrutando de todo eso que tanto esperé en España.

A mi llegada a Madrid, el sábado 28 de mayo, sentí una emoción única que me hizo un nudo en el estómago y tensó cada fibra de mis extremidades. Era la emoción de lo desconocido. Esperamos (mi papá y yo) a la persona que nos llevarí­a al hotel. Durante el camino iniciamos una plática con el conductor y nos explicó sobre las ventajas y desventajas de estar en España. Estaba fascinado al ver los edificios que se me antojaban como reliquias llenas de historia, (semejantes en apariencia, si se me permite decirlo, a los que se encuentran en Guadalajara en México). Admiré los altos edificios de un país del nuevo mundo tan ligado a nuestra historia y a nuestra herencia. Pensé que aunque en el pasado nos encontramos en guerra, ahora disfrutaba de la calidez de su tierra y su cielo y que así­ nos dijera: “Bienvenido”.

Nuestra aventura inició disfrutando una tarde libre por Madrid. Tení­amos muchos puntos clave como El Palacio Real, residencia oficial de los reyes de España (aunque actualmente no la habitan), La Puerta de Alcalá, La Puerta del Sol, El Paseo del Prado o La Plaza Mayor. “Están en un lugar clave, prácticamente en el centro de los sitios turísticos. Son muy afortunados”, nos dijo el conductor antes de entrar al hotel. Después, sin intención, llegamos al primer lugar, El Palacio Real de Madrid empezando por Los Jardines de Sabatini y un hermoso estanque dedicado a los Reyes Españoles. Después de pasar por la Plaza de la Armería llegamos a la entrada del Palacio Real. Sólo fue posible admirarlo dese el exterior, lo que no le quitó el encanto. Un lugar bello tanto a simple vista como en una observación minuciosa.

Más adelante conocimos la Catedral Santa María la Real Almudena que se encuentra frente al Palacio Real. En este punto admiramos ciertos detalles exteriores de la misma catedral con la imagen de la Virgen de la Almudena. Algunos relieves de las puertas haciendo referencia a Reyes de España, ángeles y guerreros españoles y por supuesto las autoridades eclesiásticas.

Nos fuimos de la Catedral y nos dirigimos hacia donde nos ordenaba la curiosidad. Hay muchos establecimientos de alimentos. Una botana tí­pica de España son “las tapas”, los más comunes son, por supuesto, los de jamón serrano, además en ciertos lugares te ofrecen por el precio de un euro una tapa y una copa de vino o un vaso de cerveza, lo cual es buena opción si solo vas “de paso”. Llegamos a un popular mercado, El Mercado de San Miguel, que ofrecí­a principalmente pescados, mariscos y frutas. La vista es muy agradable a los comensales pues las ventanas de cristal permiten ver el exterior. A pesar de que no soy muy afín a los alimentos del mar, saboreé los platillos que serví­an especialmente los cocteles de camarones, y comencé a notar que es una costumbre acompañar los alimentos con vino o cerveza.

Posteriormente visitamos la Plaza Mayor, muy cerca del mercado de San Miguel, y vimos la estatua de Felipe III en el centro de la plaza. Es una plaza enorme que está rodeada por una sola edificación de tres plantas y sólo tiene tres entradas en forma de arcos y dentro, en toda la planta baja, cuenta con locales para comida. La mayor parte está dedicada a eso y otros tantos de monedas y álbumes de colección que cuentan con monedas y billetes de todo el mundo aunque los precios no son nada baratos.

Salimos de la plaza por uno de los arcos y llegamos a la Puerta de Toledo, una de las cuatro puertas principales de la antigua Ciudad de Madrid (junto con la Puerta de San Vicente y la Puerta de Hierro) que daba paso a los viajeros procedentes de la ciudad del mismo nombre. Es un arco enorme y tan bello como la puerta de Alcalá aunque, por supuesto, con grandes diferencias, una de las principales el tamaño y el número de arcos que las conforman.

Más tarde, casi de noche (algo que me sorprendió mucho es vivir en un horario muy distinto; en la Ciudad de México los cambios de estaciones de año y la duración del dí­a-noche no es muy marcado en comparación con Madrid, en estas fechas (primavera-verano) la duración del dí­a es mucho mayor que la noche. El sol aparece cerca de las 6 de la mañana y se oculta entre 10:20 y 10:30 de la noche.

En otoño e invierno sucede lo opuesto) llegamos a Los Jardines de Sabatini de nuevo y esperamos la puesta del sol disfrutando de unas tapas en un local cercano. Llegada la noche nos dirigimos a La Plaza de España, que tiene un monumento dedicado a Miguel de Cervantes Saavedra. Este monumento está conformado por dos estatuas representativas: una del Quijote de la Mancha sobre su caballo y otra por su escudero y amigo Sancho Panza sobre su burro; detrás de estas dos está una escultura de Miguel de Cervantes y en la vista posterior se encuentra un fuente que es parte del mismo monumento.

En esta plaza es donde termina Gran Vía, una avenida muy importante de Madrid sobre la que se pueden encontrar establecimientos comerciales (destacando El Corte Inglés) y puntos de interés cultural, principalmente teatros, de hecho se le conoce como “La Broadway Española”. Para finalizar ese dí­a decidimos ir por un helado a La Plaza de la Armería. Ahí vimos dos pequeños espectáculos: el primero trataba de un joven tocando el arpa con notas muy dulces y emotivas. El segundo trataba de una pequeña función de marionetas interpretando canciones e invitando al público (en su mayorí­a niños) a participar en el espectáculo.

Al siguiente día salimos en un tour por la ciudad. Vimos El Museo del Prado, uno de los más importantes de Europa y el más importante de España; la estación del Prí­ncipe Pío que conecta a los transportes de Madrid (autobuses, trenes y el metro); el Parque del Retiro, dedicado a los difuntos reyes españoles; La Plaza de Toros de La Venta, la más grande de España, la tercera de más capacidad después de la Plaza México y de la de Venezuela y la segunda más grande en tamaño de ruedo después de la mexicana; el Estadio Santiago Bernabeu, casa del club de futbol Real Madrid; la Fuente de Cibeles que junto con las Fuentes de Neptuno y Apolo son las fuentes emblemáticas del Paseo del Prado; La Puerta y Plaza del Sol donde se encuentra el teórico kilómetro 0, y donde se podí­a ver una manifestación pací­fica frente a las oficinas de gobierno, resultante del descontento de algunos que exigen un cambio en la política. De nuevo pienso en lo que sucede en mi paí­s y siento que es tan distinto;

Después del tour salimos al Parque del Retiro viajando por metro. No existe mucha diferencia en relación con el metro de la Ciudad de México, de hecho en este punto la comparación favorece al metro mexicano, pues es mucho más barato, la capacidad de usuarios es mayor, es más seguro y hasta las instalaciones son más modernas. No tardamos en dar con el monumento a Alfonso XII con su estanque en el que se puede remar con las lanchas que ahí­ se rentan (por un instante pensé en el viejo Bosque de Chapultepec en sus tiempos esplendorosos, cuando el agua de sus lagos era clara y le rodeaba un pasto verde y abundante).

Disfrutamos de una vista del Paseo de las Estatuas que es un pasaje hermoso. La belleza del parque es mérito de la dedicación que le dan a su conservación, para ser más realistas, que se da a toda la ciudad protegiendo sus monumentos, calles y el lugar donde viven. Entramos a La Rosaleda, que es un jardín exclusivo de rosas de todo tipo.

Es maravilloso poder oler esos aromas naturales a rosas y, aunque supongo que no estaban en su máximo esplendor por la temporada, me fascinó. Decidimos ir al Palacio Real antes de regresar, pues al dí­a siguiente saldrí­amos hacia Córdoba y Sevilla. Tomamos una copa de vino con unas tapas y volvimos al palacio, a ver de nuevo tocar al joven del arpa y admirar la esplendorosa vista de noche mientras comíamos helado. Las noches en esta época del año son cálidas: en el dí­a la temperatura llega un poco más allá de los 45°C, pero por las edificaciones altas de la ciudad no es tan perceptible, excepto en las plaza públicas y espacios abiertos donde el cielo está fuera de sus sombras.

Durante el camino a Córdoba (nominada a candidata a ser capital Europea de la cultura) vi muchos viñedos y campos de olivos. España es el segundo paí­s productor de vino en el mundo superado por Francia y el principal productor de aceite de oliva. La comida española está siempre acompañada de estos dos productos, razón por la que la comida mediterránea, especialmente la española, es considerada la más saludable, al grado de que han demostrado que siguiendo esta dieta (también rica en pescado y verduras en ensaladas) se incrementa la esperanza de vida a más de 80 años, a pesar también de ser el tercer paí­s con más consumidores de cigarros del mundo. El punto de interés de Córdoba es la Mezquita-Catedral nombrada así­ porque en sus orí­genes fue construida por musulmanes, durante la época de los califatos, conservando estos rasgos distintivos en las murallas que la protegen y porque posteriormente en la reconquista cristiana parte de esta mezquita se destruyó para hacer una catedral.

Dentro de las murallas es como recorrer un laberinto de callejones muy estrechos, con decoraciones de las viviendas y comercios que aún se conservan en perfecto estado en las fachadas. En la Mezquita se observa la mezcla de estilos de las culturas que poseyeron este edificio, no sólo de musulmanes y cristianos, pues hay rastros de construcciones judías. Este lugar es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Salimos por el puente que cruza el Rio Guadalquivir y lleva hasta la torre de la Calahorra para continuar nuestro viaje hacia Sevilla.

Las diferencias con Madrid se notaron inmediatamente. Sevilla cuenta con una pista para ciclistas que está repartida al parecer por toda la ciudad. La Ciudad de México cuenta también con una pero la de Sevilla es transitada la mayor parte del tiempo y la de México no tiene una cantidad comparable de usuarios.

Al siguiente día el tour nos llevó como primera parada a La Plaza España que fue sede de la Exposición Iberoamericana de 1929. Ahí­ hay imágenes en mosaicos que se conservan en las paredes y piso del exterior de la plaza como obras de los artistas que participaron. La plaza cuenta con un edificio y estanque, ambos en forma de media luna. Por el estanque cruzan cuatro puentes de mármol y en el centro hay una fuente. Fue en este lugar donde se filmó parte de La guerra de las galaxias: la guerra de los clones, usando como escenario el centro de esta plaza con vista a las dos torres que se encuentran en sus extremos. La Plaza España actualmente es ocupada por oficinas de gobierno y es sitio de interés turí­stico. Es increí­blemente hermosa.

Nuestro siguiente sitio de visita fue El Barrio Judí­o. Entramos cruzando un parque popular de Sevilla llamado Jardines de Murillo. Entre estos dos sitios hay una muralla de la época musulmana y tiene el único acueducto romano en toda España que se conserva hasta la actualidad. Las calles del Barrio Judío son estrechas, y al igual que en Córdoba, es fácil perderse por su forma de laberinto. Justo en el centro hay una pequeña plaza donde se encuentran establecimientos mercantiles y de alimentos. Detrás de la plazuela hay un pequeñí­simo parque rodeado de naranjos amargos (el naranjo amargo que, por su sabor no es comestible, y el oso, son dos sí­mbolos representativos de España, pues tiempo atrás abundaban en lo que hoy es territorio español).

El tamaño de las casas hace pensar que el interior es tan estrecho como el exterior, pero al parecer es todo lo contario y se nota al entrar en los establecimientos que el espacio es amplio y cómodo.

Salimos del Barrio Judí­o para encontrarnos en el Real Alcázar; la Giralda es una torre de origen musulmán que fue modificada en su parte más alta para colocar un giraldillo que sirve como veleta de viento, de ahí­ que su nombre sea Giralda.

El Archivo de Indias alberga los documentos de la época de la colonia española y fueron concentrados ahí­ por órdenes de rey Carlos III. Es un edificio enorme que se encuentra junto a La Catedral de Sevilla, la iglesia gótica más grande del mundo y que guarda los restos de Cristóbal Colón. A pesar de su apariencia hasta cierto punto tenebrosa, la catedral posee una “oscura belleza” por la apariencia que da, pero por esto es tan especial.

Pasamos al Tranví­a de Sevilla, fabricado por la misma empresa que construyó los vagones del metro de la Cuidad de México. Su recorrido es corto (al menos hasta ahora), pero es muy factible y agradable como transporte turí­stico por los sitios por los que pasa y, gracias a sus amplias ventanas y a su gran tamaño se puede apreciar la vista de la ciudad. En él viajamos hasta la estación del metro de Sevilla con el que se conecta a la estación San Bernardo. Para acceder al metro no es necesario comprar boletos: una máquina expide tarjetas con la cantidad que quieras abonar de crédito y con ella pasas. El metro es muy práctico, en los pasillos para el acceso a los vagones hay una barrera de vidrio con puertas automatizadas, que evita que las personas caigan por accidente a las vías. Es un tren muy cómodo, seguro y rápido. Al salir del metro hay unas cajas blancas donde puedes meter tu tarjeta de acceso y a cambio te devuelve 1 Euro, lo que es conveniente si como yo eres turista y sólo vas de paso por la ciudad.

Más tarde fuimos a las orillas del rí­o Guadalquivir, después de comer Salmorejo, un plato regional que pertenece a los gazpachos hecho de consomé, migas de pan, aceite de oliva y trocitos de huevo, servido frí­o y acompañado con un aderezo. Debo decir que no es un plato que entre en mis gustos por el sabor amargo, pero si se desea probar algo nuevo y tradicional de Sevilla, esta es la opción perfecta. El río Guadalquivir es el acceso por donde, en la antigüedad, los naví­os procedentes de América llegaban y descargaban sus mercancías.

Por esta razón se decidió que en Sevilla se reuniera toda la información de las colonias españolas en América en el Archivo de Indias. La vista es agradable y a lo largo de la orilla se puede dar un largo recorrido en el que se ven muchos lugareños en bicicleta o trotando. No creo que alguien se vaya de Sevilla satisfecho sin haber estado en las orillas de este rí­o.

Al día siguiente llegamos a la asombrosa ciudad de Granada, rodeada por montañas, con nuestro destino directo a la grandiosa Alhambra. Su nombre proviene del árabe Al-Hamra que significa “la roja” ya que a lo lejos en la noche toma una coloración rojiza por el material del que está hecho esta fortaleza.

El lugar que más me gustó fue el Generalife, cuyo nombre no tiene nada que ver con lo que parece; el nombre significa “el más excelso jardí­n”; sirvió como sitio de descanso para los que residí­an en la Alhambra. Es un hermoso jardín que inicia con muros hechos de arbustos y con un estanque con flores acuáticas al antiguo estilo de los palacios árabes. En un piso superior se encuentra otro jardí­n llamado El Patio de la Acequia que en el centro es un estanque en dos secciones con plantas acuáticas y pasillos que se adentran en ellos. La vista es mejor en este lugar desde los arcos de los pasillos que dan a la ciudad de Sevilla y montañas. El Generalife fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994.

Fuimos a la Alhambra pasando por el costado superior del auditorio donde se realizan festivales de danza, teatro y música. Aquí­ hay un pasillo rodeado de plantas escaladoras y enredaderas. La historia que se cuenta es que cuando los reyes católicos de España derrotaron al entonces sultán, la madre, al ver como su hijo perdía su reino, le dice enfadada: “Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre”. Esta es probablemente la frase más célebre respecto a este suceso.

Fuimos al palacio del Rey Carlos V. Se dice que este rey jamás llegó a habitar en él, y que su construcción se adelantó mucho a la época. Hoy es el Palacio de Bellas Artes de Granada. En el centro está el patio de forma circular y alrededor toda la estructura con pilares.

Por fin al llegar a la Alhambra, empezó el verdadero esplendor. Los antiguos árabes tení­an un dicho: “Muestra lo feo para que no envidien lo bello”. Esto les serví­a para evitar las invasiones posibles por extranjeros, pues el exterior de este lugar tiene una fachada que no es muy atractiva, pero el interior es un lugar hermoso con decorados muy detallados, piedras labradas a mano y demás lujos, lo que lo hacía susceptible de envidias. Las paredes están recubiertas por relieves con pasajes del Corán, que se repiten a lo largo de los pasillos por todo el palacio.

Las paredes en ciertas partes, principalmente las habitaciones de las doncellas, poseen mosaicos de colores azul, amarillo y rojo. La primera parte, al entrar, es la Sala del Mexuar, que era para la audiencia del Sultán, y tiene una parte elevada donde se encontraba cubierto para no ser visto por los súbditos. El techo está cubierto por incrustaciones de madera y el resto son decoraciones en cerámica. Da la sensación de armonía, posiblemente los acabados y los lujos ayudan a esto, pero por toda la Alhambra esta sensación se mantiene.

El patio de los arrayanes posee una alberca central y está bordeado por los costados con arbustos de arrayanes (de ahí­ su nombre). Al pasar por estos arrayanes es imposible ver la alberca que se sitúa en el centro, pero al llegar al final por la parte superior se ven dos torres que dan vista a la ciudad, y por la parte inferior, se observa por dentro la Alhambra.

En el extremo se aprecia la entrada y lo que consideran quizás el tesoro más grande del palacio: los leones de mármol que rodean la Fuente de los Leones. Cada uno de estos leones tiene caracterí­sticas que no se aprecian en los 12 leones que formaban parte de la fuente. Estas piezas son tan valiosas para Granada que está prohibido tomar fotografí­as. Otra de las salas importantes es el Salón de los Embajadores. Esta sala era para las reuniones privadas del rey y tiene huecos donde los invitados se sentaban durante la reunión y alrededor hay fragmentos de poemas árabes y partes del Corán que se repiten en todo el cuarto.

Hay un hueco más grande donde se presume que el sultán meditaba. La parte final del recorrido corresponde a la alcoba del sultán donde hay una fuentecilla dentro y que al estar activada crea espectáculos de luces dentro de la habitación, según nos contó la guí­a. No tiene ventanas al exterior y en la parte baja de la torre hay una colorida bóveda que da luz al interior.

Salimos por la Alcazaba, un lugar que rodea el complejo y estaba custodiado por soldados y guerreros como medida preventiva a las invasiones. Este sitio está perfectamente conservado y deja conmovido a quien lo visita. Es tanto el cuidado que le tienen que sólo entran en grupos de 30 personas y no más y el tiempo de visita es justo, no se puede salir más o menos tarde. Es un camino largo pero cada parte vista de la Alhambra es un tesoro que se aprecia mucho.

Pero Granada es por mucho el sitio que más me agradó por la tranquilidad y por toda la historia que me falta por descubrir. Apacible, cálida y próspera es la imagen que me quedó de la ciudad. El último sitio que visité, (y el único espectáculo) fue la representación de una boda gitana. Antiguamente, muchas de las casas de construí­an dentro de cuevas en los cerros y la mayorí­a se conservan. Ahí­ se lleva a cabo el espectáculo de danza gitana que vi (y bailé). Reconocidas figuras públicas (la más reciente Michelle Obama, el año pasado) han visto esta representación y por lo que cuentan siempre se van con la sonrisa “de oreja a oreja”. De esta manera terminó mi visita a Granada.

Toledo fue el destino final. Una ciudad pequeña y calurosa donde se forjaban las famosas espadas toledanas conocidas por su calidad y resistencia. Fuimos al Alcázar de Toledo, un sitio elevado (se sube por escaleras eléctricas) que es el lugar más alto de la ciudad. El lugar de interés es la Iglesia de Santo Tomé, donde se exhibe una de las obras (quizá la más importante) del pintor El Greco. La obra no ha tenido ninguna restauración, por lo que es una de las pocas pinturas en el mundo que conserva su estado original. Me refiero a El entierro del Conde de Orgaz del año 1533 que está al costado de la entrada de la iglesia y es considerada la máxima exposición del pintor.

En el Alcázar existe una estructura de carácter religioso y es muestra de la mezcla de culturas que se dio a lo largo de la historia. Es una iglesia, durante mucho tiempo de uso cristiano, que originalmente era una sinagoga judí­a y fue construida por moros con forma de mezquita, incluso con orientación a la Meca. El enredo se debe a que los judí­os deseaban un templo hermoso; aquí­ había una pacifica mezcla de religiones por lo que no hubo problema en pedir a arquitectos moros su construcción, ya que eran talentosos. El problema fue que los moros sabí­an cómo construir buenas mezquitas pero no sinagogas, cuya única seña representativa es la Estrella de David en la parte alta de cada columna que sólo se nota con una observación minuciosa. Ya la tení­an los judí­os, pero por problemas con los moros, éstos se adueñaron de ella y la hicieron mezquita. A la reconquista de los reyes católicos la cedieron a los cristianos. En la actualidad ha sido devuelta a la comunidad judí­a.

Para concluir la visita en Toledo entramos a una armerí­a. Vimos como se elaboran las famosas espadas toledanas hechas a mano sin el uso de máquinas, es decir, del mismo modo como se hací­an hace cinco siglos. También vimos a maestros incrustando piezas de oro puro e hilos de plata fina al acero que se encontraba en escudos y armaduras. La impresionante habilidad que poseen justifica el prestigio de Toledo, y más tarde lo comprobamos al llegar a la tienda que pertenecía a la misma armería. Se dice que desde una pequeña navaja de bolsillo hasta una larga y pesada espada tienen en común la extensa duración del filo y la satisfacción de contar con una artesanía reconocida a nivel mundial.

Al regreso a Madrid, recapitulé rápidamente mi recorrido por Andalucía. Me pareció fascinante poder disfrutar el mundo en todo su esplendor y comenzar por el que representa una raí­z en mí­ como mexicano. La amabilidad de la gente desde Madrid a Toledo es un rasgo que siempre se mantuvo. El respeto a las leyes es un factor dominante entre los españoles, a mi manera de ver, una forma suya de demostrar amor a su paí­s. El cuidado con sus lugares históricos y el orgullo que reflejan al hablar de ellos es otra muestra más del aprecio a su identidad y el buen recibimiento a los extranjeros como yo, es algo que se agradece.

Con la noche por entrar y caminando por Callao (una de las calles más caras de toda España, la plaza homónima, está entre las diez más caras del mundo) fantaseé: vivir cierto tiempo en Granada que tanto me gustó. Consideré incluso un futuro trabajo. La diferencia entre un paí­s desarrollado como España y uno en vías de desarrollo como México es, en efecto, eso: el desarrollo. México ofrece oportunidades mayores de empleo al tener infraestructura por crear y de esta manera el país puede mantenerse a pesar de las crisis económicas. Pero un paí­s como España, donde prácticamente no hace falta construir más, esto, es una desventaja.

Lo más relevante para las nuevas generaciones es que, por ejemplo, en España una universidad pública reconocida cobra cerca de 50 Euros por inscripción en casos regulares (entre 700 y 900 pesos mexicanos) mientras tanto en México esta nos puede costar 50 centavos. Pero la demanda, por supuesto, es diferente y consecuentemente lo es el nivel educativo de la fuerza laboral. Noté que en ninguna de las autopistas habí­a anuncios espectaculares a los que tanto estoy acostumbrado. La manifestación en Puerta del Sol es muy diferente a lo que se hace en la capital mexicana; pací­fica y respetuosa, con bases y con verdadera organización. “Por amor a nuestro paí­s es que nos manifestamos, y por ese mismo amor no nos atrevemos a hacerle daño”, comentó uno de los camareros de un restaurante de tapas.

Llegué a España con las ansias bien puestas en aprender cosas nuevas y mi objetivo se cumplió. Mi idea principal para vivir ha sido esa; aprender como forma de placer. Aprendí­ mucho de historia y costumbres españolas, pero lo que más gusto me da saber es que un viaje, tan sencillo como suena, amplió mis metas y las expectativas sobre lo que se puede alcanzar. Lo más importante que aprendí­ es que hay un mundo por compartir, un paí­s con ansias de crecer y superar la vieja manera de pensar y hacer las cosas, y que en un avión aterrizando es posible que la canción que dice “México lindo y querido” puede llegar a la mente sin avisar.

Este viaje merece los agradecimientos, primero a la Fundación Espinosa Rugarcí­a quienes dan el espacio a la juventud mexicana para fomentar el derecho a la libre expresión y recompensan a los ganadores. Especialmente a la Lic. Maureen Mondragón y a la Lic. Carmen Escalona quienes siempre estuvieron en contacto conmigo para hacer posible el viaje. A mi profesor Héctor Ramos Cano que me informó del concurso y me apoyó con las debidas correcciones del ensayo, acción determinante para ser seleccionado y por último y más importante a mi familia por fomentar en mi el gusto por aprender y la perseverancia que me caracteriza, el apoyo y el ánimo con el que siempre me impulsaron.

ESRU Opina 2011

Texto Ganador

Juan Manuel Alvarado Meléndez
Plantel 13, Colegio de Bachilleres

Primer Lugar ESRU Opina 2011
Estudiar está en chino
Introducción

“Si tu objetivo es progresar un año, siembra trigo. Si tu objetivo es progresar diez años, siembra árboles. Si tu objetivo es progresar cien años, educa a tus hijos”.

Confucio.

Hace algunas semanas vi en una librerí­a un ejemplar del libro “¡Basta de Historias!”, del escritor y periodista Andrés Oppenheimer, lo hojeé y me pareció sumamente interesante.

Cuando le pedí a mi mamá si me lo podía comprar, ella no cabí­a en su asombro: ¡su hijo quería leer un libro de más de 400 páginas! ¿Estaría enfermo?

Debo reconocer que no fue nada fácil iniciar la lectura, pero poco a poco me fui dando cuenta de la valiosa y gran cantidad de información que contiene el libro, la preocupación que comencé a sentir al leer cada una de sus páginas se sentí­a más aguda cuanto más avanzaba.

Las historias como la de un joven chino de último grado de secundaria, que estudia quince horas al dí­a y que tení­a como objetivo ingresar a una de las mejores universidades de Estados Unidos, me sorprendieron.

Así­ también leía que la mayorí­a de los paí­ses desarrollados, opinan que la educación es el principal mecanismo para el crecimiento y desarrollo de un país. China, Corea del Sur, India y Singapur, en muy corto tiempo han superado a muchos paí­ses europeos y latinoamericanos en el ámbito económico y social y todo gracias a la educación de sus pueblos.

Yo vivo en México y mi realidad es otra. En este trabajo presento una comparación de mi vida cotidiana y académica contra la de un joven llamado Kim (nombre que yo le asigné a este personaje), cuya historia paralela a la mía está fundamentada en la información del libro y que fui creando en mi mente durante la lectura del mismo. A partir de este trabajo, comienzo a ver mi futuro y mi presente de una manera muy distinta;

Desarrollo

Estudiando 15 horas diarias

Kim es un joven de clase media que tiene 17 años y cursa el quinto grado de secundaria en una escuela pública de China (también denominada en la mayorí­a de los paí­ses como educación media, y tiene como objetivo capacitar al alumno para proseguir estudios superiores; en México engloba la enseñanza secundaria y la enseñanza medio superior). Vive en la provincia de Shanxi, Taiyua, con sus padres y su abuelo paterno. El gobierno chino les ha prohibido a sus padres procrear más hijos, por lo que es hijo “único”.

Juan Manuel, o sea yo, soy un joven de clase media, tengo 16 años y curso el cuarto semestre del nivel medio superior (lo que en China equivale al quinto grado de secundaria), en una escuela pública. Vivo en el Distrito Federal con mis padres. El gobierno mexicano nunca les puso limitantes para procrear hijos, por lo que tengo una pequeña hermana de once años y obviamente, no soy hijo “único”.

Todos los dí­as me levanto a las seis y diez de la mañana, desayuno y mis padres me llevan a la escuela pública donde inicio mis actividades a las siete en punto. Curso cuatro materias al dí­a, entre ellas inglés, y para la una del dí­a ya estoy fuera del plantel. Me dirijo a una escuela de estudios superiores cercana (universidad), donde hay un centro de idiomas, para tomar clases de inglés. Mi clase es de dos horas diarias, de tres a cinco de la tarde y estoy nuevamente en mi casa a las seis.

A partir de esta hora, hago mi tarea de la escuela y del curso de inglés; al terminar veo la televisión por dos horas o más (si mis padres me dejan), me baño y me duermo aproximadamente a las diez treinta de la noche. Los fines de semana ayudo a mis padres en el negocio familiar, hago tareas y veo televisión y juegos de video.

Kim se despierta a las seis de la mañana y su padre lo lleva a la escuela pública, allí­ estudia de las siete hasta las cuatro de la tarde, tiene la materia de inglés y toma matemáticas y ciencias también en idioma inglés. Posteriormente tiene una hora de “estudios dirigidos” donde hace la tarea para el dí­a siguiente bajo la supervisión de un maestro. A las cinco va a buscarlo su abuelo, y tres veces por semana lo lleva a una escuela privada donde entra a las seis de la tarde para perfeccionarse en inglés y matemáticas. El abuelo se queda con él en el aula en las últimas filas, junto a otros abuelos y padres que supervisan el progreso de sus hijos y nietos. Después su abuelo lo lleva de regreso a casa y cena con sus padres. Posteriormente termina de hacer los deberes escolares para el dí­a siguiente. Sólo le permiten ver treinta minutos de televisión por dí­a antes de dormir. Los fines de semana, además de estudiar, hace deporte y tiene actividades culturales.

¡Qué gran sacrificio!, pensé, pero no es así­: Kim (como la mayorí­a de los jóvenes asiáticos) “ha sido criado con el convencimiento de que sacarse buenas notas en la escuela será fundamental para conseguir un buen trabajo y vivir bien. Y sus padres y sus abuelos están convencidos de que la mejor inversión que pueden hacer es dedicar no sólo su dinero, sino también tiempo a su educación”.

En China la cultura educativa es fundamental y milenaria: todas las familias (los abuelos junto con los padres), ahorran para que un niño pueda estudiar en las mejores universidades, y pueda conseguir un buen empleo (Oppenheimer 2010:170).

Mis padres me mantuvieron en escuelas privadas hasta el tercer año de secundaria y posteriormente concursé para ingresar a una escuela pública. El sacrificio económico que implica una escuela privada en México era excesivo para las finanzas familiares, por lo que debí­a ingresar a la escuela pública para que mi hermana menor tuviera oportunidad de cursar su educación básica en escuela privada. Ninguno de mis abuelos ahorró conjuntamente con mis padres para nuestra educación y mucho menos mis padres tienen una cuenta bancaria con un fideicomiso para mi futuro universitario.

Pensando un poco en el futuro: el examen de ingreso a la universidad

Falta aproximadamente un año para que Kim y yo presentemos el examen para ingresar a la universidad.

Seguramente mis padres realizarán un nuevo esfuerzo económico y me enviarán a un curso de preparación para el examen de ingreso a las tres de las mejores universidades públicas de la ciudad y del paí­s: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Su costo fluctuará entre los cuatro mil y ocho mil pesos, será impartido por alguna empresa privada (algunas de dudosa procedencia) y no garantiza mi aceptación en estas universidades.

El curso de preparación durará aproximadamente seis meses, de enero a junio, pero sólo será sabatino. Se tendrá que adquirir una guía que las mismas universidades editan para su resolución durante el curso y la aplicación del examen; estudiaré de las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde en cada sesión. El curso y el examen no incluyen el idioma inglés.

Habrá miles de aspirantes y el examen será aplicado por cada universidad. La sede del examen es generalmente en las instalaciones de las mismas instituciones educativas. No cierran las calles que tienen acceso a éstas y su duración es de cuatro horas aproximadamente.

Los nervios no me dejarán dormir la noche anterior y mis padres me esperarán afuera diciendo oraciones por mí.

Según la Secretarí­a de Educación Pública (2010), cada año presentan más de 300 mil estudiantes el examen para ingresar a estas universidades y sólo el 25% lo logra.

Sin embargo, los alumnos que provienen de educación vocacional con buenos “promedios”, tienen su “lugar asegurado” en las escuelas superiores del IPN así­ como los que egresan de las escuelas preparatorias tienen un lugar en alguna Facultad de la UNAM. No existe un sistema de meritocracia efectiva, es decir una selección de acuerdo a los méritos académicos más elevados, que ayude a elegir a los mejores alumnos para ingresar a la educación universitaria. Tendré que esforzarme considerablemente para “merecerme” un lugar en estas universidades según sus estándares.

Kim deberá prepararse para el “Gaokao”, “el gran examen” único de ingreso a la universidad aplicado por el gobierno chino. Su preparación no durará seis meses como el mío: él comenzó desde hace seis años (toda su enseñanza media). Deberá competir con diez millones de estudiantes chinos con el mismo propósito: conseguir un lugar en una de las mejores universidades del paí­s.

Su examen lo presentará en el mes de junio y tiene tres dí­as de duración. Las ciudades se paralizan: se bloquean varias cuadras a la redonda de los edificios en donde se presentará el examen. Para evitar el ruido, no hay actividad de construcción, las patrullas no pueden utilizar sus sirenas, los autos sus bocinas, es más, se prohí­be el tránsito aéreo en esa zona. Los alumnos duermen en la sede. Los padres comienzan sus oraciones cien días antes del examen.

La meritocracia en China, de acuerdo con Oppenheimer (2010), da origen a una competencia feroz: como sólo un 60% de los estudiantes son admitidos en la universidad después de presentar el examen, y de éstos sólo un pequeño porcentaje va a las mejores universidades (20%), como la universidad de Beijing, que prácticamente garantiza buenos empleos, el resto debe conformarse con ser aceptado en universidades de provincia (40%), o escuelas privadas municipales (40%).

Las mejores universidades del mundo

En el Suplemento de Educación Superior del Times de Londres (2010), donde se muestran los rankings internacionales de las mejores 200 universidades del mundo, se encuentra encabezando la Universidad de Harvard. Las universidades chinas se encuentran en Jiaotong, en Shanghai, y Tsinghua en Pekí­n. En estas listas sólo aparece una universidad latinoamericana en el número 190 y es la UNAM:

Si Kim es parte de ese 20% que podrá acceder a las mejores universidades estatales, su educación universitaria no será gratuita. Las universidades estatales cobran altas colegiaturas a sus alumnos, recaudando así­ millones de dólares que luego utilizan para contratar a los mejores profesores nacionales y extranjeros, comprar equipos y becar a aquéllos alumnos de bajos recursos que si bien tuvieron el nivel académico para ingresar a una excelente universidad, no tienen el nivel económico para sostenerse en ella.

Kim podrá acceder a una universidad china en dos categorí­as:

-La que cuenta con programas conjuntos con universidades extranjeras (que son casi 170), que le pueden otorgar un tí­tulo válido en China y en gran parte de los paí­ses desarrollados y,

-Si así­ lo quieren Kim y su familia, puede acceder a universidades americanas con sucursales en China (hay más de 10).

El estado chino invierte menos presupuesto (derivado de los impuestos de los contribuyentes) en sus universidades, los mismos estudiantes financian los programas de estudio. Para Kim no hay problema: él y su familia están preparados económicamente para esto.

Si yo paso el examen de la universidad (que espero que así­ sea), tendré acceso a tres universidades estatales casi gratuitas:

-La UNAM (2011), que me cobra una colegiatura anual voluntaria de $0.15 centavos y tiene sólo convenios de posgrados conjuntos con once universidades extranjeras: EU, Perú, España, Alemania, Cuba, Canadá, Uruguay, Holanda, Argentina, Colombia y Francia, de las cuales, ninguna está en el ranking internacional.

-El IPN (2011), cuya colegiatura también es voluntaria y asciende a $150 pesos aproximadamente por semestre y mantiene convenios de posgrados con Alemania, Bélgica, Argentina, Canadá, China, Italia, Francia, Japón, Rusia y España entre otros, y que tampoco se encuentran en el ranking internacional.

-La UAM (2011), tiene una colegiatura por trimestre de $128.43 pesos, también tiene sus propios convenios y en los cuales no hay relación con Estados Unidos, únicamente con Argentina, España y Noruega.

Si no puedo acceder a ninguna de estas universidades públicas, mi familia se verá en problemas: tendrá que hacer otro “sacrificio económico” para mantenerme en una universidad privada de mediana calidad académica. Mi familia no cuenta con un fideicomiso para mi educación universitaria y mis abuelos no creo que quieran ni puedan intervenir ni invertir en este asunto. Seguramente mi hermana menor no podrá seguir sus estudios de primaria en una escuela privada para poder financiar la mí­a. Más vale que obtenga un lugar en la universidad pública.

Existe universidades privadas nacionales como el ITESM (TEC de Monterrey), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Universidad Panamericana, entre otras, que serán poco accesibles para mí­ por sus altas colegiaturas: “una licenciatura puede significar un gasto de entre 35 mil y 80 mil pesos al semestre (;) con seguros y gastos administrativos incluidos, sin tomar en cuenta los costos de libros, útiles, talleres extraescolares y cursos remediales” (Navarrete, 2011:58). Definitivamente, no están en el presupuesto familiar.

Los mejores trabajos del mundo

Quiero estudiar una carrera en el área de Ciencias Sociales. Le huyo a todo lo que tenga que ver con matemáticas, fí­sica, quí­mica o biologí­a. Quizá una licenciatura en Administración no estará nada mal. Aún no decido, falta todaví­a un año, hay tiempo;

Según Oppenheimer (2010:18), “en la UNAM hay unos mil estudiantes de historia, tres veces más que los de ciencias de la computación. Anualmente se gradúan de la UNAM unos 188 licenciados en Historia, 59 en Ciencias de la Computación y 29 en Ingeniería Petrolera. O sea que los contribuyentes mexicanos están pagando los estudios de más jóvenes dedicados a estudiar el pasado que a cursar muchas de las carreras que incentivan las innovaciones del futuro”.

Kim ya ha elegido qué estudiar: ingenierí­a molecular. Kim sabe -y también el gobierno- que las mejores empresas empleadoras, nacionales e internacionales, están volteando sus ojos hacia Asia, hacia la ciencia y la tecnologí­a, hacia el futuro;

“Todos los años en las universidades chinas ingresan casi un millón 204 mil estudiantes de ingeniería, contra 16 mil 300 de historia y mil 520 de filosofía. Los países asiáticos están privilegiando los estudios de ingeniería y las ciencias, limitando el acceso a las facultades de humanidades a los alumnos que obtienen las mejores calificaciones para entrar a las mismas” (Oppenheimer, 2010:18).

Kim, si mantiene sus excelentes calificaciones en la universidad y estudia ingenierí­a molecular en algún programa conjunto con universidades americanas, será reclutado por una empresa de clase mundial (nacional o extranjera), en su tercer año de universidad. Obtendrá un tí­tulo universitario internacional, aceptado en China y en muchos paí­ses más: podrá acceder a un excelente empleo -y remuneración, claro- dentro o fuera de su paí­s inmediatamente después de su graduación. El requisito de experiencia mí­nima para ocupar un puesto, estará rebasado por el número de investigaciones, de patentes y/o prototipos desarrollados por Kim como estudiante y sus estancias de verano en la empresa que lo eligió.

Yo, si mantengo excelentes calificaciones en la universidad y estudios en administración de empresas tendré que complementar mi formación académica con cursos extracurriculares de idiomas (como lo estoy haciendo desde ahora), de computación y otros que sean necesarios, además de obtener mi título lo más pronto posible, para tener el currí­culum académico mí­nimo solicitado por las empresas transnacionales y nacionales, que estarán seguramente “en la Feria del Empleo de la Ciudad de México y así­ competir con las más de siete mil personas que anualmente asisten y de las cuales sólo menos de mil 500 consiguen trabajo”(Rivera, 2011:86). El requisito de experiencia mí­nima que generalmente solicitan, si todo va bien, lo podré “solventar” trabajando en empleos de poca monta en el transcurso de la carrera o con la Ley del Primer Empleo que el poder legislativo mexicano está a punto de aprobar y que impondrá a todas las empresas, para evitar la discriminación en la contratación de los recién egresados universitarios. Mi primer sueldo no creo que supere, ni siquiera iguale o se acerque al de Kim.

Si compitiera contra Kim por el mismo puesto, estaría en chino ganarle;

Conclusiones

Pobreza en México y en China. Según el Banco Mundial (Aguilar, 2010), más de 500 millones de personas en China salieron de la pobreza extrema en 30 años, eso representa casi el 50% de su población, todo gracias a su crecimiento económico que tiene una lí­nea directa con la educación. En México se sumaron en el último sexenio poco más del 40% de mexicanos a la pobreza extrema.

China, en los primeros lugares. Espero que Kim salga vivo de esto. Si bien China ha comenzado a cosechar su apuesta en la educación, consiguiendo los primeros lugares a nivel mundial en economía, educación, innovación y desarrollo tecnológico, también está en el ranking internacional, en los primeros lugares -junto con otros paí­ses asiáticos- de suicidios juveniles en vísperas de los exámenes de admisión universitarios y posteriores a éstos, así­ como por empleos no conseguidos. Igualmente, el uso de castigos corporales en las escuelas para fomentar el aprovechamiento a nivel básico aumenta el estrés en los estudiantes, lo cual mina su calidad de vida. Todo tiene su costo y éste, creo que es muy alto.

Una cultura de la educación. Mi familia, al igual que la de Kim, pone el mayor esfuerzo para que mi educación sea la mejor, sólo que en la familia de Kim lo vienen haciendo por generaciones y tienen el apoyo del gobierno (cultura). La mí­a, por su parte, ha comenzado a vislumbrar en esta generación la importancia que tiene la educación en nuestras vidas: mi madre, con estudios universitarios inconclusos, ha decidido después de casi 25 años, regresar a la universidad a titularse. Tiene 48 años y desea mejores oportunidades de empleo y de calidad de vida, no sólo para ella, sino para toda la familia.

Mi abuelo materno les decí­a a sus hijos que la educación era la única herencia que podí­a dejarles, por la cual no habrí­a pleitos legales ni devaluaciones ni nadie podí­a despojarlos de ella. ¡Qué razón tení­a!

Por lo que a mí­ toca, hoy más que nunca debo luchar por una nueva generación implicada en la educación para el mejoramiento del individuo, de la familia, la sociedad y del país en general. No esperaré a que mí­ querido México despierte de este gran letargo y rezago educativo. Mis hijos deberán tener más y mejores oportunidades de educación y empleo, y para eso debo comenzar a trabajar hoy: cada pensamiento, cada acción personal, está forjando mi presente y mi futuro. Soy responsable de cada experiencia buena o mala en mi vida. Tal vez ya no estudie administración de empresas;

Tengo un año para prepararme y de mi depende, al igual que Kim, poder ser un ciudadano de clase mundial.

ESRU Opina - 2011

Reseña de Viaje a España

España: Una oración contestada
Juan Manuel Alvarado Meléndez

Primer Lugar ESRU Opina 2011

Mi gusto por viajar y conocer lugares lo tengo desde que cursaba la primaria a raíz de que la Secretaria de Educación Pública instituyó los paseos como parte de la educación cultural, aunque en esta etapa solo eran paseos al D.F. Cuando ingresé a la Secundaria pude conocer un par de estados de la República Mexicana. El trabajo de mis padres no permite que tengamos vacaciones o salidas frecuentes esto a frustrado un poco el que yo pueda viajar y conocer mi paí­s como a mí me gustarí­a, por lo que cuando me enteré de la convocatoria Premio ESRU “Opina 2012” Fundación Espinosa Rugarcí­a (ESRU) pensé ¡esta es mi oportunidad de conocer lo inimaginable!

Mi participación en el concurso y ganarlo, fue una oración contestada por Dios.

España, también denominado Reino de España, es un paí­s soberano, miembro de la Unión Europea, constituido en Estado social y democrático de derecho y cuya forma de gobierno es la monarquí­a parlamentaria que se encuentra aproximadamente a 11 horas de México en la ruta México-Bogotá, Colombia-España.

El Viaje resultó un poco cansado por el número de horas de vuelo, pero llegando a Madrid olvidé el cansancio. De pronto me encontraba en la Avenida de la Gran Ví­a, por supuesto en el centro de Madrid, imponente, majestuosa e increíble.

Al día siguiente de mi llegada con mi madre y mi pequeña hermana y ya más convencido de que realmente estaba en España (que no era un sueño) nos dirigimos a nuestro primer paseo, fue una visita panorámica por Madrid en el que pudimos ver La Puerta de Alcalá. La Plaza España, la fuente de Cibeles, el Ayuntamiento de Madrid y Ciudad Universitaria, principalmente. Posteriormente, en nuestra tarde libre decidimos visitarlas a pie para conocer más de cerca cada lugar y tomarnos la foto obligatoria.

En este recorrido me sentí­ atraí­do por el Palacio de Ayuntamiento, el cual es un edificio blanco con una arquitectura diseñada para las comunicaciones y que fue cambiando su uso a lo largo del tiempo.

En este espacio nos permitieron entrar y subir al mirador desde donde pudimos apreciar la fuente de Cibeles y toda la ciudad.

En el segundo dí­a, la visita fue a la Ciudad de Córdoba donde uno de los lugares más importantes que quizás visité fue la famosa Catedral de Córdoba, que en sus orí­genes era una Mezquita t desde 1238 se convirtió en la Catedral Católica de Córdoba su impresionante arquitectura hecha con cientos de arcos rojos y blancos la hace el monumento más importante de Córdoba junto con Alhambra, de la cual hablaré un poco más adelante. También visité el Barrio judío, lugar que le fascinó a mi madre por lo pintoresco de sus fachadas, macetas y jardines floridos, sitio que invita a pasar una tarde en paz y relajamiento, tomando un buen café y disfrutando unos bocadillos típicos de ese lugar.

En el tercer dí­a, visitamos Sevilla de la cual habí­a escuchado como uno de los lugares más representativos, bonitos y emblemáticos de España, cosa que fue completamente cierta. Lo primero que visitamos fue la plaza de España. Simplemente única! La entrada era como la de una iglesia y fue lo primero que vino a mi mente pero cuando entramos fue muy diferente a lo que pensamos, era como un gran patio circular con un frente en el centro y en toda la pared estaban escritas las regiones de España ordenadas alfabéticamente con su escudo, ubicación y pinturas representativas. Después atravesamos un pequeño puente que conectaba con el gran patio donde por debajo pasaba un rio y se apreciaba muy bien la plaza.

En todo el viaje no deje de pensar qué mueve a la fundación ESRU para organizar este importante evento y al ganador, darle esta magní­fica oportunidad de conocer este hermoso paí­s. Gracias nuevamente.

Más tarde nos dirigimos hacia la Catedral de Sevilla, imponente con su estilo gótico, siendo la más grande de Sevilla.

Observándola desde afuera supe que no serí­a suficiente un día para recorrerla toda, pero al final decidimos subir a la Guirnalda, que es la torre más alta. El camino era un poco largo y cansado pero lo bueno fue que para subir no había escaleras si no rampas lo que facilito la caminata.

Saliendo de la Catedral entramos a “El Real Alcázar”, lugar muy parecido a una hacienda con muchas fuentes pequeñas y jardines florales, este lugar no se me hizo de gran interés en cambio a mi hermana le encantó. España tiene muchos edificios similares a los de México, principalmente a los que se encuentran en el Zócalo de la Ciudad de México y por supuesto es razonable, ya que su influencia colonial ésta plasmada en todo nuestro territorio nacional.

En el cuarto dí­a, viajamos a la bella ciudad de Granada, donde visitamos La Alhambra, una fortaleza amurallada creada en 1238 y que después fue declarada monumento nacional en el año de 1870 y que alojaba al monarca y a la corte del reino Nazaré de Granada.

Era como un pueblito que a sus alrededores habí­a murallas para protegerla en caso de un ataque enemigo. Y para terminar la visita atravesamos unos jardines aún más bonitos que los de “El Real Alcázar”. Ese mismo dí­a, en la noche, nos llevaron nuevamente a la Alhambra para verla con alumbrado especial y a la luz de la luna.

Para el quinto día estábamos en Toledo, con un calor abrazador de 40 centí­grados, pero valía la pena. Lo primero que visitamos fue un taller donde se forjan espadas, escudos, cuchillos, etc. Nos hicieron una demostración de la fabricación de una espada y fue sorprendente. En el Sótano del taller habí­a una galerí­a en la cual podí­as comprar espadas, cuchillos, navajas, armaduras, escudos, pistolas antiguas, objetos de oro etc.

Después partimos hacia el corazón de la ciudad donde caminamos por calles, callejones y vimos otra catedral de estilo gótico igual de increí­ble que la de Sevilla. La siguiente parada era una iglesia, ahí se encontraba la famosa pintura de Greco “El entierro del Conde de Orgaz”. Nos cautivó a los tres.

Y después seguimos hacia el puente de San Martin, el más grande que haya visto solo que ahí tuve que tomar fotos muy rápido y trotar por que el sol quemaba la piel.

El sexto y último dí­a tuvimos la oportunidad de una última visita por la mañana a la ciudad de Madrid y al centro comercial “El Corte Inglés” para después prepararse para ir al aeropuerto y terminar con esta fantástica aventura que nunca, nunca olvidaré.

Gracias colegio de bachilleres por apoyarme y en especial al profesor Alejandro Hernández de la materia de literatura, que me invitó a participar en la convocatoria y que nunca dudó de mi capacidad: cuando le entregue mi trabajo, me miró a los ojos y me dijo ¡tu serás el ganador- Gracias nuevamente a la Fundación ESRU por brindarme esta gran oportunidad de conocer un país tan imponente como España y no solo a mí, sino a mi madre y mi hermana, así como reconocer mi capacidad al escribir.

Gracias por ser la respuesta a una oración.

ESRU Opina 2012

Texto Ganador

Viridiana Peralta Martínez
Primer Lugar ESRU Opina 2012
Despertar en Soledad

Muchas veces quise vivir el tiempo de prisa para que los golpes no me dolieran más de lo que escuchaba, pero sólo provoqué frustración y una gran soledad por querer evadir tantas cosas de la vida.

Era una noche con mucho frío, el viento se escuchaba, y a pesar de eso no podía despertar, hasta que escuché un ruido muy fuerte desperté, eran casi las 6 de la mañana abrí los ojos y me pregunté, ¿dónde estoy?, ¿qué día es?, pero no lo supe, de pronto sentí un fuerte escalofrío por todo el cuerpo, la realidad se hizo presente en mi mente.

Me incorporé de esa cama vieja y ruidosa, con cobijas gastadas y malolientes, caminé hacia el espejo, me horroricé al verme, ¿quién era yo? -angustiada y con desesperación me seguía cuestionando- pero, ¿cómo he llegado a esto, sólo tengo 16 años! Y realmente, no sabía a quién veía en el reflejo, de nueva cuenta ese escalofrío recorrió mi cuerpo, tan sólo un momento bastó para recordarlo todo, el saber por qué estaba yo ahí.

Era martes, el calendario marcaba 30 de noviembre del año 2010 y estaba en un anexo .

La cabeza comenzó a darme vueltas, buscaba con desesperación un polvo blanco, sí mi polvo, ese que siempre me ayudaba a olvidar, mi cocaína o “perico” como le dicen algunos para ocultar el nombre, pero ya no lo tenía. Entonces regresé al espejo, cuando me vi a mi misma, cuando tomé el valor para verme, noté que estaba muy dañada físicamente, flaca, ojerosa, con cortes en la mano derecha, marcas con cúter. Sólo recordaba los reclamos de mi papá, esas voces que me decían ¿por qué lo volviste hacer? Las lágrimas de mi mamá tampoco ayudaron, ella con voz entrecortada diciéndome ¿qué quieres que haga para que te entienda?

Pero era más fuerte el dolor de cabeza, escuchaba esas voces diciéndome que era una drogadicta, que para qué estaba ahé, tanta gente hablando, opinando, gritos, llanto, Dios, juro que quise correr, irme de ese lugar pero en mi mente habéa muchas imágenes todas ellas del daño hacia los demás, volví a quedarme dormida.

No sé cuantas horas pasaron pero al despertar una pregunta vino a mi mente ¿que había hecho? Recuerdo que estaba en la prepa estudiando y me salí, y hoy estoy aquí encerrada, con un rostro tétrico, a pesar de tener 16 años me mostraba una persona ya más grande, frustrada, fracasada por la vida, resentida, sin ganas de vivir, con un cuerpo muy cansado y maltratado.

Horas más tarde una persona se me acercó y me preguntó qué ¿Cómo estaba? Se sentó frente a mí, yo empecé hablar lo que recordaba, ella sólo me escuchaba con atención, nunca me juzgó y fue más fácil “sacara” todo lo vivido.

Muchas veces la gente dice estar sola, sentir que nadie los comprende, que el mundo les está dando la espalda, pero están muy equivocadas, yo me preguntaba ¿en qué momento había cambiado? Cuándo deje de ser esa niña que corría descalza por la casa, que decía que iba a ser doctora para que nunca se murieran mis papás. No, ya no estaba esa niña, ya había crecido, era una adolescente que se había ido de su casa una tarde, gritando y maldiciendo a su mamá, siempre echándole la culpa de todo lo que estaban viviendo a sus papás.

Sí, por su culpa me comencé a drogar, por esas ausencias, porque nunca estuvieron conmigo, estaban más atentos en sus problemas de dinero, yo quería decírselos pero no se podía porque en la casa sólo eran gritos, reproches, golpes. Cuando se separaron no nos dijeron nada, sólo nos repartieron como “vacas”, ¡los odiaba! por eso preferí salirme de la casa criticándolos, diciendo que yo iba a tener hijos y no iba a ser igual que ellos.

Ya no quería vivir, me quería morir, en mi mente vagaban imágenes prostituyéndome dentro de un bar, estar con uno y con otro, de esos viejos feos, barbones, con un olor muy desagradable, tomándome y maltratando mi cuerpo de “niña”.

En ese mismo lugar conocí a Edgar, un chavo mayor que yo, él tenía 22 años con el cual me casé ilegalmente, por yo ser menor de edad, me prometió que seríamos felices y estaríamos siempre juntos. Eso me agradaba ¡quería hacer una familia! Pasó algún tiempo, y como él también se drogaba, el dinero no nos alcanzaba, y para poder drogarnos hasta me obligó a regresar a trabajar al bar, como yo decía amarlo regresé, pero fue peor, pues mi alcoholismo y drogadicción creció. En esos pocos momentos de lucidez, me recuerdo encerrada en un baño, sintiendo con desesperación cómo mi vida se agotaba cada día.

He leído en libros y anuncios las consecuencias y cómo te degradan físicamente las drogas, pero no es todo, hoy sé lo que es esa situación, sentir la desesperación por hacerlo, tener la angustia de que alguien te pueda descubrir, soportar esos delirios de persecución, se carga con una gran soledad y el miedo nunca desaparece. Ser feliz y salir adelante, son más allá que fantasías, son cosas imposibles cuando las drogas te atrapan.

Trabajar en ese bar del estado de Hidalgo me borró como persona, ya no me sentía nada, era como una basura, verme al espejo a mí misma no tenía sentido, pero era mejor que estar tirada sobre el piso, borracha y drogada, darme cuenta de mi fracaso. Cuando me decían aquellos hombres “niña qué haces aquí a tan corta edad, deberías estar estudiando o en tu casa con tus padres”. ¡Ash!, detestaba esos comentarios, aunque eran ciertos, pero mi soberbia era más grande, en esos momentos sólo quería tener cerca a la persona que más odiaba, abrazarla y llorar entre sus brazos, pero ella, mi mamá no sabía nada de mí, solo había desaparecido de sus vidas, mi familia nunca supo dónde estaba.

Con el tiempo empecé a vivir para drogarme y me drogaba para vivir, varias veces me quedé sin comer, pasaban los días y yo durmiendo en la calle, buscando comida en la basura pero era más el deseo de drogarme que comer o tener dinero; después me empecé a prostituir pero ya no por el dinero o las drogas sino porque no quería estar sola, según yo encontraba la compañía en cualquier hombre para no sentir ese vacío, incluso varias veces llegué a creer que estaba embarazada, me aterraba hacerme pruebas de embarazo, pero afortunadamente siempre salieron negativas.

Empecé a bajar mucho de peso, mi aspecto era como “chupada y pálida”. En ese tiempo me empecé a drogar con “activo” porque es el más barato. Aún estaba con Edgar pero en una ocasión los problemas empezaron por celos y reproches y yo huí de ahí y me regresé al Estado de México, busqué a mi papá para que me ayudara, hice un juramento en la iglesia y trate de dejarme de drogar, lo logré por 2 semanas.

Y a pesar de que no me drogaba, me sentía muy sola, las cosas no tenían sentido y me volví a salir de la casa. Comencé a vagar por las calles, otra vez mi vida ya había fracasado, me sentía mal hasta por la sociedad, sentía la desconfianza de todos, debo decir que comencé a robar y todo lo que veía lo tomaba para empeñarlo y seguirme drogando.

Las drogas, sí puedo decir que al principio a uno le hacen sentir muy bien, eso de “meterse” cosas es muy fácil, pero después se vuelve un infierno, muchas veces lloraba con amargura en un rincón pidiendo ayuda pero eran más grandes las ganas de drogarme, ellas me habían ya dejado sin voluntad, sin control de mi misma.

Un domingo por la mañana mi hermano me encontró en la calle, dicen que corriendo como loca, sin zapatos, completamente drogada, me cargó, ya no me soltó, me llevó de vuelta a casa, y yo le gritaba que me soltara que yo si podía controlarlo, gritaba y pedía ayuda para que me soltara, él sólo preguntaba ¿dónde había estado? Me llevó a la casa, ahí me obligaron a bañarme, pues apestaba, llevaba días sin bañarme y sin comer, no sé cuántos, no sé por dónde, no sé con quienes.

En ese nuevo regreso a casa me llevaron al médico y me hicieron pruebas de sangre para ver si no tenía alguna enfermedad, Sida, Herpes, Gonorrea, etcétera. Sabía que corría esos riesgos y me aterraba, antes era el estar embarazada, ahora era una enfermedad, esos días hasta uñas me faltaron del nervio por esperar los resultados, y aunque a pesar de que mi actitud era de que nada me importaba, tenía miedo, gracias a Dios todo salió negativo, solo tuve una infección no muy grave y que no me traería consecuencias.

Me sentía mal físicamente y emocionalmente, no podía sola, quise demostrar que sí pero no, iba de fracaso en fracaso, como hija ya había matado todas las ilusiones de mis papás; ese día que me fui de la casa, gritando, maldiciendo y corriendo, se fueron conmigo todas esas palabras huecas, llenas de falsedad e hipocresía, esa furia ante ellos, ese odio. Como estudiante también había fracasado, había dejado la escuela y nunca la había aprovechado, sólo estaba por estar, iba por no aburrirme en casa, viendo sólo pasar el tiempo, como hermana era el mal ejemplo, cómo pude dejar que mi hermana viera todas esas las escenas de agresividad y rebeldía, ni siquiera fui capaz de enseñarle algo o apoyarla, puros insultos eran para ella, cuando solo quería un abrazo mío, un poco de afecto, sólo me decía ¡no te vayas! Y lo hacía hincada, -por favor llévame contigo-, yo la pateaba y le decía a gritos ¡lárgate!, no podía darle algo que yo no tenía ni por mí misma, amor. Como amiga traicioné con tal de conseguir lo que quería, es más, ni como ciudadana servía, sólo estaba contribuyendo a la destrucción mía y de más personas con mis malos consejos, y ni para el medio ambiente era buena, lo estaba contaminando. Por eso, fue así que un lunes 29 de noviembre me llevaron al anexo, lo vi y me quise quedar ahí, pues fue la oportunidad para cambiar la forma que estaba viviendo, quise tomar una, quizá la última oportunidad para hacer algo bien.

Ahí he aprendido el valor de la vida, el amarse a uno mismo, principalmente a vivir con dignidad conmigo misma y a llevar una vida útil y feliz, hoy puedo decir que he recuperado mi vida, sé quién soy, qué quiero y sé que lo lograré.

Regresé a la escuela, quiero ser una mejor persona, busco el perdón de mis padres, y compartir con mi hermana, escucharla, apoyarla. Sé que el pasado duele, pero mi futuro me ilusiona.

Ahora cada vez que me veo en el espejo, veo como se refleja una sonrisa en mi boca, veo una joven que tiene ganas de vivir y lograr muchos objetivos, ya me veo de mi edad, ya no como una persona acabada y que por mis actitudes reflejaba la amargura de una vejez. Hoy sólo quiero demostrar que soy una mujer libre de las drogas y que sí se puede.

Hoy mis preguntas giran en torno a ¿cuántas jóvenes a diario caen en el falso mundo de las drogas?, ¿cuántas jóvenes hay atormentadas por no encontrar la salida de ese infierno, viven en promiscuidad sexual, soledad, abandono y miseria?, ¿cuántas tienen la oportunidad de salir de este lodazal?, ¿cuántas prefieren mejor la muerte ante la desesperación que viven por no poder superar su drogadicción?, ¿cuántas entran como almas ausentes, como seres sin conciencia a los llamados “manicomios”?, ¿cuántas se salvarán?

Por eso hoy quiero decirte, a ti amiga, joven con todo tipo de ideas en la cabeza que no te dejes cegar por tu vanidad y creas que con tu belleza y juventud puedes solucionar tus problemas, que por ser joven nada puede pasarte, ni las drogas o el alcohol pueden atraparte, pues sabemos que la belleza no es la que representa tu físico ni la juventud es la que representan los años que tienes.

Lo que representa la vida que llevas y quieres llevar es esa sonrisa que se dibuja cada día en tu rosto y que debes aprender a disfrutar. ¡Despierta de la soledad!

ESRU Opina 2013

Texto Ganador

Valeria Polette Esquivel Samano
Plantel 7 Iztapalapa

Primer Lugar ESRU Opina 2013
Carta a otro planeta
Querida señora:

Desesperadamente escribo estas líneas para usted, sé que su tiempo es valioso y por ello tal vez piense que lo desperdicia al leer esto, pero le pido solo 10 minutos; 10 minutos que espero, después de que lo lea, se conviertan en horas, días, meses y, con mucha suerte, años y decida al fin, obsequiármelos.

Es difícil intercambiar palabras entre las dos, sobre todo cuando las únicas palabras que cruzamos en un día común son: “Hola, adiós, por favor y gracias”. Doloroso, pero cierto, y como sabe que no me atrevo a abrir mis sentimientos con usted, fue que decidí tratar de decírselo por otro medio, aunque debo confesar, que ni haciéndolo por escrito disminuyen las lágrimas, ni ese espantoso nudo en la garganta que se apodera de mi como si le hablara de frente, sin embargo, almaceno las lágrimas en frascos, las mezclo con un poco de licor y las bebo para poder seguir.

Suena increíble, ¿no le parece?, que aun siendo de la misma sangre, viviendo bajo el mismo techo y durmiendo a sólo una habitación de distancia, sean tantos kilómetros que nos separen y sobre todo que no le conozca del todo y seamos completas extrañas.

Recetas, libros, consejos de miles de personas, hasta debajo de las piedras he buscado pero, simplemente no consigo hallar la forma de inmiscuirme dentro de su misterioso corazón, le ruego que me haga un lugarcito, aunque sea uno chiquito. Prometo no estorbarle, no molestarle y le aseguro que ni siquiera se acordará de que estoy allí. Si me lo permite hasta lo haré más cálido para usted, incluso intentaré reparar las piezas de su roto corazón; si tan sólo pudiera comprender la mecánica con la que éste trabaja, quizás sería más fácil.

Mi desesperación por no dar con la respuesta me llevó a buscarla en mi pequeña hermana a la que con lágrimas en la cara le pregunté, ¿cómo le haces para que mamá te quiera tanto? Te llena de besos y caricias todas las noches, te acurruca con ese beso escurridizo con el que tanto sueño y que tantas veces le he limosneado. ¿Qué te hace ser tan merecedora de tal prueba de amor? Su respuesta fue tan sólo silencio.

Es claro que no comprende cuanto duele tener a una madre viva y no poder disfrutar de su compañía o de sus mimos, porque aunque no lo crea, usted y yo tenemos eso en común, carecemos de una madre. A usted se le fue hace años y la mía se ausentó por un largo rato, tal vez no de cuerpo, pero sí de alma. Incluso he llegado a pensar que tengo la culpa de que se porte tan fría y se aleje constantemente, tal vez no quiera estar conmigo porque dicen que me parezco mucho a mi padre y que soy su vivo retrato, quizás sea por eso.

Pensé que no sentiría dolor más grande que el que me dejó mi primer amor, pero era tan solo porque no sabía lo que era verla muerta en vida. Tan destrozada por dentro y por fuera, pensando que quizá sus nuevas arrugas, quizá su aumento de peso en estos últimos meses o quizá alguna falla en la cama, sean las responsables de que él decidiera dormir bajo las cobijas, buscara otro tipo de calor corporal y el olor de otro lecho. Es como verla dando vueltas y vueltas por su habitación repitiéndose las mismas preguntas de siempre ¿En qué fallé? ¿Qué hice mal? ¿Amar demasiado? Se dejó envolver en la amargura y la depresión, se olvidó del mundo en su cuarto, aunque el mundo no le olvide.

También se ha quedado atrapada entre las garras de ese monstruo llamado rencor que se alimenta de inseguridad y odio. ¡No lo permita! No sabe cuánto le admiro y cuanto apostaría por usted, es solo una gran prueba que la vida le ha puesto en su camino, no se deje vencer que cada vez la desconozco más, se ha olvidado aún más de mí.

Pero, ¿le digo un secreto? No está sola, la pueden dejar, pero nunca tendrá quien la deje de amar, cuente con una servidora, una amiga si usted quiere. Aunque no lo crea, usted tiene la amalgama perfecta entre su belleza y clase, desde su firme carácter hasta su delicada sonrisa, su feminidad y elegancia acompañada de un toque de perfeccionismo. Todo eso es lo que la hace tan única y tan, usted.

Ahora le confesaré algo: no soporto más sus lamentos en la noche, perturban a cualquiera y dan ganas de tirarse de un risco, con tal de cambiar esas valiosas lágrimas por tan solo una sonrisa dibujada en sus labios. Me hieren el alma y yo grito por dentro que ¡quisiera sentir su dolor cientos de veces, durante años o toda una vida si es necesario, con tal de volverla a ver sonreír!, con tal de que vuelva a lavar, a planchar, a levantarse de esa cama que la tiene como prisionera y poder librarla de esas noches de amargos desvelos, de insomnios que llevan el nombre de aquella mujer. Mi padre no es ningún tirano, ni ninguna de esas cosas que últimamente he escuchado de su boca en las noches antes de su partida de siempre pero, me decepciona, no lo creí capaz de aceptar tan mal negocio. Al final cambió una joya antigua y muy valiosa por un pedazo de carbón que promete ser un diamante en muchos años, siempre y cuando se le transforme con dinero. Duele aún más el hecho de que quizás no sólo seremos tres niños en su vida y otro lleve la mitad de mi sangre, un bastardo como usted le llama, pensar que tengo que compartir su cariño con gente que ni siquiera conozco, ¡me llena de miedo, y coraje al mismo tiempo! La ausencia de mi padre se siente cada vez más en la casa, y las risas y cariño también se extinguen, sólo me era posible verlo en las mañanas antes de ir a la escuela, cuando me regalaba ese beso, ese que no sale de su pequeña boca, y es cuando su ausencia aumenta mi soledad.

Cuando era media noche, comenzaban los gritos. Cerraba mi puerta y me colocaba debajo de las sábanas esperando que repelieran todo sonido emitido de sus bocas en ese preciso instante, deseando que se congelara el tiempo y se agotaran mis lágrimas.

Mis hermanos estaban en mi puerta y mi cabeza meditando oraciones, palabra por palabra, para decirle a mi hermano que no llorara, que no cometiera los mismos errores que ellos, que recordara que llorar no le va a dejar pensar y no habrá forma de que la solución o respuesta caiga del cielo, como muchas veces lo he deseado; la mejor característica de mi hermano es que calla lo que siente, pero su rostro derrochando lágrimas en medio del silencio, lanza un grito de tristeza y dolor, al verlos destruirse de tal forma.

Todo estará bien, es sólo una pelea más, engañarme y enseñarlos a ellos, se convirtió en mi mejor oficio aparte de velar por su sueño. Sin pedirlo adquirí la tarea más pesada, que es la de guiarlos y ponerles el ejemplo, ¡pero qué difícil es ser la hermana mayor! Sobre todo, cuando tienes que tragarte todas esas lágrimas que quisiera sacar justo en ese preciso momento, las ganas de desvanecerte, ser una sombra y gritar que ya no puedes más, dejarte caer y abandonarlo todo, salir corriendo, huir lejos, cual buen cobarde. Pero no me dejo por una simple razón, que “ellos” ahora son mi motor de lucha.

Tal vez usted piense que no la comprendo y que jamás me imaginaré su dolor porque no estoy en sus zapatos, pero, madre, no necesito pasar por lo mismo para sentir dolor semejante al suyo, si solo con escucharla llorar tengo suficiente para morirme enganchada en sus brazos.

Me duele el daño que se causan el uno al otro, viendo poco a poco como se desgasta su amor y con ustedes, mis hermanos y yo. Esos audífonos que tanto le molestan son el escape más rápido hacia otro mundo, me escondo debajo de las cobijas tratando de evadir sus gritos, me refugio en mis pensamientos y recuerdos de la escuela, amigos y amores, nadie se imagina todo lo que está escrito detrás de una sonrisa dibujada apenas con un lápiz.

Es raro y triste tener que aceptar que busco el amor que falta en casa en otros lugares, en otras personas, tener que ver cómo mi padre recoge sus ropas a mitad de la calle es algo difícil de ver sin que las lágrimas nublen la vista, pues sólo puedo pensar que tomó una mala decisión y está cargando su cruz, que es su condena, ojalá que a donde descanse esta noche sea seguro, sea cálido y no le falte nada. Hablar con usted es como colocar azúcar en un saco roto, entran las palabras, pero salen del otro lado, se quedan perdidas en el espacio. Por eso es que de mi boca ya no sale ni una sola frase; sucedía siempre lo mismo, primero le importan y al día siguiente, como cualquier cosa vieja, las tira a la basura, lo que ocasiona que se evaporen mis ganas de hablarle con toda esperanza de que me quiera, tan solo un poco;

Así se ha ido construyendo una barrera gigante entre las dos, agregando una más a la lista de las miles que ya existen, y no me ha sido posible escalar ni una sola. El daño que aquélla mujer y mi padre provocaron a nuestra familia y, sobre todo, a usted, es más doloroso que ver como caen una a una la estrellas del cielo, es ser testigo de cómo, bloque a bloque, se derrumba ese mundo construido para nosotros, se desvanece en el aire y sólo van quedando escombros. Me hace sentir muy vulnerable, como si cualquier cosa pudiera dañarme. Ayer me dijo que hacía muy notoria mi indiferencia, que no me interesaba y que estaba consciente de ello, que sólo me avisaba que estaba próximo el papeleo que determinaría la total partida de ambos para diferentes caminos y que tenía que aceptarlo con sabiduría. No me sorprende que piense que me da igual si tengo familia o no, los kilómetros que me separan de usted son demasiados para alcanzar a entender bien las palabras, aun gritando es casi imposible que me entienda, si le dijera que me importa hasta el más mínimo detalle de qué es lo que pase con usted, si ha comido o si ha podido conciliar el sueño, ¿de verdad cree que no me interesa saber?, ¿qué ocurre en la vida de la mujer que con tanta ilusión y amor me esperaba desde antes de que naciera? Le estoy agradecida por ser mi madre y que me haya obsequiado el regalo más hermoso, que es la vida. A tal grado es la distancia que nos separa, que cada vez más me hace creer que soy una completa desconocida en su planeta. Pero supongo que ahora mismo se ha de estar haciendo una pregunta, ¿qué quiero ganar con esto? Muy fácil decirlo pero como cuesta dar con ese instante, le voy a hablar lo más claro posible, bien, la verdad es que quiero hablarle de negocios. Le propongo un trato, una semana, no más, para que se dé la oportunidad de conocerme, tiempo para quererme y, si se puede, hasta pensar en la posibilidad de llegar a ser su mejor amiga, su confidente, su cómplice, a la que sin temor le pueda confesar sus miedos, le cuente sus problemas, le aconseje y vayan de compras juntas, como suelen hacer mis amigas con sus madres, ¡como suelen hacer dos personas de la misma sangre! Para así, ambas tener con quien reír de lo que hicimos durante el día, ver películas juntas, divertirnos juntas, me gustaría saber qué hay detrás de esos hilos de plata, cómo fue su boda, cuál es su bebida favorita.

En fin, tener el privilegio de conocerla. ¿Qué le parece? Soy un poco latosa pero mi cariño es sincero, le juro que no se va arrepentir, tan sólo deme esa oportunidad, quitando esos barrotes de la entrada de su corazón que creo que ya hasta tiene un letrero que me prohíbe la entrada. Le prometo que si en una semana no resulta y no se siente a gusto, no la molestaré más y no la haré desperdiciar de nuevo su valioso tiempo conmigo.

Esperando su pronta respuesta desde el planeta vecino, le deseo que todos los días de su vida sean, uno a uno, mejor que el anterior, que no se olvide de recibir las mañanas con una sonrisa y esperando que algún día que se anime a volver a leer esto, sepa en realidad cuanto la amo.

Firma.

Tu primera hija.

ESRU Opina 2014

Texto Ganador

Mar Fernández Uribe
Plantel 20 Del Valle

Primer Lugar ESRU Opina 2014
La Suite
¿Mi vida? No, no es mi vida, pero si fue una gran influencia en la mía y en mi familia, por eso sé que ya no soy la misma desde entonces, ya que él cambió mi forma de ver la vida y me enseñó cosas, que probablemente nadie me habría enseñado nunca si él no hubiera sido quien es.

Yo lo recuerdo siempre sentado en su silla favorita, frente a su escritorio lleno de libros y una gran taza de café cargadísimo, lápices y plumas por doquier. Una coleta, un suéter sobrepuesto en los hombros, morado la mayoría de las veces, escribiendo o leyendo algún artículo interesante sobre la sociedad de aquel entonces, o algún cuento para su pequeña sobrina, que se la pasaba enferma de la garganta y metida entre esas pilas de mágicos libros.

Recuerdo que él siempre me cargaba en sus piernas explicándome que debía ser feliz, que las personas suelen ser muy extrañas y complicadas, que no me debía importar lo que pensaran de mí, que debía defender lo que creía y hacía, pero sobre todo, que debía crecer y cantar, si, Cantar maravillosamente y tocar algún instrumento, quizás piano, ya que mis manos estaban hechas para hacer música, siempre decía que yo debía ser músico y que la sociedad no me impidiera serlo, que nadie, solo yo podía frenarme a mí misma.

Cuando era pequeña, no sabía a qué se dedicaba, yo solo entendía que vivía metido en los libros sin dibujos, en tazas de café negro sin azúcar, o copas de vino tinto. En aquella habitación mirando por la ventana que daba hacía el jardín en espera de alguna idea para “iniciar” con música suave de fondo y un cigarro para acompañar, ahora intento recordar alguna canción en específico, pero la memoria me falla, vagamente recuerdo música clásica y jazz.

Siempre me acuerdo de cuando me ponía a jugar con su computadora y recuerdo muy bien la gran paciencia que tenía para explicarme las cosas, sus mermeladas de frambuesa y mora azul, que compartía conmigo y un pan tostado para acompañar la cena, y ¡claro! esas pelotitas a las que les pusimos como nombre: “Chicol”, que, tal vez él no sabe, ni se imagina, que aún conservo la mayoría.

Gracias a él aprendí a jugar canicas, con ellas podíamos pasar horas enteras jugando y dibujando círculos en el patio hasta que nos diera la hora de ir a comer o salir al mercado por la compra, nos la vivíamos cantando y componiendo canciones, una de ellas, mi favorita “Niña locuais” que, estoy segura está guardada como mi máximo tesoro igual que la carta que recibí de su parte cuándo él se fue a París.

Ahora que he crecido entiendo a qué se refería con esas palabras suaves que me decía viéndome fijamente a los ojos, diciéndome “Mash de a Mash”; Ahora puedo entender mejor qué quería decirme, qué quería evitarme, y comprendo lo sabio que era desde joven en aquel entonces. La sabiduría que le dieron los libros, la escritura y la escuela, pero su verdadera sabiduría se la dio la vida y; ¿los dolores causados por ella? esos, se los fue curando el tiempo.

Eduardo, aquel escritor que reflexiona sobre la vida con una buena taza de café, un cigarrillo en la mano, mirando la lluvia por la ventana, es el que siempre creyó en mí y no dejó de hacerlo, incluso cuando yo dejéde creer en mí.

No olvidaré el día en que creí que jamás lo volvería a ver, a menos que cumpliera mi sueño y lo fuera a visitar, atravesar el mar, vencer mi miedo a las alturas y llegar a París, donde él se encontraba. Ese día sentí que una gran parte de mí se había ido con él, entendí lo que era extrañar a una persona, lo que era no saber más de él, aunque las palabras de tu madre intentaran calmar una inquietud palpitante, yo quería hablar con él, verlo y abrazarlo, cantarle las canciones que me enseñaban en el kínder, pero él estaba muy lejos y yo muy pequeña y así se pasaban los meses, se caían las hojas de los árboles, retoñaban las flores, venía la lluvia y yo no sabía si su cabello había crecido, hasta que un buen 4 de noviembre del 2003, llegó una carta desde París, dirigida a: Mash de Mash. (Para Mar del Mar) si, era de él, de mi tío que se había enterado que mi lectura era más fluida y que nuevamente estaba enferma de la garganta, así que me escribía contándome su vida allá en París, de lo tranquilo que era y de lo que un día sería mi motivo para regresar a lo que más amaba: la música.

Mash de a Mash

¿Qué has hecho en estos días, Maresita? Como ya sé que estás medio Lorencita, me imagino que has de andar de un lado para otro y que por eso te enfermaste de la garganta. Cuídate mucho, porque si no la voz se te puede dañar y ya no vas a poder cantar igual, Además acuérdate que la próxima vez que te vea vas a cantar más bonito. ¿Y cómo vas a hacerle, si siempre tienes mal las anginas? Ay Mash de a Mash.

Yo acá sigo con la misma vida de siempre. Aunque con mayor tranquilidad. Nunca hay ruido y puedo trabajar en lo que me gusta hacer. El otro día, en París, fui a la ópera, y me acordé que tengo una sobrinita que, probablemente algún día estará en un escenario así de hermoso, con un vestido largo y lindo, cantando algo precioso, que es algo de lo mejor que puede lograr un ser humano.

Cuídate mucho y cuida a tu hermanito, como Rey todavía no sabe leer, dile que lo quiero mucho y que le das muchos besos porque se los das de mi parte.

Te quiero mucho, Lalo de a Lalo.

Recuerdo que no pude evitar llorar, pero desde entonces trabajé duro para poder ir y verlo de nuevo.

Algunos meses después, regresó, toda la familia lo esperaba, el más pequeño de los siete hermanos regresaba de un viaje del que ni el mismo sabía si regresaría, ahora lo entiendo, quedarse allá sería algo maravilloso, pero aquí está todo lo que eres.

Nunca más lo quise dejar ir, pero todos crecemos, la vida nos tiene sorpresas impredecibles y la tristeza, la obscuridad le llegó para cambiarle la vida por completo, jamás volvió a ser el mismo, hubo un tiempo en que no lo vi sonreír, no lo vi reír, ni leer, ya no escribía para mí, su larga cabellara pasó de estar amarrada y llegarle a los hombros a desaparecer por completo, fue entonces cuando entendí que no existía justicia divina, que Dios no era justo y que quizás tampoco existía ¿Si yo le pedía por él todas las noches, porque lo había castigado de esa manera? ¿Por qué arrebatarle de las manos a la persona que más amaba en la tierra? ¿Por qué sus ojos debían verla morir?

¿Pensaba, por qué no me llevó a mí, en vez de llevarse a esa mujer que lo hacía sonreír? Quería llorar mientras veía como caía el cabello de Eduardo al piso, ese cabello que tanto le gustaba, que siempre cuidaba, ese cabello que ahora caía al piso rajado por una máquina y dejando al descubierto la herida que mi tío tenía en la cabeza por el accidente. Fue ahí donde entendí lo que era vivir o morir, lo injusta que podía parecer la vida y Dios. Lo que era amar a alguien, perderlo y junto con esa persona perder el motivo de vivir, y saber que a esa persona no la volverías a ver jamás. Y lo supe muy bien, porque yo también perdí a alguien en ese accidente, Eduardo, jamás volvió a sonreír de la misma manera.

Pasaron los meses y él estaba triste, obscuro, parecía un ser sin vida, estaba en el sol, y seguía siendo gris, sus ojos eran profundos, estaban apagados, ya no tenían la luz de ese joven emprendedor que comía dulces conmigo hasta reventar, que me enseñó a comer de todos los sabores, olores y colores.

Mis ojos se llenaban de lágrimas al verlo así, creo que ese también fue uno de factores que me hizo pensar en quitarme la vida si ella no volvía. Muchas veces llegué a hablarle al cielo y decirle que me llevara y la regresara a ella, que Eduardo la necesitaba, y al no haber respuesta, furiosa le decía a Dios, que era cruel y despiadado, que ella no debía partir, que ojalá me hubiera llevado a mi antes que a ella, que ella viviera para que Eduardo volviera a ser quien siempre había sido, pero mis ruegos y reproches fueron en vano, nadie, absolutamente nadie me oía.

Mis hormonas comenzaron su juego, y él no respondía, mi voz se apagó, el pajarito “Locuais” no cantaba más, no quería cantar más. No quería ver a nadie, mi Lalo de a Lalo ya no estaba, él era el único que me oía, que entendía, que escribía canciones conmigo, que me inspiraba, crecí con él, y gracias a sus palabras defendí mi estudio musical, hasta que dejé de creer que podía. Él me enseñó a amar los libros, a comprender, a escribir y a expresarme, Él hizo arte para mí y la compartió, aquel filósofo, me enseñó que las palabras son arte y el pensamiento es vida. Me enseñó a continuar aunque no hubiera motivos aparentes, no sé si él estuvo consciente de todo esto, pero eso es lo que logré captar, eso es lo que aprendí, eso y más.

Muchas veces leo su libro en busca de algo que me de señales del Eduardo que conocí, pero el tiempo no vuelve y sus cuentos están llenos de “Infiernos particulares” como él lo llama, están llenos de grandes secretos que algún día cuando sea una buena lectora y pueda comprender más de la vida entenderé lo que mi tío intenta decirme en ese libro, y encontraré una nueva esencia de él, que a pesar de que han pasado ya varios años, no encuentro a mi Lalo de a Lalo, tal vez, es que ya he crecido, quizás sea que también me alejé por miedo, o tal vez sea simplemente el curso de la vida, que no todo puede ser color de rosa, unos entran y salen todo el tiempo de nuestras vidas, lo que si les puedo asegurar es que una parte de él, una gran parte de él, está en mí, mi teoría, es que después de observarlo tantas veces, de estar tanto con él, comencé a parecerme, esa manía de estar en la ventana con una taza de café cargado sin azúcar, el cigarrillo mientras observo como llueve, el amor a los días nublados, fríos y mojados. Incluso la extraña inclinación por los poemas de Mario de Sá-Carneiro, ¡es increíble! ¡Que sin saber que Mario era uno de sus poetas favoritos, también fuera uno de los míos! Y que a pesar de los años transcurridos, recuerdo casi toda mi infancia con él, el olor, los colores, la textura, los libros, ¡Oh los libros!, él, me regaló mi primer libro llamado: Manual de Zoología fantástica, del autor Jorge Luis Borges, que por supuesto, aún conservo y que leí en cuanto aprendí a leer bien.

Así que, no les puedo decir otra cosa más que, gracias a él, aprendí el valor de la vida y la muerte, el amor, la lucha, el esfuerzo, conocí las letras a profundidad,tuve la oportunidad de viajar a través de los libros e historias que él me leía, y gracias a que un día encontré la vieja carta que él me escribió, decidí volver a la música, mejor aún, decidí volver a cantar ópera, entrar a la escuela Nacional de Música es mi propósito para el año que viene, continuar con mis proyectos musicales, terminar mi Bachillerato y lograr ese sueño que siempre compartí con él, lograr estar en París, en un escenario hermoso, con un vestido largo y lindo, cantando algo precioso.

Yo sé que él compartió sus sueños conmigo y también sé que hoy soy uno de sus sueños.

Ahora que tengo más edad, puedo decir que la vida es como una “suite” que en cada una de sus danzas tiene una sorpresa, y en cada una de ellas se mezclan diferentes tonalidades, el ritmo sube de velocidad y junto con las diferentes armaduras que tiene escrita, la suite, aumenta su dificultad. Esos arpegios envolvedores, tristes, alegres e increíbles que hacen de la “suite” única. Ella termina con una giga, la danza más rápida y difícil, es el último movimiento para acabar y disfrutar el esfuerzo de tiempo atrás, para lograr tocar esas bellas notas.

La vida, al igual que la suite simplemente se va, veloz y termina con una danza que si no aprendes a bailar, te quedará un vacío de no haber disfrutado cada acorde de ella, no importa que tan difícil fue, la vida termina como el apagar del sonido dejando en el aire unos suaves, pero cálidos armónicos que solamente dejan una sensación de frescura en la piel.

 

ESRU Opina - 2014

Reseña de Viaje a España

Mi experiencia del concurso “Opina 2014”
Mar Fernández Uribe

Ganador ESRU Opina 2014

Mi experiencia en el viaje:

No solo conocí­ otro paí­s, también pude nutrirme de otra cultura, ilustrarme en algo completamente diferente, o no tanto, por algo un día fuimos “La Nueva España”.

En España pude aprender muchas cosas, desde los alimentos, hasta la manera de hablar, su comportamiento y su manera de pensar, en cada lugar que visité pude apreciar su rica cultura, me impresión, por cierto, la influencia árabe.

Una aventura inolvidable, aprendizaje con mis 5 sentidos, pude entender mejor la Historia de España y por ende, la de mi paí­s y la riquí­sima cultura que compartimos, ¡en algunas cosas nos parecemos tanto!

También pude entender que con esfuerzo y persistencia cualquiera puede visitar ese paí­s y cualquier otro uno se proponga.

En lo personal este viaje me ha parecido maravilloso, me ha ilustrado, ha abierto mi mente y liberado mis fronteras.

Me han preguntado si hubiera preferido una beca para estudiar, en lugar del viaje; mi respuesta es: No. ¿Por qué?, una beca es una oferta tentadora y los, pero el viaje me abrió las puertas al conocimiento, a entender que hay algo más allá de lo que vemos en internet, pelí­culas o la televisión. Este viaje cambió mi mente y me hizo madurar, desde hacerme responsable por el pasaporte hasta aprender a contar en euros y administrarme debidamente para hacer el viaje más placentero, disfrutar de una comida diferente a la de México, abrir mi paladar, mis ojos, mis oídos y mi tacto, todos los sentidos, para aprender lo más posible.

Hoy me doy cuenta que en una semana aprendí­ más historia universal y de México que los muchos años en la escuela. Gracias a esta experiencia sé­ que puedo entrar a la universidad y tengo un panorama más real de lo que quiero en la vida; sé que no sólo en México puedo obtener una beca, también en otro paí­s. Mi meta ahora es la universidad y hacerme ciudadana del mundo.

El viaje me dejó también muchas reflexiones, entre ellas, que las fronteras se las pone uno mismo, desde mi muy personal punto de vista este viaje te pone los pies en la tierra, te enseña que el mundo está en tus manos, sólo necesitas decidirte y esforzarte en lograrlo.

Gracias a la Fundación por la oportunidad que me dieron, de conocer y reconocer una parte de nuestras raíces, de nutrirme de algo diferente.

El concurso es una excelente idea para acercar a nuestra generación al mundo globalizado, al conocimiento para enfrentar lo que viene, y por supuesto, para ser parte del progreso y hacer de México, un mejor País.

ESRU Opina 2015

Texto Ganador

Andrea Merit Mendoza Dí­az
Plantel 5 Satélite

Ganador ESRU Opina 2015

Incluso ahora

Dicen las personas que saben, que cada uno procesa el dolor conforme a lo que ha vivido. Sin embargo, hay quienes tratamos de bloquear eso que dí­a con dí­a nos paraliza al punto de no querer seguir.

Mi mente ingenua nunca se imaginó que la muerte, esa presencia a la que todos temen, pronto visitaría mi casa para llevarse al único ser que nos da el soporte que necesitamos y nos abraza cuando nos sentimos solos. Al llevarse a mi mamá se llevo consigo los sueños, las metas y la felicidad que abundaba en mí­; al regresar a casa sin ella, trato de bloquear el dolor y dí­a con dí­a espero su regreso. Mi corazón y mi razón no procesan que ya se fue o mejor dicho, no quiero aceptar el hecho de que nunca mas volverá a entrar por la puerta principal de nuestra casa, gritando con alegría o cansancio como siempre lo hacia.

A toda hora la recuerdo. Me pongo triste y no quiero continuar, me enoja saber que no va a regresar y también me molesta que se haya ido sin pensar en lo que dejó detrás. Todos piensan en su dolor pero no se enfocan en el mío, no se dan cuenta que todo esto me mata dí­a con dí­a sin saberlo; que tengo que buscar algo con lo cual yo pueda decir que quiero seguir adelante y continuar con mi vida como si nada de esto hubiera pasado.

Todo, absolutamente todo me recuerda a ella. Incluso mi familia. Y no es el hecho de que no sientan su ausencia, es que no se dan cuenta que no podemos continuar así, hay que seguir viviendo con los pros y los contras ya que lo que la vida nos da es un regalo que no nos damos cuenta que pasa y a veces dejamos que esos momentos especiales, transcurran sin pensar en algo muy importante: no regresan. Esos momentos que nos llenan de alegría y felicidad, sólo se originan una vez.

El odio y el rencor son dos palabras que mi mamá me enseñaba a no sentir, pero nunca me dijo cómo evitar que regresaran a mí­. Son dos sentimientos que nadie quiere experimentar pero a la vez, creo que cada uno los tiene dentro de sí mismo sin darse cuenta.

No, no es que los sienta hacia mi familia o a mi mamá. O tal vez sí­, pero inconscientemente. A mi familia, por no darse cuenta que es cuando más necesito de su apoyo y a mi mamá, por irse sin saber lo que eso implicaba para mí.

Cuando muere una persona, cientí­ficamente no significa nada más que el hecho de que deje de respirar y espiritualmente, que su alma pase a otro mundo. Pero para sus familiares, implica todo; incluso que el mismo dolor se convierta en odio, en algo que no quieres exteriorizar. Implica el hecho de que, si dejas de pensar en esa persona a diario, vas a olvidarla y jamás volverás a pensar en él o ella. Envuelve todos los problemas que deja consigo e incluso, aquél pensamiento vago que alguien más tiene sobre querer morir.

Y es que vivir para mí­, ya no significaba querer seguir adelante porque lo anhelaba, sino vivir por el hecho de que tení­a que vivir; porque pensaba que sin mí, todo alrededor se iba a derrumbar. Muchas veces intenté quitarme ese peso de encima, pensé en suicidarme. Intenté muchas maneras sin resultados pero me di cuenta que soy tan cobarde que no pude finalizar con esto.

Sin darme cuenta, me convertí­ en alguien que no se quiere a sí­ misma; siempre me encuentro un defecto para juzgarme, para denigrarme, para que poco a poco deje de pensar en mí­. Me da miedo llorar. Pienso que es una arma que si muestro, tarde o temprano se darán cuenta de mi debilidad y también porque en cierto punto, todos quieren y esperan que tenga la fortaleza de mi mamá. Siento que soy la fuerte de todos y que si yo me caigo, todo a mi alrededor se derrumbará del mismo modo.

¿Por qué yo no puedo llorar? ¿Por qué no puedo mostrar que algo me hace falta? ¿Acaso nadie se da cuenta que no quiero seguir? Esas son las preguntas que dí­a a dí­a inundan mi cabeza. Pensamientos vagos e idiotas y preguntas que por más que quiero responder, sólo llego al punto en que otra indagatoria llega y me eriza la piel el sólo pensar la respuesta: ¿Para qué seguir?

El temor a olvidar a alguien es inexplicable. Es como si no quisiera soltar la mano de mi mamá, de manera que sólo me enfoco en las acciones que llevaré a cabo para recordarla siempre y así­, la última imagen que tengo de ella no se borre nunca. Cuando ella murió, las personas conocidas e incluso mis familiares me decían: “Sigue adelante”. Pero, ¿cómo lograrlo?

Nadie nace con un manual sobre cómo seguir adelante después de que la vida terminó en alguien, de cómo procesar de manera perfecta el dolor sin pensar en cosas como las que yo he tenido en mente. Llega un punto en el que me culpo de haberla dejado ir; me pongo todo el peso encima y llego a pensar en que todo lo que hago, lo hago mal. Pero me he dado cuenta de que lo que hago no es para mí, si no para los demás; para que no se sientan defraudados y siempre me digan -Tu mamá está orgullosa de ti-. Una frase simple, pero que lleva un gran significado que me hace sentir que ella sigue aquí­. Pero todo tiene un lí­mite y siento que poco a poco, estoy llegando al mí­o.

Personas vienen y van, la vida se va en un abrir y cerrar de ojos y lo que deja la persona cuando se va, es más largo que la agonía que se sufre en el proceso de muerte. No quiero seguir, no me gusta el hecho de pensar en que algún día la imagen de mi mamá se borrará de mi mente y que así­ la olvidaré para siempre.

Alguien me dijo que las personas no mueren si las tienes presentes en cada una de tus acciones, en cada pensamiento que tengas al amanecer y en cada buena cosa que te salga; pero ese es mi miedo. Me enchina la piel el punto de aceptar que mi mamá ya se fue y que nunca regresará.

No me gusta contarle a la gente lo que me pasó porque siento que todos me ven con lástima; como si todo se me hiciera fácil porque como mi mamá murió, veo la vida con otros “ojos”. Tampoco se dan cuenta que todo esto me estresa, me inquieta. Que poco a poco, me asfixia sin al menos, darme cuenta de mis errores.

¿Nadie se da cuenta que yo necesito un poco más de atención?

Eso era lo que me preguntaba diariamente mientras recordaba todo lo vivido con mi mamá, era como si nadie se diera cuenta que yo necesitaba un abrazo de todos aquellos que lamentaban el hecho de que mi mamá se había ido. Era como si yo tampoco estuviera y todos a mí­ alrededor me hubieran olvidado, nadie me decía que todo iba a estar bien. Entonces, inconscientemente me encerré en mi mundo. Un mundo en el cual nada ni nadie me podía molestar.

Cuando mi mamá se fue, dejó un hueco sin fondo que por más que quiero llenar no puedo y cada dí­a que pasa la extraño más y más; cuando deberí­a ser al revés, llenando poco a poco ese vací­o con recuerdos y tranquilamente dejarla ir.

Me he enfocado tanto en el dolor de los demás que no he llegado a pensar en el mí­o y he dejado que gradualmente me coma por dentro; a tal punto de no poder expresar lo que verdaderamente siento.

Cuando alguien se va, no sólo deja tristeza y dolor. En mi caso, ha dejado frustraciones y traumas que no me dejan procesar bien el hecho de que el ser que llenaba de luz mi vida ya no existe ni existirá mas. El vago pensamiento que todos tienen sobre la muerte es erróneo, nadie sabe lo que conlleva hasta que lo vivimos y esos pensamientos acerca de cómo será cuando una persona se va, son insignificantes cuando verdaderamente ocurre. Todo, absolutamente todo me molesta incluso la comida que era la favorita de mi mamá la dejo de comer por el recuerdo que trae consigo.

Me he olvidado tanto de cómo es la vida, que cualquier cosa me desespera o me pone triste. Inclusive, me mortifica pensar en el futuro.

Siempre que voy por la calle y veo a un niño con su mamá, de inmediato vienen a mi mente los recuerdos que tengo de mi niñez. Una niñez que se fue de una forma tan extraña, que hasta ahorita me doy cuenta de que no la viví­ como debería ser, siento que mi mamá está decepcionada de mí­ porque yo no tengo la fortaleza y la voluntad que ella tuvo para seguir y culpo a los demás de que yo no pueda sacar todo lo que me atormenta. Todos los pensamientos que me inundan dí­a con dí­a me hacen creer que nadie puede comprender que mi dolor no quiere salir y que por más que busco la manera, no sé cómo hacerlo y es ahí­ cuando todo y todos me ponen de malas, al punto de encerrarme en mi mundo para no pensar en nadie más.

No me gusta aceptar el hecho de que soy débil. Prefiero alejarme de los demás al punto de querer estar sin nadie cerca de mí­, sólo para que no se den cuenta de todo esto que me aqueja, de mi falta de valor para enfrentar las cosas.

El hecho de volver a pensar que ya se fue, me hunde en una gran tristeza que me fastidia. En cierta forma, todo ese sufrimiento ha hecho que yo ya no recuerde a mi mamá en sí­. Al contrario, me hace recordar todo lo malo que sufrimos sin imaginar que eso es lo que más me hace decaer.

Hasta ahora, cada dí­a que pasa es peor. Creo que he llegado a un punto en el que ya me he cansado de extrañar a alguien que no regresará, de vivir para los demás y no para mí­ y de bloquear ese dolor que no me deja seguir.

Ha llegado el momento donde tengo que dejar ir a mi mamá, tengo que dejarla descansar y tratar de seguir conforme a lo que me enseñó cuando estaba aquí­.

Mi historia de vida no ha estado llena de color rosa pero tampoco ha sido oscura, no es como las demás pero tampoco es diferente. Esta historia ha sido escrita para que sea un motivo para poder dejarla ir.

Donde quiera que estés, quiero que sepas que viviré por ti y por mí­. Que no te preocupes más, no volveré a hacer tonterí­as. Seguiré adelante para que deje huella en este mundo como te lo prometí, te quiero y te querré siempre, aprenderé a vivir con tu recuerdo pero no viviré con la idea de que volverás a vivir porque no es ni será así.

Te dejo ir porque es necesario, pero no te olvidaré nunca. Sacaré el dolor que no exterioricé en su momento y siempre estaré orgullosa de las enseñanzas que me dejaste, ya que soy afortunada por haber tenido aunque sea por un momento a un ser tan especial como tú. Perdóname si en algún momento te defraudé y dejé que ese toque que me describe se perdiera; por pensar que la muerte era una salida para seguir contigo. Sé que llegará el día en que volvamos a estar juntas, pero creo que no es tiempo. No, no creo, lo aseguro. Y aunque duela, ese momento tendrá que esperar mucho más tiempo.

Trataré de seguir tu ejemplo, no imitarlo; pero haré lo posible para que estés feliz con lo que haga y pensaré más en alejar de mi vida todo aquello que me hace daño.

Incluso ahora, tengo tus últimas palabras en mi mente. Palabras que habí­a olvidado y no habí­a seguido; continuaré guardando tu última mirada y recordaré por siempre esa sonrisa que me hace tiritar.

Incluso, volveré a ser como antes. Guardaré en mí­ todo lo bello y el vací­o que ahora está lleno de dolor y sufrimiento, trataré de llenarlo con lo mejor que vivimos; con eso que poco a poco estaba olvidando, sin pensar que no te gustaría el hecho de verme así.

Trataré de llenar con más felicidad las páginas de este guión inconcluso, llamado vida.

ESRU Opina 2016

Texto Ganador

Leonela Castillo Agustín
Plantel 13 Xochimilco-Tepepan

Ganadora ESRU Opina 2016
Jamás seré yo.
Mi historia

Hay cosas y situaciones que nos producen un dolor inmenso: un dolor que se transforma en herida y no permite que vivamos tranquilamente; tarde mucho en asimilar esto, pero es totalmente cierto, todos tenemos ese dolor que parece herida la cual no logra sanar, no porque no se pueda, en realidad no dejamos que sane. Somos masoquistas.
Muchas veces he querido vivir el tiempo de prisa, así mi propia herida dejaría caer suficiente sangre y moriría de un momento a otro, me ahorraría el tratamiento en el que podría sanar, pero… ¡Maldita sea! El tiempo pasa tan lento y mi herida sigue tan fresca como hace ya casi cinco años cuando la respiración me faltaba, las palabras me daban un golpe, los gritos me empujaban y las lágrimas me reclamaban: “¿Por qué?”.
En ocasiones después de llegar de un día arduo en la escuela, me dirijo a mi habitación, cierro la puerta, me quito la blusa y ¡ahí está!, la herida que no me permite seguir, que no me deja ser yo, esa maldita herida que aún está tirando sangre manchando todo su camino, pareciera que día con día en vez de sanar sólo se hace más grande. ¿Por qué la sigo viendo si ya pasaron casi cinco años? Antes de que mi madre toque a mi puerta como pasa siempre que llego con una expresión de dolor y cansancio, repaso cada uno de los sucesos que trajo aquella confesión, todas las desgracias que fueron consecuencia de pronunciar 12 simples letras que a su vez forman dos palabras y una frase.
Recuerdo como mi mamá, en un desmayo provocado por recibir la noticia de que su hija se encontraba en un hospital, desarrollo una enfermedad que, aunque nadie más lo note, por su puesto, ella no me lo diga, yo veo que está matando día tras día, después evoco la forma en que mis hermanos derramaron lagrimas porque su hermana había sido corrida de la casa, el hogar en el que había crecido, en el que había jugado y aprendido muchísimas cosas, ese hermoso sitio en donde mis papás me habían enseñado a amar todo lo que podía tener y a esperar a tener lo que en el presente no podía, pero lo que más recordaba eran las palabras que mis padres juntos me dijeron: “Me das asco.” “¿Qué hicimos mal?” “Estas muy joven para decir esto” “Como pretendes ser un buen ejemplo para tus hermanos de esta forma” “No me toques” “¡Vete!”. Estas frases que les fueron fácil decir, pero para mí difícil de superar.
Después, llegan a mi mente las imágenes de quizás lo peor que me ha tocado vivir en carne propia, ese accidente en el que la única persona que me aceptó y quiso siendo solamente yo, se fue, me dejó y desapareció sin decir nada, sin darme la receta de cómo vivir siempre con una sonrisa en el rostro o el instructivo que te dice paso a paso cómo repartir amor con todos los que te cruzas.
Tenía 18 años, nació el 30 de septiembre de 1993, tocaba el piano, para mí era la mejor pianista del mundo, leía libros de literatura clásica, escuchaba rock, jugaba excelente béisbol, escribía poemas y nunca estaba triste, al contrario siempre se encontraba alegre y con una sonrisa tenía la costumbre de tratar de hacerte sonreír o se limitaba a darte un abrazo que transmitía alegría, cariño y amor, me conocía y la conocía a la perfección o… eso creía yo.
Tenía el cabello por debajo de los hombros, sus ojos eran café miel, sus dedos finos y largos, complexión delgada, estatura alta, pies pequeños, tez morena y nariz bonita.
Cada vez que lo veía me hacía desear ser como ella, era mi cómplice en muchas cosas y, a pesar de que ella fuera cinco años mayor, parecía ambas teníamos la misma edad, yo cumplo años el día 15 y ella el 30 de septiembre, hacíamos una reunión familiar el día 20 para celebrarlo juntas, era mi prima, mi hermana y, al mismo tiempo, mi mejor amiga.
Siempre que estaba con ella me sentía alegre y después de confesarle a mis padres mi atracción por personas de mí mismo sexo: lo que provoco que me desalojaran de la casa en la que había vivido mis 13 años de vida; ella era la única persona de mi familia que podía hacer que riera a carcajadas o mantuviera una sonrisa.
Aquel día me invitó a las clases de piano que tomaba diariamente, y por supuesto no me negué; mi parte favorita del día era verla tocar con esa adrenalina y descontrol que sólo ella sabía manejar, estar a su lado y que tocáramos a la par aunque siempre me equivocara arruinando toda la pieza.
Al salir del edificio en donde sigue impartiendo las clases a las que asistía, sugirió ir por un helado para que pudiera contarle con detalle la situación que a mí “salida del closet” había ocasionado con mis padres, subimos a la moto que mis tíos le regalaron al cumplir la mayoría de edad, me dio un casco que había comprado especialmente para mí, ella se colocó el suyo y nos dirigimos a su heladería favorita.
En el camino, me estaba contando un chiste con el fin de que quitara mi expresión de tristeza y decepción, ni siquiera termino de contarlo cuando un taxista paso el alto a velocidad moderada y nos arrolló, el impacto logró fracturar mis costillas y a ella dejarla inconsciente; no podía decir palabra alguna, me faltaba el aire, no podía respirar, trate muchas veces de llamarla para saber que se encontraba bien, pero el dolor fue tan fuerte que termino venciéndome y caí en un desmayo.
Al despertar ya no estaba en el suelo de la carretera, tampoco estaba ella, no me interesé por saber en qué lugar desperté o cómo me encontraba, eso era demasiado obvio, pregunté por ella, mi desesperación fue tanta cuando nadie me dio razón alguna de mi compañera que los doctores tuvieron que inyectarme un calmante y en cuestión de segundos me dejo en la oscuridad.
Despertando por segunda ocasión: esta vez mi madre estaba a un lado mío llorando, hable y de la misma forma en que antes del calmante lo había hecho pregunté por mi prima. Mi madre al verme despertar y hablar, Sólo me abrazo, seguía llorando, después de quince segundos traté de alejarla de mí, pero no lo logre, no podía moverme, mis costillas comenzaron a punzarme del dolor y mi madre se quedó unos minutos abrazándome, volví a hablar y otra vez cuestione: “¿Dónde está ella?” Quería saber con detalle lo que había pasado con mi hermana, por fin mi mamá me vio a los ojos y dijo: “Ya no está con nosotros, murió en el accidente, la trajeron para tratar de salvarla, pero ya no había nada que hacer, lo siento…”
Se había ido, finalmente, estaba en el cielo siendo la estrella pianista que tanto había soñado.
Escuchar que mi mejor amiga había muerto y no yo, me dejo sin habla, no pude emitir palabras durante mucho tiempo… pero lo que sentía en mi interior era muy distinto a lo que se sientes cuando estás triste o decepcionado, sentí que algo dentro de mí también había muerto y estaba dejando un vacío.
Pasaron algunos meses para que pudiera recuperarme y pudiera regresar a casa, después de la escuela en donde me aguardaban muchas entrevistas en las que me pedían explicación del porqué de mis inasistencias, pero yo no hablaría, yo no quería decir nada que me recordara a ella, no lo haría, así como tampoco quería volver a tocar el piano.
La persona más afectada era mi tía, o eso veían todos.
Su niña había muerto, su única hija se le había marchado. La vi muchas veces llorando, y cada vez que le dirigía palabra me gritaba que yo tenía la culpa, y quizás no sea verdad, pero algo que sí era seguro es que yo me sentía culpable, hasta el día en que acepté que el dicho:
“Caras vemos, corazones no sabemos” no se equivoca.
Mi mente estuvo mucho tiempo en otro mundo, en donde recordaba cómo era todo con mi prima, con mi hermana, con mi mejor amiga, en el que el 15 y el 30 tenían relación con el 20.
No sabía cómo desahogarme, había un vacío incomprensible en mi interior, un vacío que jamás podría llenarse, quizás nos sentimos vacíos porque dejamos parte de nosotros en todo lo que solemos amar.
Me sentía sola y la única persona a la que quería hablarle ya no se encontraba a mi lado… entonces decidí escribirle, después de todo siempre fue nuestra manera preferida de comunicarnos, a unos meses de que ya no estaba conmigo tomé un lápiz y una hoja de papel color azul turquesa, sin más, las palabras comenzaron a escribirse solas:
A mi prima, hermana y mejor amiga:
¡Hola!, me pregunto si me recuerdas como yo lo hago contigo. Me encantaría saber el final del chiste no se vale dejarme con la duda, aún no me enseñas cómo terminar aquella canción que siempre tocábamos juntas, y me sigues debiendo un helado.
Debimos irnos a casa, lamento que no hayas podido despedirte, pero igual quiero mandarte un beso y un abrazo como los que me dabas cada que salíamos, gracias por enseñarme que ser siempre tú mismo es lo mejor, por darme un buen ejemplo, por haberme corregido todas las veces que pudiste. Gracias por todo.
No tienes idea de lo mucho que siempre te he querido, de lo importante que has sido y de lo especial que me hacías sentir, ojalá algún día me puedas decir cuál era tu secreto para parecer siempre la mejor chica. Jamás podré olvidarte, pero como tu decías: “No te detengas en el dolor, avanza, asúmelo, y corre, tienes que seguir”.
Por siempre, mi persona preferida.
Doblé la hoja y la metí en una caja que tenía otras muchas cartas que nos habíamos dado una a la otra, con lágrimas en las mejillas guardé la caja debajo de diferentes cosas que la cubrían y ahí la dejé sin detenerme, avancé, asumí y corrí, siguiendo mi vida como tenía que hacerlo, pero sin olvidarla a ella.
Es así como he vivido los últimos años…
En un ataque de desesperación saco la caja, comienzo a leer todas las cartas y me encuentro con la de color turquesa, la leo con delicadeza, con tiempo, y las lágrimas no tardan en salir y recorrer mis mejillas nuevamente, después de llorar un largo rato me decido a tomar un bolígrafo y una hoja de papel color verde, una carta más, esta vez la última.
A ti, que no te olvido:
No sé cómo empezar, hace tanto tiempo que no hablamos, me hace sentir insegura de lo que debo escribir.
Sabes, ya cambiaron muchas cosas, hace más o menos tres años que tomo clases de kárate, el piano es mi mejor amigo, la lectura mi refugio y consejero mayor, la escritura mi forma de desahogo. Y estoy próxima a cumplir 18 años.
Han pasado no días, ni meses, ya son años y el recuerdo vive conmigo. A veces me cuestiono que hubiera pasado si nos hubiéramos dirigido a casa, si me hubiera negado a ese helado o si no hubiera asistido a tu clase. ¿Seguirías aquí? Pero ahí están las palabras que me dijiste más de una vez que jamás las utilizara: hubiera y debería porque a final de cuentas son sólo suposiciones, son términos ociosos que no deberían existir.
Tarde más tiempo del que imaginas para comprender por qué siempre me decías “jamás seré yo”, hasta cierto punto me intrigaba, me hacía pensar que lo que conocí de ti sólo fue una cara de tantas, después me di cuenta de que conmigo fuiste quien siempre quisiste ser. Lamento no haberme dado cuenta de esto antes.
Tengo algo que contarte, cuando tu madre tenía que desocupar la habitación en donde dormías, encontró muchas cosas que jamás pensamos tendrías, entre ellas: discos de películas pornográficas un paquete con una cantidad considerable de marihuana, una cajetilla de cigarros y un polvo blanco, por mucho tiempo me negué a creer que fuiste una… “drogadicta pervertida”.
Conmigo siempre te presentaste como “La bella chica que tocaba el piano”, me dio coraje saber que mi ejemplo a seguir tenía muchas caras y problemas, me enoje por mucho tiempo contigo por lo hipócrita que fuiste, pudimos haberte ayudado y nunca hablaste, me molestaba ya no tenerte a mi lado para que sintieras mi furia, pero, estaba siendo egoísta, tu siempre me alentabas a ser yo misma y hoy creo saber el porqué, no querías que cometiera los mismos errores que tú, no me querías ver atrapada en un hoyo sin formas de salir.
No quiero juzgarte, nunca te consideré inmadura y no lo haré, fuiste alguien que sabía lo que estaba bien y lo que no, a mí siempre me lo hiciste saber. Te extraño muchísimo, no diré que las cosas pasan por algo porque esa es sólo una frase para las personas que no aceptan las consecuencias de alguno de sus actos.
Te quiere tu prima.
La que te admira mucho.
P.D. Casi lo olvido, ¿recuerdas el chiste que me estabas contando?
Me lo han terminado de contar ya:
Dos amigos:
Oye, pues mi hijo en su nuevo trabajo se siente como pez en el agua.
¿Qué hace?
Nada…

ESRU Opina 2017

Texto Ganador

Adrián Uriel Sardaneta Rancaño
Plantel 07 Iztapalapa

Ganador ESRU Opina 2017
Subestimación y adaptación

Pese a la dudosa e insuficiente información que proporcionaron tus “familiares” y mis investigaciones sobre ti sólo puedo informarte y contarte esto:
A pesar de que ya parecías un ser vivo, al nacer no despertaste, pero después de varios intentos lo lograste.
Tuviste claustrofobia, te gustaba estar en el sillón saltando, no te gustaba estar quieto.
Tú mejor que nadie, sabes que le tienes un resentimiento hacia el tema de los padres, pero irónicamente tu primera palabra fue “papá”.
Te gustaba dibujar mucha fantasía. Un año después dejaste de usar pañal porque se burlaban de ti en la guardería; te encantaba estrellarte en la pared; creías que eras un fantasmita o algo parecido, ¿Por qué no estas encerrado?
Cuando nació tu hermano, tus padres los vestían igual para presumir a los demás que ustedes eran “gemelos”.
Después de un tiempo tu padre los abandonó. ¡Un momento! Antes de que él se fuera, déjame contarte algunas cosas relevantes, como cuando te obligaba a comer con gritos y mostrando la bota en la mano, porque decía que se desesperaba mucho el que no comieras rápido.
En una fecha que no logre encontrar, descubrí que tus padre no podía vivir en la colonia donde vives ahora, porque en ese entonces tu padre y sus hermanos ahogaron y mataron a una persona con el apodo de el “Fish” un individuo que no tenía nada que ver con tu familia, pero ya sabes cómo es de peleonero tu padre y por lo que alcance a investigar, se divirtió con sus hermanos metiendo a la coladera al “Fish”.
En cierto punto puede llegar a parecer gracioso, pero bueno, su familia y conocidos de el “Fish” realmente querían vengarse contigo y tu hermano, pero quien sabe cómo llegaron a un acuerdo sus familiares y tu padre de no dañar a tu madre, a tu hermano y a ti, con tal de que él se arregle con ellos quien sabe de qué forma, obviamente se divorciaron tus padres después de eso.
En el kínder algunos chamacos siempre te regalaban presentes tan “lindos” como burlas sobre ti o tu manera de ser, hasta golpes con objetos y entre sus grupitos, te hacían cosas horribles, como lanzarte sus libros, empujarte a las mesas, encerrarte en el salón o en los asquerosos baños, te escupían, te pegaban chicles en el cabello.
Creo que escribir esto hace que me llene más de rencor, supongo que es bueno, ya que sólo así me desahogo, y me desquito contigo un poco, aunque sea por un escrito.
Como mencioné antes, insisto en que fue tu culpa, ya que nunca fuiste esa clase de persona que le gustaba hablar con todos para hacer amigos, por lo tanto tuviste que defenderte en varias ocasiones por tu cuenta ya que en muchas ocasiones se pasaban y no soportabas el dolor, lo bueno es que te ayudaba que tuvieras hiperactividad, porque así no te cansabas y un día te decidiste responderles los golpes y burlas.
Pero debido a eso, tuviste más problemas, te comenzaron a medicar y a llevar más a la dirección.
A pesar de que nunca interactuabas mucho con tu hermano, siempre creíste o tuviste la necesidad de tener un amigo imaginario para no sentirte solo, desahogarte y jugar con alguien o en este caso algo, lo llamaste “Mbausr”.
Así fue como comenzó nuestra existencia…
Siempre cambiabas la manera de ver a tu amigo imaginario, a veces como un pato, luego como un dragón y muchas otras como humo o fantasma, parecía un alebrije, le contabas todos tus secretos, observaciones en tu entorno y sobre las personas, puesto que si se lo contabas a alguien real, te regañaban por pensar cosas así, es extraño contar esto por medio de un escrito, pero qué más da, sólo es un desahogo, ya que nunca le conté de esto a alguien real hasta ahora.
Ahora, si me lo permites, aunque no te guste tocar este tema, te contare acerca de una de las peores etapas de tu vida, fue una de las que te marco más de pequeño.
Comencemos de cuando conociste al padre de tu hermana:
Tu madre conoció al padre de tu hermana cuando tenías 4 años, posteriormente a los 6 o 5 años nació tu hermana.
Unos cuantos meses después, tu padre volvió a buscarlos para hablar con tu madre, pero ustedes salieron y le dijeron “Papá ” a el padre de tu hermana así que se largó una vez más tu padre.
Sin embargo, el padre de tu hermana siempre fue un hipócrita, ya que nunca supimos porque le encantaba enojarse o golpearte sin motivo alguno cuando nadie lo veía, pero sin embargo, eso no tenía justificación para que reaccionara de tantas de esa manera.
En muchas ocasiones tratabas de alejarte de él para que no te dijera nada y estuvieras más seguro.
Recuerdo que te prohibía de cosas tan absurdas como alimentarte con sólo un número determinado de galletas o platos de comida, también no hablarle a ciertas horas de la noche o de la mañana porque te iba horrible.
No podías tener dudas de lo que él te hablaba porque claro, un infante de tu edad ya debería saberlo todo.
Debido a tantos golpes que te ha regalado, dejaste de respirar por la nariz.
No es por nada, pero a esta edad, tanto tú como yo, sabemos que le guardamos un gran rencor y aunque digas lo contrario, a mí no me engañas, se la verdad de lo que realmente sientes sobre él.
Quisiera que nos desviemos del tema un momento, para comentarte mi gran complicación para escribirte esto, nunca creí que escribir acerca de este sujeto, me llenaría de más rabia, pero también el hecho de que no solo él les hacia la vida imposible, sino que también su infeliz madre, su desesperada tía y la molesta prima de tu hermana, empeoraban más los problemas entre ustedes.
Su madre de él, los espiaba por la ventana, buscando razones para que los castigaran, cuando lo lograba, los encerraban en el cuarto sin comer ni cenar, pero si no hacían algo que moleste a la señora, él solo les brindaba “cariño” con el cinturón y por supuesto que hasta rezabas para que no viniera de malas del boxeo para que no lo hiciera con sus puños.
Analizándolo bien ahora, creo que también me molesta el hecho de que te echaras la culpa cuando tus hermanos hacían sus travesuras, recibiendo tú los castigos del padre de tu hermana y sin embargo hasta la fecha, nunca te lo agradecieron. Siempre esperabas que tus hermanos hicieran lo mismo por ti.
Ya que necesitaban dinero y tu madre casi no los veía porque partió a un campo militar, era el infierno en casa, puesto que no había quien los defendiera.
¿Por qué eres así? En muchísimas ocasiones te han demostrado que no tienen interés, creo que ni se dan cuenta, solo te toman de su objeto de sacrificio, pero bueno, tú tienes la culpa de no abrir los ojos, por más que la gente y yo, te digamos lo contrario, sigues con lo mismo, eres necio, terco y gracias a todo eso que viviste, ahora tienes ansiedades, cicatrices y traumas que a los demás les podría parecer gracioso o absurdo.
Pasaron dos, tres y hasta cuatro años cuando cambiaban de padre, se repetía la misma historia, tu madre se enojaba con su pareja, hacían un drama con su esposo y se mudaban en el auto, para que después conocieran a otro hombre y se autodenomine “padre” sin el consentimiento de ustedes.
He perdido la cuenta de cuantas veces escuchabas y viviste la misma historia, los mismos regalos e intentos de convencerlos de que el nuevo seria diferente a la anterior pareja de tu madre.
Vaya que si lo fueron, cada uno los regañaba y castigaba de diferente manera, los “aconsejaban” a su manera.
Qué pena que te obligaron a ser inseguro de ti mismo, con problemas feministas mientras tus hermanos se volvían unos majaderos e hipócritas mal agradecidos contigo, ahora sufre y goza de tus acciones que demuestran lo tan agradecidos que están contigo.
Pero observa el lado positivo, ahora no le tienes miedo a los ruidos extraños, ni a la oscuridad, puedes lastimarte, sabiendo en que sitios jamás buscaría tu familia, tiendes a buscar personas con ciertas fobias, porque en mi opinión, quieres buscar quien podría comprenderte para aconsejarte en cosas así, te has vuelto más callado en cuestiones de dar tu opinión y aunque te traten de sirviente ahí estarás.
Dejemos de lado ese ambiente negativo por un momento y pasemos a los momentos más románticos de tu corta vida:
¡Ay, la primer novia! Fue algo que… Bueno, no recuerdo, no tengo ni la menor idea de quien fue, solo se por un chisme de tu madre el suceso de una hija de tu madre, dijo que te dio un beso de “piquito” pero siento que lo dijo para hacerte sentir bien, realmente no recuerdo a la tipa, y pues como eres feo te abofeteo con fuerza, si es lo que te preguntabas.
Conociste en la primaria tu mejor amigo, al principio te daban celos de él, puesto que él era muy atractivo para las chavitas de ese entonces, es alto, delgado, fuerte, inteligente, carismático y mayor de edad con una pasión enorme por la poesía y el dibujo, les gustaba la misma chica pero él te insistía en que tú te la quedaras, total, a fin de cuentas ninguno se quedó con ella, pero su lazo de amistad se reforzó cuando te ayudo en una pelea con un chamaco y sus amigos.
Tú eras y sigues siendo muy débil y delgado, jamás tuviste una oportunidad de ganarle, solo podías causarles miedo cuando te enojabas porque gracias a mí, supiste como utilizar objetos peligrosos que pudieron haberte matado.
Continuaste tu preparación académica en diferentes escuelas, a este punto ya no sentías que extrañabas a alguien de tus anteriores escuelas, puesto que dudo mucho que puedas hablarles o escribirles cuando te tienen bloqueado.
En sexto de tu última primaria, conociste a otro gran amigo que te ayudo muchísimo, repetías la misma historia de los molestos “Güeritos y ojos de color” pero ya pensabas en lastimarlos, solo que no te dabas cuenta y bueno solo te quedaste con esos dos grandes amigos de la escuela.
Ya empezabas a aburrirme hasta que entraste a la secundaria:
Realmente no sé por dónde empezar, creo que la mayoría de los jóvenes viven lo peor de sus vidas (o lo mejor) desde la secundaria, pero estoy harto de que me digan ese cuento todo el tiempo.
Tu primer secundaria. Entraste tarde porque todavía no podían resolver unos problemas legales con el padre de tu hermana.
Te enamoraste de dos chicas que también te amaron, pero siempre tenias miedo de preguntarles, al final, nunca anduviste con ninguna y te cambiaron al medio año de escuela.
Tu familia tenía que buscar un sitio más alejado de los problemas legales, así que fue así como conociste a tu segunda secundaria.
Te acostumbraste a los sonidos de los disparos, ya que era una zona sobrepoblada de chakas y porros.
Tu ultima secundaria. Fue una escuela que te hizo vivir otra vez los “grandes” momentos de la primaria, puesto que otra vez tuviste que lidiar con chakas y porros, solo te quedaba pelearte con ellos para que no abusaran de ti.
Cada vez más perdías la memoria cuando te peleabas y nunca sospechaste.
Empezaste a socializar más con tus compañeros pero siempre tenían que arruinar su amistad cuando te insistían tomar uso de sustancias o alcohol.
Terminaste igual de solo que en la primaria, ya no tenias motivos para estar tranquilo, cada día buscabas razones para pelearte, no te importaba que te vieran o que horas eran ni con que te pelearas, solo buscabas problemas.
A lo largo de tu ciclo escolar casi matas a 4 chicos, uno le enterraste un lápiz en el cuello, otro amenazaste con quitarle los ojos, a uno lo golpeaste con las mesas y sillas y al último perseguiste con una regla gigante que le sacaste filo.
Se que te daba una gran satisfacción el ver sus rostros cuando te tenían miedo y no solo te conformaste con darles miedo a tus compañeros, sino que también explotaste los laboratorios de tu secundaria, no fue a propósito, pero lo hiciste y no te arrepientes ¿verdad?.
Cada vez te me hacías mas interesante e incluso en la preparatoria.
Después de haber echo el examen con un pie vendado, los ojos hinchados, el dedo con pus con sangre, la mandíbula chueca y con tos, te quedaste en el bachilleres 7 que tanto querías.
Te uniste a teatro porque no encontraste música, pero tambien no le querías echar ganas, puesto que te había engañado tu madre con llevarte a los E.U. y bueno, terminaste debiendo 8 materias que pasaste después.
Entraste a una compañía de teatro, pero no pudiste continuar por tu miedo a besar a Julieta y muchos problemas legales con el padre de tu hermana.
En tercer semestre conociste a tu mejor amiga que te ayudaría a no dejarte caer por tu vicio de la depresión.
Después de haber pasado dos amores decepcionantes, unos cuantos semestres, conociste a tu actual novia y a uno que otro amigo más para convivir.
Ahora te veo en sexto semestre, ya no le tienes tanto miedo a tu propio ser, tratas de cambiar, así como olvidar todo lo malo que te ha sucedido, ahora puedes darte el placer de expresarte, de querer y ayudar a tus amigos mas queridos.
Tu familia se va desmoronando poco a poco, se hace más cruel y aislada de las personas, pero confía en mi, no los necesitas, el humano nació solo y morirá solo, si estas vivo, disfruta, no pierdas tu tiempo y has algo productivo para tu vida.
Se que es difícil para ti pensar positivo todo el tiempo, pero escuchar las voces de tu cabeza no siempre es malo, muchas veces te aconseje y estuve ahí cuando más me necesitabas, aunque no me vieran los demás.
Fui testigo de tantas cosas que pasaste, lo sigo siendo, recientemente te alteraste por ver la luz salir de los ojos de tu cachorrita que convulcionaba mientras te veía.
Has vivido cosas más feas, pero en el mundo hay personas que sufren peores, así que agradece que ahora tienes personas reales que te apoyan.
Es difícil para alguien como yo escribir esto, porque es mi despedida, es mi testimonio de algunas cosas que pasaste, deja de subestimarte tú solo y adaptarte a las circunstancias, como yo cuando vivía en tu mente.
Desapareceré, moriré, me olvidarás, lo se, pero me voy feliz sabiendo que mi niño se convierte en un adulto fuerte y humilde.
Que mas me hubiera gustado ver como educas a tus hijos.
Hasta luego, nos vemos cuando también te imaginen en sus recuerdos.
Atte. Mbausr.

 

ESRU Opina - 2017

RESEÑA VIAJE A ESPAÑA:Subestimación y adaptación
Adrián Uriel Sardaneta Rancaño

Primer Lugar ESRU Opina 2017

¡Vaya!…

No tengo ni idea de cómo escribir tantas cosas que viví y sentí en el viaje, creo que solo diré que fue ¡Maravilloso y oportuno!
Sin duda alguna fue un viaje lleno de hermosos lugares, gente linda y a veces amable, grandes historias, buenas y malas experiencias así como uno que otro problema.
Decidí que mi acompañante fuera mi mejor amiga, por lo que el primer día que estuvimos en España conocimos a nuestro primer guía, después de llegar al hotel dejamos las cosas y decidimos aventurarnos en las calles de Madrid, encontramos un parque que tenía unos árboles con hojas moradas que nunca había visto en los parques de México, la Plaza del Príncipe Pío en la cual por más que las cosas parecieran baratas no lo eran, al salir de ahí noté que habían muchos más puestos de comidas como pastas y pan, así como abundaban los combos con cerveza o algún otro alcohol.
Nos dio hambre y con 9 euros nos alcanzó para una comida cada uno y poco a poco supimos gastar bien el dinero.
Al día siguiente desayunamos, me gustó mucho porque a diferencia de donde yo vivo, los desayunos son tipo buffet y podíamos desayunar lo que quisiéramos.
Llegó la hora y conocimos a otra guía, subimos al camión junto con más viejitos agradables y nos dieron un tour mostrándonos varias esculturas, construcciones y una presa con unos marcos que fueron construidos sobre ella.
Todo era lindo y divertido hasta que nos dijeron que nuestro viaje terminaba en la plaza de España, enfrente de un Museo de Jamón, los cuales abundan por donde sea y al parecer el jamón es muy apreciado en España.
Entonces decidimos explorar la plaza, era bonita y me recordaba al zócalo de México solo que estas construcciones tenían muchas esculturas de reyes y animales.
También había muchos artistas callejeros, pero no tantos como en México y con la diferencia de que eran más músicos que nada.
Al día siguiente nos fuimos a otro tour, pero esta vez con nuestra guía permanente y con destino a otro hotel, visitamos muchos lugares como Sevilla, donde había un sitio que parecía un laberinto musulmán, lo que me sorprendió era la cantidad enorme de músicos que había.
También hay muchísimas catedrales e iglesias.
Durante el viaje nos volvimos un pequeño grupito de amigos cuando se nos unió una señora que cuidaba de su mamá, nos divertimos mucho tomándonos fotos, sin dejarnos de los abusivos gringos y burlones argentinos e italianos.
También observé que allá les gusta mucho la historia medieval y de la India, en uno de esos días le tomé foto a la tumba de un señor que dio su fortuna y construyó iglesias para los necesitados, allá les dan mucho prestigio y seguridad a las iglesias e incluso hay para musulmanes, India, etcétera, al punto de llegar casi a la misma importancia que los reyes de España.
Otro lugar que visitamos fue el Alhambra el cual fue muy detallado en sus construcciones y diseños de sus muros, fue muy genial el país.
¿Quien diría que por escribir una pequeña parte de mi vida obtendría algo así? ESRU hizo posible todo esto y no solo me impulsaron a seguir con mis metas, sino a luchar por ellas, aprendí que cada vez que alguien o algo te impida realizar tus sueños, no solo debes luchar, avanzar y continuar, sino aferrarte como gato a esas metas, le agradezco tanto a Esru como a mis amigos, a mi novia y familia por tolerar varias ocurrencias mías y que como esta, al final tuvo recompensa, espero sigan aguantando, porque mi historia no acaba aquí.

ESRU Opina 2018

Texto ganador

Erandi Fereli Valencia Rojas
Plantel 07 Iztapalapa

Ganadora ESRU Opina 2018

MI UTOPÍA, LA DE MIS PADRES, LA DE MIS ABUELOS

“Soñar, no hacemos otra cosa…

Actuar los sueños es asunto de locos.

La realidad es cuerda.

La realidad es el molino de los sueños”

(Emilio Carballido)1

 

 

Utopía, visiones, futuro Ideal, proyecciones de vida, de vidas, del mundo; son sólo sueños, son algo que todo ser humano tiene, una construcción mental del futuro, en donde nos vemos en un mundo ideal. Estas construcciones han estado a lo largo de las generaciones, mis abuelos tenían grandes Sueños, proyecciones de su futuro que querían cumplir, pero desgraciadamente las oportunidades para lograrlo no existían.

 

La mayoría de las personas en el mundo, se ven en un futuro con un título profesional, después con un trabajo y posteriormente continuar con su vida llena de éxitos. Pero la realidad de hace algunos años era otra, las oportunidades eran distintas, eran menos y eran desconocidas por los más pobres y no sólo por su situación económica sino por el cómo pensaban, la ignorancia de esas pocas oportunidades que había, esto hacía que, en algunos casos, el estudiar fuera algo irrealizable. Nosotros hoy en día tenemos grandes oportunidades, que, con tan sólo apretar un botón las podemos conocer, algunas hay que buscarlas y tomarán más tiempo, pero sabemos que si las hay.

 

Cuando veo mí presente y las oportunidades que tengo, me detengo a pensar en las que tuvieron mis abuelos, de ellos sólo uno pudo cumplir sus proyectos, fue mi abuela materna. Para todos mis abuelos, su situación económica, no era buena, pero mi abuela materna sí consiguió su sueño de tener su propia casa, a pesar de su esfuerzo y después de muchos años. Ella dice que en aquellos años les tocó ver cómo de organizaba la gente en las calles para exigir derechos, y así de acercó con un grupo de personas que compartían el mismo sueño y juntos buscaron los caminos para lograrlo, pero no fue el caso de mis otros abuelos, que al igual que ella tenían sueños, pero nunca pudieron lograrlos, a pesar de que todos compartían las mismas circunstancias.

 

Así también mis padres, como mis abuelos, tenían ilusiones, la esperanza de estudiar, pero desafortunadamente sólo mi mamá la pudo cumplir, mi papá tuvo que trabajar desde que era un niño para poder ayudar con los gastos de la casa y la escuela, en su familia nadie

 

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1Carballido, Emilio. D.F., “Soñar”, 52 obras en un acto, México, D.F., FCE, 2011, Versión Electrónica:

https://books.google.com.mx/books?isbn=6071607086

 

tenía estudios, sólo pudo estudiar hasta el nivel medio superior ya que no tenían dinero y ni tiempo para poder conseguir su meta. La idea que todos tenemos es que las personas deben estudiar para trabajar, la realidad en una persona de pocos recursos es que tienen que trabajar para estudiar y no solo eso, trabajar hasta que se pueda, porque las prioridades son comer y tener un techo.

En el caso de mi mamá, ella no tuvo que trabajar desde niña como mi papá, pero, también tenía grandes complicaciones para poder llevar acabo sus estudios, como él, no había en su familia una sola persona con estudios, mi abuela era analfabeta.

Mi mamá vivió en una vecindad de la ciudad, con once hermanos y sus papás, las oportunidades que ella tenía en ese tiempo eran muy pocas, pero me cuenta que buscaba la manera de obtenerlas. Desde la secundaria empezó a trabajar para no dejar la escuela, y combinó así las dos actividades, nuevamente eso de trabajar para estudiar y no estudiar para trabajar, pero gracias a eso logró su objetivo, una carrera universitaria, con oportunidades que estaban ahí, que le daba nuestro país, una universidad pública y otras oportunidades, caminos, brechas que ella misma se fue abriendo, luego tener una familia no representó olvidar sus metas, aún con un problema más, le detectaron una enfermedad llamada Lupus, la cual afecta sus articulaciones. Mi mamá ha sufrido mucho con esta enfermedad, pero esto nunca la detiene, ella dice que eso no la hace una víctima y que no se tiene que hacer la enferma, tiene que continuar con la vida sin importar lo que ocurra. Ella siempre me ha enseñado a que la vida solo es una, que tenemos que aprovechar todas las oportunidades que estén a nuestro alcance y las que no, tratar de hallar la forma para poderlas obtener. Hace algunos años, una idea nueva giraba por la cabeza. Ella, pudo ver la oportunidad frente a sus ojos, ser ama de casa era bueno, eso dice, pero no era todo lo que la hacía feliz, una oportunidad que solo podía aparecer en esta época y que nunca imaginó: Estudiar una carrera en casa, en una universidad pública, la mejor del país, una carrera en línea, quería entrar a la UNAM y lo logró, entró en el primer intento y salió de ahí como Pedagoga, ella buscó nuevas oportunidades para no detenerse hasta el final cuando logró su objetivo y eso me ha enseñado mucho a no detenerme cuando las cosas se ponen difíciles.

Ahora hoy en día, mi vida está llena de oportunidades las cuales me están y estarán ayudando en un futuro. Las utopías que tengo son bastantes que no sé de dónde iniciar, una de ellas es ingresar a la UNAM, estudiar Literatura dramática y Teatro, terminando empezar a trabajar, a viajar, etc. En este tiempo de mi vida nunca eh tenido que trabajar, pero al igual que mis padres y mis abuelos he tenido muchas complicaciones para poder seguir estudiando. Cuando era una niña mi utopía era que mi familia nunca se separara, que no tuviera problemas y que fuera la más feliz del mundo, pero, desgraciadamente no fue así, a la edad de once años mi padre se fue de la casa porque tenía otra familia y la economía en mi casa fue disminuyendo terriblemente. Pero con mi madre siempre me dice, “esas cosas que pasaron no te tienen que afectar”, no le hago mucho caso. Hay veces que tengo que sufrir por la economía, de nuevo entonces es cuando más ayuda tener una beca, la utilizo al cien para mis cosas de la escuela, empezando por esto, sería muy tonto decir que no tenemos oportunidades para poder cumplir nuestros sueños. Estoy viviendo un proyecto que tenía desde niña, estudiar, una utopía que muchas generaciones anhelaban hace algunos años y esto lo he podido conseguir gracias a que con el paso del tiempo las cosas han cambiado, no solo para mi país, también para el mundo.

 

Hoy sé que puedo entrar a la universidad si me lo propongo y sólo yo le pongo barreras a mi vida, en clases los profesores nos aconsejan muchas cosas, nos cuentan experiencias que nos hacen reflexionar sobre cosas que pueden detenernos, sus experiencias duras algunas, nos dejan ver que si tomamos el camino de las malas compañías seguramente nos arrastraran de nuestros caminos hacia una vida centrada en la diversión del presente y sin poder mejorar nuestro futuro.

El estudio es algo muy valioso para mí ya que, este, será la llave que me abrirá las puestas del mañana, en un mundo en constante cambio tecnológico como en el que nos tocó vivir la preparación es la mejor estrategia para enfrentar la crisis de un mundo incierto. Yo creo que hay muchas oportunidades que me están y estarán ayudando en mi vida, una de ellas es tener la beca que mencionaba, oportunidad que podríamos aprovechar todos los que están estudiando el nivel medio superior, pero desgraciadamente algunas personas no la ocupan para solventar los gastos escolares, porque no saben usarla, a veces la invierten en vicios y diversiones, entonces están haciendo mal uso de los recursos del país, recursos, que se pudieron haber usado para resolver otros problemas de la sociedad. Cuando esto sucede, me parece que pierden su derecho a exigir al gobierno resultados, porque el país lo hacemos todos y si hacemos las cosas mal, México estará mal.

Mi madre siempre me dice “Fereli, eres una niña muy afortunada, me hubiera gustado tener una beca cuando estaba estudiando en bachilleres, no sabes la gran ayuda que pudo ser para mí”, yo creo que sí soy afortunada por estudiar en esta época, a mí me tocó en la primaria ayudar para útiles, uniformes, desayunos y la cuota que antes era obligatoria, dicen, pero hoy ha dejado de serlo porque es voluntaria.

Esta y otras oportunidades más han hecho que esta generación que nos tocó a nosotros tenga mayor acceso a estudiar más allá del nivel básico, ahora hay más bachilleratos, más universidades. Además, también tienen diferentes modalidades que nos permiten elegir la que mejor nos convenga, un sistema escolarizado para quien pueda ir a la escuela, un sistema abierto para aquellos que no pueden asistir normalmente y una modalidad para personas con diferentes situaciones que les impiden presentarse en las aulas, educación en línea o a distancia.

La nueva tecnología es una herramienta que nos permite informarnos de las novedades según nuestros intereses, con ellas podemos conocer programas sociales, para saber de cursos de diferentes instituciones, INJUVE, por ejemplo, que da cursos gratis, asesorías, etc., convocatorias, concursos, becas, intercambios estudiantes para conocer a distancia culturas y accesos a la bibliotecas de todo el mundo, en todos los idiomas; información para diferentes niveles, con distintos grados de complejidad y tutoriales para casi cualquier tema. Internet es hoy una posibilidad para la equidad social, todas las clases sociales pueden hacer uso de él, desde cualquier dispositivo y conocer distintos caminos que pueden ser usados para lograr nuestras metas como orientación vocacional o bolsa de trabajo.

Cuando mis papás salían de su escuela con tareas nunca tuvieron la ayuda de sus padres, no se trataba de que no quisieran ayudarlos o que fueran desobligados, era más simple que eso, no sabían cómo, no tenían ni la primaria ¿Cómo podrían orientarlos en cosas que ellos no sabían?

Sin embargo, yo si tuve la guía de mis padres para poder realizar mis trabajos escolares y no tener un muro que me detuviera, pudieron ayudarme cuando de verdad necesité su ayuda y aún lo hacen. Me dieron la estabilidad de una familia muchos años, convivencias, paseos, que ellos no tuvieron y de todo aprendí que siempre tenemos la posibilidad de mejorar nuestra vida y la de los otros.

También me dieron otras cosas que me han servido para mi vida, por ejemplo, a diferencia entre lo bueno y lo malo y así poder elegir qué quiero para mí, si pasarla bien olvidando mis responsabilidades, teniendo en claro que eso me separa más de mis metas o haciendo mis deberes con la firme idea de que cada esfuerzo es un escalón que subir para mi objetivo.

El que yo sea mexicana es ya una oportunidad, porque a pesar de que México tiene muchas carencias y muchos conflictos por resolver, también tiene muchas cosas buenas, que a veces no reconocemos, los noticiarios nos muestran un país con mal futuro, pero eso sólo depende de nosotros, de que cada día y cada mexicano ponga su esfuerzo en sus propios sueños, para que al juntarlos todos hagamos de México una real utopía, donde haya oportunidades para todos, y sean aprovechadas para todos y que el estudio sea para trabajar y no se obligue a las personas a trabajar para estudiar, eso sería justicia social.

Los mexicanos tenemos esa gran oportunidad de pertenecer aquí y no a un lugar en guerra, tenemos que sentirnos orgullosos de eso, nuestro presente es resultado de una historia de lucha por tener libertades que hoy tenemos, podemos renunciar a ellas o ignorarlas, pero tenemos la libertad de buscar nuestro camino y encontrar oportunidades si existen, y si no, construirlas para que las siguientes generaciones vivan aún mejor. Podemos hacer nosotros un país con más oportunidades, tenemos talento, entusiasmo y la experiencia de que cada generación puede poner su grano de arena para superarse. Por eso a nuestra generación le toca mejorar las oportunidades que se nos presentan, así como la generación de mis padres les toco mejorar las condiciones que vivieron nuestros abuelos.

ESRU Opina 2019

Texto ganador

Marlen Monserrat Ballesteros López

Plantel 08 Cuajimalpa

Ganadora ESRU Opina 2019

Mi mamá también es humana

La madre representa la seguridad de la protección, el calor de la ternura, de la alimentación, pero también el riesgo de la prisión y de la opresión, el peligro del sofocamiento; por la madre se vive, pero por la madre también se puede morir.

Silvia Tubert

Cuando pensamos en la figura materna nuestra mente proyecta a un ser perfecto que te ama, procura y cuida. Se dice que una madre siempre está al pendiente de nosotros y nos da todo su amor y cariño incondicionalmente; sin embargo, no siempre es así, pues nos olvidamos de que también es humana, ya que siente, sueña, vive e irremediablemente se equivoca. 

Debo reconocer que a mí me tocó una madre de ese tipo: imperfecta; una persona común, como yo y como cualquier otra. Fue difícil darme cuenta de eso, pues generalmente una madre nunca demuestra nada y, si lo hace, como hijo nunca lo percibes. Nosotros siempre estamos centrados en nuestro mundo y, como dije antes, la imagen que tenemos de la mujer que nos dio la vida es de perfección, de modo que muy difícilmente pensamos que también puede llegar a cometer errores. Para poder entender esto, debo comenzar con la historia de mi mamá la cual, por obvias razones, tiene que ver con la mía. 

Cuando conoció a mi papá ella tenía 14 años y él 27; se ve claramente la diferencia de edad. Ambos se conocieron en el trabajo, comenzaron una relación y cuatro meses después llegué yo. Mi mamá me cuenta que estaba muy emocionada por tenerme, pues yo sería como su muñeca, ya que me iba a poder vestir y peinar como ella quisiera; claramente se notaba su inmadurez. Así comenzó todo…

Después de mi nacimiento las cosas no fueron como mi mamá las esperaba, pues claramente tener un hijo no es como tener una muñeca, al contrario, éste es un trabajo duro y de tiempo completo debido a que tiene que dar de comer, cambiar el pañal, bañar, soportar llantos nocturnos, etcétera; ser madre es un trabajo que nunca termina. Precisamente por esto las cosas con mi papá no funcionaron, se dice que los dos fueron infieles y por eso tres años después de mi nacimiento se separaron, lo cual no afectó mucho en mi desarrollo, ya que a los dos los veía y procuraba igual. Con el tiempo me fui haciendo la idea de que era lo mejor. 

Pasaron siete años desde lo de mi papá, cuando mi mamá conoció a otra persona: Carlos. Mi madre comenzó una relación sentimental con él y de esa relación vino un embarazo que fue muy duro y pesado para ambas, ya que constantemente tenían problemas y eso nos alteraba. No me gustaba ver a mi madre llorar todas las noches, sentía lo infeliz que era y eso me ponía realmente triste porque sabía que no podría animarla. Esa relación no funcionó por mucho tiempo, fracasó porque a Carlos le daba miedo tener un hijo y hacerse cargo de él, así que mi mamá lo libró de esa carga y le pidió que se fuera. 

Con la llegada de mi hermano vino una serie de cambios, pues mi mamá tenía que trabajar más para poder mantenernos a los dos y, claro, también necesitaba tiempo para estar con nosotros, pero encontró una solución: descubrió un trabajo donde le pagarían bien por sólo unas horas al día. Entró a trabajar en el transporte escolar como nana de los niños, ella los cuidaría y se pondría al pendiente de su ruta. 

Este trabajo fue algo bueno en su momento porque después algo sucedió que la hizo cambiar, pues mi mamá siempre había sido una persona muy paciente, callada, dulce y tranquila porque a pesar de todo aún seguía siendo “hija de familia”, pero a partir de que obtuvo este trabajo ella comenzó a experimentar cosas que nunca había vivido como ir de fiesta, beber alcohol y, por supuesto, divertirse con amigas y amigos; claro está, yo llegué a su vida cuando ella era muy joven y nunca tuvo la oportunidad de vivir todos esos momentos así que, cuando los experimentó por primera vez, no quiso dejarlos ir. 

Comenzó a llegar tarde a casa y muy alcoholizada, la verdad esto a mi me dolía mucho, ya que ambas siempre habíamos tenido una relación muy buena por el simple hecho de haber sido sólo nosotras por un tiempo, así que esto fue un golpe muy duro y más porque, cuando todo esto sucedió, yo apenas entraba en la adolescencia, en esa etapa de cambios donde no entiendes nada. 

A mi mamá le comenzó a importar poco lo que hacíamos o lo que decíamos, casi todo el día se la pasaba hablando por teléfono con sus amigas, paradójicamente, como si ella fuera la adolescente, mientras que yo me ocupaba de mi hermano junto con mi abuelita, una mujer de la tercera edad. Los fines de semana se convirtieron en un caos, me daba mucho miedo que llegara un viernes porque yo sabía que mi mamá no iba a estar para cuando yo llegara de la escuela y que no la vería hasta entrada la madrugada en mal estado, lo cual me haría sentir mucha decepción, mucho dolor y mucha rabia por dentro, por el simple hecho de dejarnos ahí, solos, sin que se preocupara por nosotros. ¿Acaso nunca se preguntó si ya comimos o si estábamos bien? Al parecer a ella sólo le importaba divertirse.

Nunca entendí cómo estar de fiesta y bebiendo alcohol con gente que a veces ni conocía la hacía mucho más feliz que estar con nosotros, el fruto de su vientre, a quienes les tendría que dar atención y amor incondicional. Siempre busqué una forma en la que mi madre volviera a ser la misma: ¿cómo podía hacer que ella entendiera que nosotros la necesitábamos? ¿Cómo lograr que  fuera la misma de antes? ¿Cómo podía hacerla entender que nosotros teníamos que ser su prioridad? Nunca hallé la respuesta. 

Más de una vez intenté que cambiara de opinión, que entendiera que eso no le traería nada bueno, pero su respuesta siempre era: “ya voy a cambiar”, no obstante, lo que decía era contrario a lo que hacía porque cada viernes pasaba exactamente lo mismo. Honestamente ya no esperaba nada de ella. 

En ese mismo trabajo conoció a alguien más, ese alguien se volvería parte de nuestra vida tiempo después y sería con el que pasaría 2 años de su vida, su nombre era Fernando, más conocido como “Balú”. Él llegaría a nuestras vidas en un momento no muy bueno, pues mi mamá estaba ahogada en excesos y él no apareció para ayudar, al contrario, la indujo al vicio aún más. 

Con la llegada de Fernando mi mente se colapsó, fue como un huracán que arrasó con lo poco que tenía, con las migajas de amor que daba mi madre, pues me despojaron del cuarto donde dormía con ella y me alejaron todo lo posible, pero ésta no fue la peor parte, pues yo aún era muy dependiente de mi mamá y, como dije, ella no me daba mucho cariño, aún así, en cierto modo, necesitaba de mí; sin embargo, con la presencia de Fernando, yo, Marlen, desaparecí. 

Me deprimí más de una vez sola, encerrada en mi nuevo cuarto, llorando desgarradoramente porque a la persona que le daba todo mi cariño incondicional, le dejé de importar de un momento a otro; yo la necesitaba y ella no estuvo para mí en los momentos difíciles. Se olvidó que tenía una hija…

Pasó un año desde la llegada de Fernando y mi casa se volvió un caos, pues había constantes peleas entre nosotros y, en consecuencia, eso hacía que mi mamá y él pelearan. Mi mamá muchas veces habló con él para que dejara de atacarme, pero no lo hacía y ella simplemente se rendía. Todo esto era mucho para mí, estaba por terminar el primer año de secundaria, mi madre no había mejorado en nada y a mi hermano lo descuidaba cada vez más. 

Siendo sincera ya estaba harta y muy desesperada por salir de esa casa, así que tome una decisión: ir a vivir con mi papá. Más de una vez amenacé a mi madre con irme, lo que ella jamás me creyó, pensó que nunca me atrevería y, entonces, cuando menos lo esperó ahí estaba yo, arreglando mi ropa y mis papeles para irme con mi papá. Mi mamá no se opuso, pues era mi decisión, según ella, pero sé que ese día le rompí el corazón; sin embargo, yo lo hice por su bien, a mi realmente no me gustaba la idea de dejarla, se me revolvió el estómago y me tragué mi dolor porque yo creía que ella cambiaría si yo no estaba.

La vida con mi papá era peor de lo que imaginé, él salía a trabajar y yo me quedaba bajo el cuidado de mi tía Mari, su hermana, quien quería sustituir a mi mamá en todo sentido. Es raro cómo todo lo que quieres de una persona lo obtienes de otra que no quieres, así me pasó con Mari, quien era todo lo opuesto a mi mamá: se preocupaba y estaba al pendiente de mí, buscaba clases extras para que yo aprendiera algo, incluso cuando iba a salir de la secundaria buscó cursos de preparación para el bachillerato.  

Sin embargo, ella no era mi mamá, por más que se esforzara, de modo que mi falta de aceptación hacia ella creó problemas en casa, pues yo siempre  era la mala por más que demostrara que no tenía la culpa. Mi papá nunca estuvo enterado de nada, por lo que de nuevo decidí regresar a los brazos de mi madre, ella no era la mejor del mundo, pero al menos no me obligaba a ser alguien que no era. 

Regresé con mi madre después de dos años, yo ya estaba en primer semestre de bachillerato, todo en la casa había cambiado, con mi partida mi madre se centró más en criar a mi hermano y, por primera vez, confrontó a Fernando, quien ya no era su pareja, pero lo dejaba vivir ahí en lo que encontraba un lugar a donde irse. 

Pasó un mes desde mi regreso y, entonces, cayó la gota que derramó el vaso, la cual no sólo arrasó con la estabilidad emocional de mi mamá, sino con la de toda la familia, pues mi abuela enfermó. A partir de esto todo se tensó, todos estábamos al pendiente de ella, ya que se quejaba y al parecer sufría, nadie sabía qué tenía hasta que la llevamos al hospital. Ella estaba muy grave debido a una operación que le habían realizado, la cual no cicatrizó bien, hecho que le originó cáncer, enfermedad que nos la quitó dos semanas después de haber ingresado al hospital. 

Con la muerte de mi abuela, quien prácticamente sustituyó a mí mamá, el mundo se me vino encima, pues a pesar de su edad, ella era el pilar de nuestra familia, por lo que me sentía muy mal la mayoría del tiempo y deseaba verla una última vez. Por otro lado, mi madre se desmoronó totalmente, ella siempre tuvo miedo de perder a sus padres y quedarse sola, por lo que la muerte de mi abuela realmente la hirió.

Dos meses después del fallecimiento de mi abuela Fernando se fue por fin de la casa y todos tratamos de seguir con nuestras vidas a excepción de mi madre, ya que para ella era como si nada tuviera sentido, así que de nuevo se refugió en el alcohol. La misma historia el fin de semana, tras fin de semana, tras fin de semana… 

Más de una ocasión le hablé para saber qué era lo que le pasaba, ya había pasado mucho tiempo y ella seguía en el hoyo del cual no quería salir. En esas pláticas que tuvimos me decía que su mundo se le fue, que para ella nada tenía sentido y que prefería estar muerta. Yo pensaba: “¿y nosotros?” Mi hermano y yo éramos lo que necesitaba, se supone que debíamos ser su motor para seguir adelante. Me daba mucha tristeza y desesperación porque nunca iba a entender que estábamos ahí para ella y que ella tendría que estar ahí para nosotros, que a pesar de todo teníamos que seguir siendo una familia. 

Ahí fue cuando comprendí que a pesar de que mi madre ya era toda una persona adulta, nunca maduró, siempre huyó de todo lo que le atormentaba y nunca le dio la cara a sus sentimientos. Nunca lo había pensado de ese modo pero, sin querer, me fui convirtiendo en su madre, pues yo sí le daba todo lo que ella no me llegó a dar. Claro, tenía mucha lógica, pues desde el principio ella se apoyó en mí e, inconscientemente, yo la trataba como quería que me tratara: como una verdadera madre. 

Mi mamá nunca ha reconocido sus errores quizá porque, parafraseando a Badinter (2017), una mujer, al admitir que de la maternidad nunca ha tenido mucha satisfacción, se convertiría automáticamente en un monstruo irresponsable; sin embargo, yo no pienso eso de ella, sólo sé que es un ser humano que también comete errores. Creo que si reconociera que se ha equivocado, éste sería el primer paso, de muchos por dar, para poder cambiar.

La figura materna siempre se ve como perfecta, la idea que se tiene es que en cuanto nacemos nos tiene que dar todo lo que es y lo que tiene, pero como lo he contado, a mí me tocó la otra parte. Mi mamá se ha equivocado y eso me ha afectado directamente, sin embargo, nunca me he dado por vencida, ya que de esta experiencia he aprendido y he tratado de ser mejor cada día para poder seguir siendo su apoyo, pues hasta el día de hoy seguimos en la batalla, ya que sigue huyendo de su realidad y, de las consecuencias de sus errores, sigue teniendo miedo.

Ciertamente es complicado todo esto, pues a mi nunca me enseñaron cómo ser la madre de mi madre, pero fui asimilando mi realidad y entiendo que yo llegué a su vida cuando ella era muy joven, de modo que nunca pudo vivir las experiencias de alguien de esa edad; es por eso que trato de ayudarla, ya que no pudo vivir su juventud como ella hubiera querido y, aunque nada podrá hacerla regresar a esos años, trato de que el presente lo viva plena y sanamente.  

Tal vez sea juzgada por hablar así de mi madre, pues en la sociedad en la que vivimos no estamos acostumbrados a criticar a quienes nos dieron la vida, seguimos aferrándonos a que debe haber un cierto orden, las ponemos en la cima del cielo y no hay nadie que las pueda bajar, como dice de la Concha y Osborne (2004): las comparamos con una divinidad y tienen que ser así, madres purísimas, dolorosas y siervas humildes. Sin embargo, creo que estamos en un error, pues a partir de mis experiencias puedo afirmar que ellas son humanas, no son deidades ni mucho menos ángeles, al contrario, son seres comunes que sienten, pero a veces por cumplir expectativas y regímenes, pareciera que no deben tener errores, descarrilamientos y un sinfín de equivocaciones humanas. 

Mi mamá y yo seguiremos trabajando para que ella sea una mejor persona y, junto con mi hermano, para que seamos una mejor familia. Pienso, a raíz de todas mis experiencias, que es de humanos equivocarnos y que esto no sólo es exclusivo de un cierto número de personas sino que es universal. Entonces, el hecho de que una madre se equivoque no significa que la tengamos que ver como si fuera la peor del mundo, creo que hay que desmitificar la idea de que las mujeres tienen que seguir una rúbrica al pie de la letra y que tienen que ser fieles a lo que la sociedad dice. A mi me tocó una madre completamente diferente a la que nos venden, sin embargo, trato de que sus errores me hagan crecer como persona, al fin y al cabo, mi mamá también es humana. 

ESRU Opina 2020

Texto ganador

Aisha Johana Cortés Pérez
Plantel 12, Nezahualcóyotl

Ganadora ESRU Opina 2020

AJ Y RESILIENCIA

“Una historia no tiene comienzo ni fin: arbitrariamente uno elige el momento de la experiencia en que decide mirar hacia atrás o hacia delante.”
-GRAHAM GREENE

No esperas tener 6 años y estar parada ahí, justo enfrente de tu padre, con tu madre molida a golpes al lado y tu hermana mayor tirada en el suelo por la patada que le acomodó ese hombre; nunca olvidaré esa sensación al abrir la boca y decirle que se alejara de ellas, que en su vida volvería a tocarlas, porque no quería volverlo a ver. Ayudé a mi madre a incorporarse y abracé a mi hermana diciéndole que no pasaba nada, que estaríamos bien.

Pasaron pocos días para que mi madre planeara la escapada con mi hermana y conmigo, hablo con su jefe de aquel entonces, para que la ayudara a salir y la acogiera mi abuela, antes de que mi padre la terminara matando a golpes por llegar ebrio.

Mi madre tuvo otro hijo, medio hermano nuestro, cuando yo tenía nueve años, y decidió dejarlo con unos tíos por parte de ella, que tienen gran importancia en mi vida, la cual mencionaré más adelante. Duré viviendo con mi abuela hasta los doce años, momento en que mi madre decidió abandonarme a mí, porque le era difícil solventar los gastos de la casa, cuidar a mi abuela y a mi hermana, y aparte, solventar sus gastos.

Pero ¿qué pensaría mi madre que me provocaría al decirme que yo era una carga con la que no podía más? A su juicio, nada, porque prefería eso a ser una mala madre, pero me escuchó llorarle, pedirle que me alimentara con lo que fuera, que no me interesaba no tener lujos, ni zapatos, ni juguetes, ni usar ropa de marca, pero quería estar con ella, porque eso hacía una madre ¿no?, cuidar a sus hijos y tenerlos con ella, antes que abandonarlos. Gracias a eso tuve problemas de autoestima y alimenticios; depresión, ansiedad, y taquicardias, podía socializar ni expresarme bien, y sufrí de bullying toda la primaria y mi primer año de secundaria, lo que provocó que dejara la escuela porque no podía si quiera mirar a mis acosadores; prefería morir antes que volver a pisar la escuela.

Aparecieron cuatro personas increíbles en mi vida, que se volvieron mi familia; mi tío por parte de mi madre y su familia me adoptaron, me hicieron entrar a la secundaría, obviamente cambie de escuela. Durante esos años comencé a trabajar en mí, en mi autoestima, en mi imagen; aprendí otros idiomas (me hice amiga de un brasileño en una salida al centro histórico de la CDMX, y me enseñó a hablar portugués básico e inglés, después aprendí más por mi cuenta, seguimos en contacto, pero regresó a su país); también trabaje emociones y conflictos que reprimía y me hacían daño, cada vez más, pues deje que todo eso tomará el control de mis emociones, de mi carácter, de mi juicio, incluso de mi salud, y era momento para mirar hacía enfrente.

Siempre he pensado que no te define nada ni nadie aparte de ti, ni tus padres o sus errores, ni de dónde vienes, ni lo que hacen otras personas, o lo que creen que debes ser o eres, pues son sólo sus ideas, no las tuyas. Y justo en esto me enfoqué para lograr mejorar como persona. Durante la secundaría tomé varias clases extra curriculares para expresarme mejor a través de la música, la pintura, los deportes, la ciencia incluso. Aprendí a tocar el piano, la guitarra un poco y el violín; practiqué americano, baloncesto, soccer, pesas, atletismo, y también hice amigos por primera vez en mi vida, amistades que siguen en mi vida hasta la fecha.

Después de todo esto, por si fuera poco, entré a la etapa más desafiante de mi corta vida.

Empezaba el primer año de la preparatoria y decidimos mi hermano y yo rentar juntos, pues, aunque teníamos una familia que nos daba su apoyo, siempre estaba presente el “no somos hijos de sangre”, las preferencias y los privilegios, incluso al ser presentados en familia. Ambos conseguimos trabajos en la secundaria, yo como aprendiz en un taller de motocicletas haciendo pinturas, y él en un negocio de comida japonesa.

Los dos estábamos centrados en la escuela y el trabajo, sin vida social, porque, aunque suena exagerado escuchar que la gente dice “no es fácil trabajar y estudiar”, “o descuidas una o descuidas otra”, es real, porque a veces no tienes tiempo para nada, ni para el trabajo, ni para la escuela, mucho menos para pasar tiempo con amigos o haciendo otras cosas. Sin embargo, jamás dejamos que eso tuviera gran impacto en nuestro desempeño académico o en nuestros trabajos, al contrario. Pasamos el primer año con buenas notas y nos establecimos cada vez más en el departamento que rentamos; la primera vez, nos dejaron plantados en el lugar que rentaríamos y dormimos en un parque, porque no teníamos a donde ir, cuando pensamos que no podía ser más dura esa noche, cenando una galletas de la tienda y un yogurt, comenzó a llover sumamente fuerte como por diez minutos que parecieron horas, nos sentamos en la banqueta mojada para poder descansar un rato, ya que nuestras camas estaban empapadas (dos bancas en el parque); despertamos como a las tres de la mañana, caminamos hacia una calle donde vimos un anuncio de “Se renta departamento” y encontramos una camioneta con cajón de carga, nos subimos para dormir y a las siete de la mañana escuchamos que salían de la casa, así que despertamos rápido y corrimos para que no nos vieran, volvimos un poco más tarde a pedir informes y ese se volvió nuestro hogar.

El segundo año también nos esforzamos más, él tenía más carga de trabajo porque ya no era sólo trabajador, sino encargado del negocio, y yo tenía dos empleos, pues como mi sueldo en el taller no era fijo, debía tener un ingreso estable que me permitiera aportar a la casa, y así apoyarnos ambos. Nuestro rendimiento era bueno, pero cada vez nos cansábamos más, nos estresábamos más y nos veíamos menos. Una situación bonus que se presentó fue el reencuentro con mi madre biológica y mi hermana, después de años sin verlas, cosa que en mi cabeza no había traído nada malo, pues perdoné todo, más no lo olvidé, y eso me condenó, porque, aunque dejé de verlas, nunca dejé de preocuparme por ellas; mi abuela falleció años antes, y no quise verlas ni acercarme a ellas, pero a raíz de esto, las apoyé económica y emocionalmente, aunque no era mi obligación, pues eran adultas y tomaron sus decisiones. Mi hermano obviamente estaba en contra, pues lo veía de manera externa, y muchas veces me dijo que solo se aprovechaban de mí, sin embargo, para mí eran mi familia y eso no iba a cambiar.

Y era así, pero tardé un poco en darme cuenta de que a mis ojos eran mi familia, pero a sus ojos, yo solamente era un colchón, un banco para sus propios intereses, así que volví a alejarme de ellas, y volví a trabajar en mi misma. No es algo de todos los días el darse cuenta de que tu madre y tu hermana no te ven con amor, sino con signo de pesos, no es algo de todos los días darte cuenta de que esas dos personas pueden mentirte a los ojos, fingir una relación de cariño e interés puro, solo para conseguir algo de ti.

Pero son cosas que pasan, cosas que me hicieron formar mi carácter, mis principios y valores, el afrontar todo eso, me hizo gran parte de la persona que soy, pues los veo como lo que no quiero ser, como los errores que no quiero cometer, como las lecciones que me obligaron a aprender. El tercer año fue, “pfff” … Toda una montaña rusa de emociones, situaciones y vaivenes de la vida, que honestamente, si no hubiera aprendido cada lección, no estaría parada hoy, sabiendo lo que sé, creyendo lo que creo y esforzándome por conseguir lo que quiero.

Mi hermano enfermó a finales del segundo año, dejó la escuela y el trabajo, pero yo seguía tratando de solventar todo, salí de México a Toluca, para trabajar unas semanas, y cuando volví, estaba hospitalizado, por algo que era un resfriado al inicio, para volverse una neumonía, luego aparecieron complicaciones, comenzó a usar oxígeno, y me pasaba los días con él, escribiéndole cartas porque ya no podía hablar por mucho tiempo, ni caminar, ni moverse con tanta rapidez.

Pasaron unos meses y falleció, el único día en que iba tarde a verlo, recibí la llamada en el colectivo, recuerdo la sensación al ver el número de la señora que era su jefa en la pantalla del móvil, pues recibió la llamada del hospital, mi corazón se sentía al millón de latidos por segundo, y es raro cómo tu cuerpo lo presiente antes de saberlo, cómo hay algo que te causa una presión en el pecho; me temblaban las manos, mi voz casi sin sonido salía de mi boca para decir: “Sí, ¿qué pasa?”, y escuchar el sollozo de ella, tratando de decirme: “Se fue, ya pasó”, y todo se me nubló, recuerdo que se me cayó el móvil de la mano, y comencé a llorar, paró el colectivo donde había pedido la bajada, y una señora sostenía mi mano, me dijo que debía ser fuerte y lo sentía. Corrí hacia el hospital, y todo parecía que estaba en cámara lenta, llegué y estaba tapado en la camilla, con sangre en la boca y en la nariz, pues, murió por una hemorragia interna que le provocó el esfuerzo que sufrió al toser, y se ahogó con su sangre. Lo abracé, caí de rodillas a un lado y pedí que todos salieran, no podía, como si un pedazo de mi corazón hubiese sido arrancado de mi pecho, un dolor crudo, que te hace cuestionar cosas que, no logras si quiera entender.

Por primera vez hablé con Dios, preguntando el porqué; por primera vez tuve que fingir estar bien, pues la gente que llegaba al velatorio, debía ser atendida, tuve que forzarme a no estar mal, hasta que terminara todo eso, hasta enterrar su cuerpo. Mi familia volvió a acercarse (otra situación bonus) pidieron que volviera a casa con ellos, y dejara que me ayudaran a sacar la preparatoria, aunque habían sido nuestras decisiones, querían cuidar de mí.

Volví con mis tíos y su familia. Entré en depresión. Dejé de dibujar, de tocar música, dejé mi segundo trabajo, era en una cafetería, y dejé de expresarme con la gente, me volví cerrada como al principio, me costaba muchísimo demostrar emociones con la gente, incluso con mi familia, llegué al punto de salir de casa con la idea de querer que me pasara algo, para no tener que volver, para volver a ver mi hermano, había días en que no comía nada, otros en los que comía demás, despertar a las tres de la mañana y no volver a conciliar el sueño, o dormir hasta las cinco de la tarde, y cada noche, dormir llorando, pues parecía irreal que estábamos construyendo tanto juntos, y un día, todo se fue, y mi hermano con ello.

Ahora que lo pienso a la distancia, me doy cuenta de que su pérdida me enseñó demasiado: primero, que nada está asegurado, pues el mañana es un misterio y solo tienes lo que puedes hacer hoy; segundo, que las personas que amas pueden no ser las personas que estarán siempre contigo, pero cada una te deja una marca, una lección, para toda la vida, tercero: que la única persona capaz de decidir hacia dónde mirar, para adelante o atrás, eres tú. Pues el momento en que mi madre me abandono pudo haber sido el momento en que decidiera mirar hacia atrás, y dejar que ahí terminara todo, no hacer nada por mí, ni tratar de salir de todo eso, dejar que cada problema me consumiera, pues, evidentemente era más fácil no hacer nada, que salir e intentarlo. No ha sido nada fácil estar aquí, llegar al final del tercer año y ver todo lo que me toco atravesar para formarme como persona, para ver el impacto de todo eso en mí. .

ESRU Opina 2021

Ganadora ESRU Opina 2021

Denisse Castro Jiménez
Plantel 12, Nezahualcóyotl
Primer Lugar ESRU Opina 2021

Una carta a mi hijo

Aún recuerdo aquel día la tarde era lluviosa y yo estaba que moría de miedo, ese 9 de febrero todo en mi vida cambió, recuerdo muy bien el brillo de tus pequeños ojos, cuando te vi por primera vez no pude creer como había llegado a ese hermoso momento. Para llegar a esto tuve que pasar muchísimas cosas que te contaré enseguida.
Todo empezó en el mes de mayo, parecía un día normal, sin embargo, no sabía que ese día mi vida cambiaría, ese día decidí hacerme una prueba de embarazo ya que tenía sospechas de tu llegada y como puedes ver la prueba salió positiva, en ese momento no sabía qué sentir; sentía miedo por lo que fueran a decir tus abuelos, sentía nervios por lo que fuera a decir tu papá, pero era más grande mi emoción y mi felicidad al saber qué venías a mi vida. Yo sabía que no era el momento indicado, ya que sólo teníamos 16 años, no podíamos ofrecerte la mejor vida, pero mis ansias por tenerte hacían que todo eso no me importará.
Llegó el momento de decirle a tu papá, los nervios me comían viva ya que no sabía cuál sería su reacción, solamente recuerdo que no le dije nada solo le mostré la prueba, aunque su reacción no fue la que yo esperaba sabía en el fondo que él ya te esperaba y amaba desde ese momento. Ese día no pudimos hablar bastante ya que tus abuelos no lo permitían, así que decidimos ponernos de acuerdo días después. Creo que nuestra decisión fue la más estúpida e inmadura que alguien pudo haber tomado, decidimos esconderte hasta que pudiéramos irnos a un cuarto para nosotros, sin regaños ni nada, solamente nosotros tres; yo no sabía como esa decisión iba a darme muchos problemas.
En ese tiempo tu abuelo se fue a trabajar, por lo que tu abuela se iba a atender el negocio así que en la casa solo estábamos tu y yo, era bastante relajante eso hasta que empecé con los síntomas fuertes y los antojos raros, creo que el antojo mas raro que tuve fue mi “torta de atún”, ya sabes, era un atún de lata dentro de un bolillo con mayonesa y limón, ya sé que puede sonar extraño e incluso asqueroso pero era lo que se te antojaba, aunque creo que esto no te cayo tan bien porque después de esto empecé con bastantes nauseas y mareos los cuales eran insoportables. Por otra parte, seguía yendo a la escuela, iba en el turno de la mañana así que ya te imaginaras el sueño que me daba todos los días, llegaba tarde a la escuela por dormir más, me dormía en las clases y llegaba de la escuela para dormirme más, la ventaja era que tu abuelita no estaba así que no se daba cuenta de mi sueño excesivo.
Todas las noches salía con tu papá, el siempre me consentía y me compraba cada cosa que se me antojara, ni siquiera sabia como le hacia pero siempre tenia dinero para complacerme en lo que quería, podría decirse que todo estaba bajo control y felicidad, sin embargo, llego el día que mi mamá comenzó a sospechar, como sabes tenemos una farmacia así que cuando me bajaba siempre le pedía mis toallas femeninas, obviamente ya no le pedí y se le hizo bastante raro, me pregunto que si sucedía algo y aunque le jure y perjure que no era así, no me creyó y me dijo que iríamos al doctor, me negué rotundamente así que comenzó a sospechar aun más del embarazo, me dijo que si estaba embarazada no me iba a aceptar en la casa, me dijo muchísimas cosas malas, las cuales entiendo ya que no era el futuro que ella esperaba para su hija pero me dolieron demasiado. Esa tarde decidí comentarle sobre todo a tu papá y decidimos salir a buscar un lugar a donde poder irnos, solamente pensando en que no queríamos que nadie nos molestara. Fuimos a varios lugares, algunos muy lindos, aunque caros para nosotros y los que podíamos pagar eran bastante pequeños, yo sé que no necesitábamos mucho espacio, pero quería que tu estuvieras como siempre, eso era lo que mas me importaba. Sin embargo, después ya no seguimos buscando nada porque mi mamá ya no volvió a hablar sobre el tema, decidí quedarme en mi casa ya que sentía que era el lugar donde mas segura y cómoda podía estar, al igual para no exponerte a ti. Yo no sabia que al no decirle nada a tus abuelos solo te exponía mas y es algo que me costó muy caro después.
Todo parecía estar bien ahora, pero llego el temblor del 19 de septiembre, ese temblor fue el peor que he sentido en mi vida, estaba sola con tu abuela, ella aun estaba molesta por lo que había sucedió días antes, yo estaba sentada viendo la televisión cuando empecé a sentir como el suelo se movía, salí corriendo por tu abuelita y le dije que estaba temblando, ya que ella estaba apunto de subir para tender ropa, en cuanto Sali el temblor se hizo mas fuerte, solo agarraba a tu abuelita de la mano y le decía que todo estaba bien, pero por dentro también sentía como te movías y sentías miedo, no podía controlar todo aunque quisiera. Cuando por fin paso este desastre tu papá pudo venir a vernos, solo para ver que todo estuviera bien y afortunadamente así fue, a pesar de que ya había pasado esto yo seguía muy asustada, supongo que ese miedo lo sentías tu porque no dejabas de moverte, pero logre tranquilizarte con mis palabras y cantándote “wherever you are”, tal vez tu no lo recuerdas, pero incluso de nacido te hacia muy feliz escuchar esa canción. Paso todo lo de el temblor y necesitaba saber cómo te encontrabas así que fui a verte por primera vez gracias a un ultrasonido, ese día fue un alivio para mi escuchar como a pesar de todo lo sucedido tu estabas creciendo muy bien, cuando pude ver tu pequeño cuerpo pude ver tu pequeña manita alzada como si nos estuvieras saludando, me contuve, pero por dentro quería llorar de la felicidad.
Todo siguió a la perfección, tu seguías creciendo, cada vez me dabas mas lata aun estando adentro, pero en el fondo ya te quería tener entre mis brazos, tu papá dejaba de ir a sus clases para venir a estar con nosotros y cuidarnos el mayor tiempo posible.
Llego día de muertos, como lo imaginaras esta es mi fecha favorita, yo estaba super contenta y había buscado miles de disfraces para mujeres embarazadas, los cuales no podía usar porque a pesar de tener ya 5 meses, nadie se había dado cuenta de tu existencia o bueno eso es lo que nos hacían creer a nosotros. Ese día igual que todos los demás salimos a pasear disfrazados junto con nuestros amigos, los cuales conoces muy bien porque son como parte de nuestra familia. Todo ese día estuvimos muy felices o bueno eso me imagino ya que no dejabas de patearme.
Y así fueron pasando los días, cuidándome, cuidándote, siendo muy felices y consintiéndote en todo lo que querías, recuerdo que lo que mas se me antojaba en esta época eran las naranjas, aunque esto también me perjudicaba porque me daban muchísimas agruras por el ácido, pero aun así no dejaba de comerlas jaja, creo que era tu fruta favorita cuando estabas dentro de mi panza. Con todo esto llegaron las posadas, una época super linda, te encantaba mucho el ponche, recuerdo que podría estar acabándome un vaso y enseguida me pedias otro; obviamente no podía pedir muchos porque era posada así que tu papá me compraba litros de ponche para tenernos contentos. Pasaron muchas posabas hasta que por fin llego navidad, era otra época muy linda y ese día como todos los años pasados fuimos a la casa de tu bisabuelo, para este tiempo ya tenías 7 meses así que ya te notabas mas y los cambios en mí ya eran muchos (aunque de esto yo no me daba cuenta) pero al parecer a toda la familia si se le hizo raro verme mas gorda e incluso con pies y cara hinchados así que comenzaron a preguntarle a mi mamá que era lo que sucedía, si yo estaba enferma o si estaba embarazada, mi mamá les dijo que no pero a partir de ese día comenzó a pregúntame muchas cosas, al igual que a su familia, a ella se le hacia raro verme con la cara hinchada, a cada rato llegaba y me decía que eso no era normal y que me llevaría al doctor, yo creía que si era normal porque yo tenía entendido que cuando estabas embarazada te hinchabas pero no sabía la gravedad de esto.
En fin que llego el cumpleaños de tu papá, obviamente tus abuelos le hicieron una comida a la que yo tenía que ir aunque la verdad no quería hacerlo ya que ya te notabas bastante y sabia que ir era levantar sospechas y así fue, en cuanto me fui empezaron a interrogar a tu papá, al igual que mi familia ellos empezaron a preguntar si estaba embarazada o enferma y que si no estaba embarazada era importante que yo fuera al doctor porque me veía bastante mal, no sabía de lo que hablaban ya que yo me sentía normal o veía normal, solo que en las noches me dolía muchísimo la cabeza y veía borroso, yo no sabía porque era esto; Fue hasta un día en la noche, yo me encontraba con mi mamá viendo un programa que trataba de embarazos de alto riesgo, recuerdo muy bien que el caso hablaba de una mujer que tenía preeclamsia y sufría todos los síntomas que yo tenía, fue cuando me cayó el 20 en que tal vez eso era lo que me estaba sucediendo.
No podía seguir con la angustia de si era eso lo que me sucedía así que decidí por fin decirle a mi mamá, le dije que estaba embarazada y todo lo que me estaba pasando, que a partir de ese programa sospeche que mi embarazo no era normal así que con su cara de decepción y enojo me llevo al doctor, fuimos pero nos dijeron que no había consultas así que tenía que ir al otro día, ese día sabíamos que también teníamos que decirle a tus otros abuelos, así que fuimos, como es obvio nos regañaron por nuestra inmadurez pero después de todos esos regaños pude ver una sonrisa en la sonrisa de tu abuelo, se veía realmente emocionado.

Al día siguiente salimos a buscar hospitales donde podrían atenderme, a pesar de todo los doctores decían que iba muy bien con todo, después de un poco de calma fuimos a comprar tu ropita, tu primera ropita la cual te compro mi mamá, ella por extraña razón te compro muchas prendas azules a pesar de aun no saber tu sexo, tal vez ella ya sospechaba que ibas a ser niño, ya todos estábamos felices y contentos.
Llego el día de ir a otra consulta, fui con mi mamá solamente ya que tu papá estaba en la escuela, cuando llegamos me checaron la presión, sin embargo, esta no checaba así que tuvieron que hablarle a una doctora para que pudiera hacerlo, cuando ella me la tomo salió una presión de 160/120, obviamente tenía la presión muy elevada y ya no me dejaron salir, dijeron que tendrían que hacerme una cesárea urgente por la presión que llevaba, me metieron y ya no me dejaron hablar con mi mamá, después de 2 horas pude verla pero la vi devastada, al parecer le habían dicho que había un alto riesgo que tanto tu como yo muriéramos, obviamente su preocupación era bastante, al igual que la mía, así que ya te imaginaras como se me subió la presión y las enfermeras me regañaron y me dijeron que pensara en ti, que me relajara para que pronto estuvieras en mis brazos.
Pude relajarme, paso muchísimo tiempo el cual se me hacía eterno pero por fin llegaron para llevarme a quirófano, nunca en mi vida me habían inyectado y esa fue mi primera vez, me dolió bastante pero valió la pena, recuerdo que el anestesista nunca me dejo sola, siempre trato de tranquilizarme y cuando naciste por fin me pregunto si ya sabía que eras, yo obviamente le dije que no y cuando me dijo que eras niño me llene de felicidad y fue cuando te vi por primera vez, te vi tan pequeño que supe que tenía que protegerte, al ver tus ojos me llene de ilusión, creo que eso es a lo que se le llama amor a primera vista. Después de tanto amor me preocupe ya que dijeron que tenían que llevarte a la incubadora porque te faltaba temperatura, fue el tiempo mas largo que pase, pero después te volvieron a llevar, ya estaba ahí tu papá con nosotros y aunque pasaron muchas dificultades, aunque nos pusimos en riesgo, te disfrutamos desde ese momento y fuimos los más felices.
Sin embargo, te cuento esto para que no repitas lo mismo, si en algún momento cometes un error no te lo calles, siempre podrás contar con mi apoyo, yo sé que me puedo enojar, pero prefiero hacer un coraje a que pases por todo lo que yo pase y espero que con esta carta te quede más claro todo.
Recuerda que desde que supe de ti, te ame y te amo, eres mi vida entera.
Te escribe, tu mamá.

ESRU OPINA -2021

Ganador ESRU Opina 2021

Yordi Daniel Barona Niño
Plantel 7, Iztapalapa
Primer lugar ESRU OPINA 2021

Perseguidor de la melancolía

Son las 6:00 am. Te despiertas por ese sonido molesto de la alarma. Te quedas viendo a la nada mientras tu mente asimila que estás despertando. Otro día sintiéndote vacío. Te sientas en la cama y te pones esas sandalias mordisqueadas por tu perro. Te levantas y miras esa repisa vieja y polvorienta. Ves aquella fotografía donde sales tan feliz cargando a tu primera mascota, cuando recién la habías adoptado. Te giras y prendes la televisión. El canal de las noticias estaba sintonizado, detestas ese canal, solo salen desgracias. Te diriges a la cocina, tomas tres huevos y los quiebras. Escuchas un murmullo, claramente escuchas ´Daniel´ con una voz fría y gruesa. Volteas hacia atrás y no hay nadie. Piensas que estás delirando, nadie podría decir tu nombre, vives solo. Tomas el desayuno y te diriges a la mesa. Miras el reloj, las 9:00 am. Se te hace tarde para ir al trabajo. Comes apresuradamente y te diriges a la ducha. Te desvistes, pero tu reflejo en el espejo llama tu atención, notas un moretón en tu mejilla. Nuevamente suena la alarma avisándote que te quedan 20 minutos para llegar al trabajo. Dejas de mirar el espejo, pero sigues consternado. Te duchas y te vistes con el uniforme de trabajo. Sales de casa apresurado y te diriges a la parada de microbuses. Eres afortunado, llegó rápido el microbús. Te subes con rapidez. Te haces espacio para pasar entre la gente. Te tomas de un barandal y esperas ansioso por llegar. Pasan 10 minutos, y te bajas del microbús. Sales corriendo, cruzando el bulevar. Recuerda que tienes una advertencia de tu jefa. Un retardo más y te bajará el sueldo. Decides cortar camino cruzando por aquel callejón que da muy mala pinta; está completamente lleno de grafitis y hay muchas botellas de cerveza rotas. Pasas por la puerta de una vecindad, pero tu mirada hace contacto visual con dos hombres que están en la puerta drogándose. No te quitan la mirada. Te estremeces. Estás completamente solo con ellos, si te asaltan nadie podrá ayudarte. Metes la mano a la bolsa para que dejen de sonar las monedas del cambio del microbús para no llamar la atención y apresuras el paso. Llegas al final del callejón, abres esa puerta oxidada para salir de ese horrible lugar, antes de que esos hombres cambien de opinión. El restaurante en el que trabajas está justo cruzando la avenida. Te quedan dos minutos de margen para no llegar tarde así que te apresuras y por fin, entras aquel restaurante de comida rápida con ese olor a grasa tan penetrante. Marcas la entrada, llegaste un minuto más temprano. Caminas hacia tu puesto; otro día detrás de las parrillas. Pasaron las horas y no dejaste de pensar en lo que sucedió en la mañana. Te miras en el reflejo del aceite hirviendo, ves ese moretón y no recuerdas como te lo hiciste. Te preguntas si ese mormullo que escuchaste tiene algo que ver o estas divagando. Escuchas una voz: –¿Daniel estás bien? No has quitado esa cara desde que llegaste– Exclamó tu compañera–. Claro que estoy bien, no tienes que preocuparte por nada, en un momento sale esa orden de papas fritas que me pediste– Contestaste–. Ves que se aleja tu compañera mientras suspiras.

Cae la noche y estás limpiando la cocina. Tomas ese pañuelo mugriento para pasarlo una y otra vez por las parrillas. Terminas, tomas tus cosas; te despides de tus compañeros y te vas. Caminas con las manos en la bolsa de la chaqueta, el viento y el frío son agresivos. Llegas a la parada de microbuses, volteas a tu alrededor y notas que no hay personas en la calle. Llega el microbús y no hay ningún pasajero. Este día no podría ser más raro. A pesar de esto no deberías clavarte con esos pensamientos. Caminas entre los asientos y escoges el más limpio. Tomas asiento mientras ves hacia la ventana. Te pones los audífonos para escuchar música, sólo te queda esperar. Llegas a casa, sacas las llaves e intentas abrir, pero no logras atinarle a la cerradura. Después de varios intentos logras abrir. Tu perro sale corriendo del cuarto hacia la puerta y te recibe tan feliz de verte. Eso siempre mejora tu ánimo. Caminas hacia tu habitación, te quitas la mochila y la avientas a su suerte. Te recuestas sobre la cama y sientes esa sensación de vacío. Tomas el celular para revisar tus redes sociales, te das cuenta de que nadie te escribió, ni siquiera una notificación. Suspiras y dejas el celular en la mesa que tienes de lado de la cama. Cierras los ojos y decides dormir. De pronto despiertas. Sientes una presión muy grande en el pecho. Miras la hora, 3:00 de la mañana. Sientes como si alguien te observara. Miras a todas partes, pero no ves nada. Decides ir por un poco de agua. Te sientas cuidadosamente en la orilla de la cama y buscas las sandalias con tus pies. Logras ponértelas, caminas mientras frotas tu ojo derecho con tu mano. Llegas a la cocina, estiras el brazo y tomas el primer vaso que encuentras. Lo llenas y bebes el agua lentamente mientras escuchas tu respiración. Dejas el vaso en la cocina y regresas al dormitorio. De pronto al momento de llegar escuchas el crujir del piso, como si alguien estuviera siguiendo tus pasos. Tu respiración se acelera, decides prender la luz, pero no hay nadie. Piensas que estás alucinando, así que apagas la luz, te recuestas en la cama y cierras los ojos, tu mente divaga entre pensamientos y sueños, finalmente logras conciliar el sueño.
Son las 6:00 am, otro día está por comenzar. Esa sensación de vacío y melancolía es más grande. Te pones las sandalias y vas al baño. La dilación que tratas de perseverar para no verte al espejo se acaba. Con suavidad y lentitud subes tu mano a tu pecho. Observas una mancha enorme que abarca desde tu cara hasta tu pecho; Pareciera un moretón enorme; estás en shock. Te quedas observando durante unos minutos hasta que escuchas un estruendo fuera de tu casa. Sales a ver el motivo del sonido. Son los hijos de tus vecinos, lanzaron una pelota contra tu puerta. Regresas a tu sala y te sientas en el sofá. A la lejanía del pasillo te mira tu perro con miedo, le llamas no responde; actúa raro, solo te observa sin moverse. Cada vez te sientes más triste, frío y con apatía, seguro ha de ser por la consternación, o eso crees. Te levantas, pero notas que la mancha está creciendo. Crece como si tuvieras una hemorragia debajo de la piel. Cada nervio de tu cuerpo se remarca con un rojo intenso. Corres directo al baño y te miras al espejo. Tus ojos están negros. Caes en una crisis de pánico, abres el grifo y te echas montones de agua con esperanza absurda de que se quitará. Miras que no hubo éxito y quieres llamar a tus padres, das un paso apresurado y lleno de desesperación. Te resbalas con el agua que tiraste. Te pegas fuertemente en la cabeza con la esquina del retrete. Estás inconsciente. Para ti, solo existe un silencio absoluto.
Pasó el tiempo y poco a poco sientes algo extraño en tu rostro. Algo suave y mojado. Alégrate, no estás muerto. Tu perro te estuvo lamiendo la cara por un buen rato. Estás aturdido. Tocas tu cabeza adolorida. Te intentas levantar apoyándote en el retrete. Logras ponerte de pie y te miras detenidamente al espejo; estás completamente intacto, las manchas desaparecieron ¿Entonces todo fue una alucinación? Te diriges a la cocina y agarras una bolsa de hielos del congelador. Te la pones delicadamente en la herida. Escuchas tu celular vibrando desde tu cuarto. Das la vuelta y caminas hacia allá. Tomas tu teléfono; ves la hora, vas a llegar tarde de nuevo al trabajo si no te apresuras. Como puedes te duchas y te alistas. Te despides de tu perro con una suave caricia. Sales de tu casa. Vas casi corriendo hacia la parada de microbuses. Al llegar ves que alguien te sigue a la lejanía, te mira fijamente. Es un hombre extraño. Está completamente cubierto con harapos viejos hasta el rostro. Posiblemente sea algún vagabundo. Después de casi cinco minutos de tensión llegó el microbús. Subes rápidamente, pagas tu pasaje. Ves por la ventana y ese mismo hombre te sigue observado conforme avanza el microbús. Decides no prestar más atención y te concentras en el golpe que te diste.
Llegaste tarde al trabajo, tu jefa estaba justo en el marcador de la entrada. Te llama la atención, era de esperarse, ya tenías una advertencia. Le explicas tu accidente de esta mañana. Su expresión cambia, te quiere mandar de incapacidad, pero eres demasiado testarudo y dices que no lo necesitas. Tu jefa dice que está bien y se marcha. Así que ahora vas a tu puesto a hacer lo mismo de todos los días. Al pasar las horas llega tu hora de salida, te despides de tus compañeros. Cruzas la puerta. Avanzas un poco, pero tu tranquilidad se perturba, escuchas pasos detrás de ti. Volteas y ves a ese mismo hombre; está como a unos quince metros de distancia, pero ahora no tiene el rostro cubierto. Ya no estás seguro si esa cosa es una persona. Es completamente oscuro, y no se le distinguen rasgos faciales, es como si no tuviera rostro. Te asustas y corres hacia la parada del microbús. Ese hombre te sigue, pero no se acerca más, se queda a la misma distancia. Pasa un taxi, le haces la parada y te subes rápidamente. Le dices que te deje sobre la avenida Álvaro Obregón. Volteas hacia la ventana para ver si seguía ahí ese hombre, pero no había nadie. Suspiras e intentas relajarte. El taxi sigue avanzando, después de un rato llegas a tu destino. Tienes que pagar $50 pesos. Un robo total. Le das el dinero al taxista. Te bajas rápido y cierras la puerta. Vas caminando hacia tu casa, sólo que hay un pequeño detalle. Aquel hombre volvió a aparecer. Está del otro lado de la avenida observándote fijamente. Te das cuenta de su presencia y corres hacia tu casa, subes las escaleras. Sacas tus llaves, pero al momento de meterla en la cerradura fallas muchas veces por el nerviosismo. Después de varios intentos logras abrir y con la ofuscación del momento cierras de golpe la puerta. Das unos cuantos pasos hacia atrás esperando lo peor. Pasaron unos minutos y no hay señales de aquel ser, crees que se ha ido. Vas hacia tu cocina y prendes el boiler para darte un buen baño. En lo que esperas vas a tu cuarto para cambiarte de ropa. Entras al baño, te desvistes. Te quitas tus tenis. Abres la llave de la ducha. Te metes lentamente y te das un buen baño. Al salir de bañarte ves a tu perro asustado en el rincón del cuarto. Volteas hacia el otro lado de la habitación y lo ves a él parado e inmóvil. Sientes un escalofrío que te recorre de los pies a la cabeza. Quedas completamente en estado de shock. Las piernas te tambalean. Ahora lo ves bien y tenias razón, no es un hombre. Su piel es morada y oscura. Solo se le puede distinguir como le escurre saliva de su gigantesca boca. Te armas de valor e inicias una conversación entre él y tú: –¿Qué quieres y que haces en mi casa? ¡Quiero que te vayas de inmediato!–Exclamaste–. No…– Exclamó este ser de voz friolenta, grave y rasposa––. ¿Cómo te llamas? –Le preguntas–. Umbra–Contestó–. Te quedas pensante un momento–¿Qué haces aquí y que quieres Umbra?–. Tú me trajiste aquí; tú me creaste; Yo soy tu más profundo sentir– Exclamó Umbra–. ¿A qué te refieres? –Preguntas con voz tambaleante. –Cada que te sientas mal; cada que estés triste y deprimido, yo me iré acercando, porque eso soy; la manifestación de tus malestares. Aquellos moretones que tenias era yo, tú me fuiste creando y no te diste cuenta; ahora aquí estoy a tu lado. Me quedaré contigo, hasta que tú lo desees. Por ahora acabo la charla– exclamó Umbra–. Y así fue, Umbra no dijo ni una palabra más, permaneció taciturno toda la noche. Desde ese momento nada volvió a ser igual, Umbra cada día estuvo más y más cerca de ti; Ahora todos tus días despiertas con él sentado en la orilla de tu cama observándote todo el tiempo. Desde ahora Umbra te sigue a todos lados, pero nadie es capaz de verlo, sólo tú puedes hacerlo. Todas las noches intentas hablarle, pero él desde ese día jamás volvió a decir ni una sola palabra más. La miseria que te hace sentir es tan gigantesca que no puedes ni pensar por ti mismo porque él estaba en tu mente. Al final te terminaste acostumbrando, no sé si eso sea bueno malo, pero lo toleraste por mucho tiempo.
Despiertas por tu molesta alarma, son las 8:00 de la mañana. Te sientas con cuidado en tu cama. Te pones esas sandalias mordisqueadas por tu perro. Te diriges a la cocina para hacerte el desayuno. Volteas a todos lados, pero Umbra no está en casa. Te preparas unos huevos con jamón y desayunas sosegado. Hace mucho no estabas tranquilo. Miras el calendario 2 de diciembre. Ya han pasado once meses, no tengo idea cómo pasó tanto tiempo ¿Recuerdas a tu compañera de trabajo? tienen el día libre así que hoy tendrán una cita. Tu vida comienza a mejorar ¿Recuerdas tu empleo como cocinero? Te ascendieron a gerente. Además, después de mucho tiempo decidiste hacer algo por ti, te metiste al gimnasio. Poco a poco has ido consiguiendo tus objetivos a pesar de que Umbra no se iba; Todo esto te comenzó a motivar a seguir adelante y ese vacío que sentías constantemente sin cesar hoy empieza a disminuir. Después de recordar todo esto, algo te dice que hoy será un buen día. Te levantas de tu asiento y te alistas para tu cita. Pasan unas horas, sales de casa. Llegas a la parada de microbuses. Te subes, y te diriges al parque de Chapultepec. Al llegar tomas el celular para verte desde el reflejo para ver si vas bien peinado. Todo está en orden. Caminas unos cuantos pasos y la ves ahí sentada a tu compañera. Te acercas para saludarla con un gran abrazo y se van caminando. Entre la multitud de personas logras distinguir entre la lejanía a ese hombre vestido con harapos. Es Umbra, te mira fijamente. Pasaron unos segundos y Umbra se dio la vuelta. Caminó hacia la lejanía absoluta para no volverlo a ver.

ESRU Opina 2022

Alondra María Padilla Neria
Plantel 8, Cuajimalpa
Primer Lugar ESRU OPINA 2022

Kintsugi.

* Arte japones que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas con oro.

Cuando todo comenzó, cuando el virus se esparcía por todo el mundo mucha gente pensaba que todo era una farsa, una cortina de humo y sinceramente también lo creía. Dicen que “uno no cree hasta que lo vive”. Pensaba que era la nube gris cubriendo el paisaje que no era más que pasajera y no afectaría mi cielo.

No fue fácil adaptarme, pero sabía qué hacer en ese punto de mi vida, lo que necesitaba, quién era, cómo era. Solía ser amable con las personas. Tal vez no lo tenía todo, pero era feliz, completa.
Mi abuelita era la razón de esa felicidad. Me cuido desde pequeña, me forjó con valores y me ayudo a controlar mi carácter. Me enseñó a cocinar, a hacer la limpieza; me hacía ser valiente. El tiempo que pasábamos juntas era mágico: compartíamos todo, nos desvelábamos platicando. En fin, convivíamos y aprovechábamos cada instante. Estoy segura de que estaba orgullosa de mí compartir el tiempo con ella era la manera de sobrevivir a la pesadilla que existía afuera.

Mi vida continúo así: tareas, ayudar en los deberes de la casa, evitar salir. Las clases en línea eran pocas, pero entraba a cada una. Básicamente en eso transcurrían mis días. Así fue durante varios meses, pero había algo que amenazaba este equilibrio…

Comenzó a inicios de enero del año pasado, cuando precisamente enfermó mi abuelita de repente. Empeoro en pocos días. No quería comer, que era lo que más preocupante. Doctor tras doctor decía “solo es fiebre, no es COVID, ya que no presenta más síntomas”. Sin embargo, los medicamentos no hacían efecto. Lo peor es que no sabíamos qué tenía.

Yo deseaba estar con ella, pero por precaución no me lo permitieron. Días después decidió que se internaría en el hospital. Mi mente todavía no podía procesarlo, sabía que no le gustaban los hospitales, pero si tomó esa decisión fue porque se sentía verdaderamente mal. Odiaba que nadie me hubiera avisado.

Sentí miedo, quizá el más grande de toda mi vida. Mi cielo se nublo rápidamente, temblaba a cada minuto y como si me hubiera contagiado, no podía respirar normalmente. Era el presagio al huracán que se aproximaba.
Días después nos notificaron del hospital que ella estaba intubada. Un escalofrió invadió mi cuerpo, quería llorar. Pronto mis ojos se inundaron de lágrimas que corrían por mis mejillas sin cesar. No sé cómo deje de llorar, tal vez porque era el momento para ser fuerte. Mil recuerdos llegaron a mi mente y tenía la esperanza de volver a ellos, de recrear cada momento de esa forma. Lo único que podía hacer era tener fe, compartir su fe en Dios y la iglesia. Sentía que debía confiar que alguien cuidaría de ella, alguien que podía curarla. Quizá no soy la persona más religiosa en el mundo, pero necesitaba que alguien me escuchara, gritar que la quería a mi lado y suplicarle a una fuerza más poderosa que yo y que la enfermedad.

-¿Qué quieres de mí? Ya basta, detente, no me hagas esto, no me la quites, no así. No me arrebates a la única persona que ha estado para mí toda la vida, no lo hagas. Yo no voy a poder seguir sin ella, ¿Qué es lo que quieres? Yo te doy mi vida, pero no me arrebates a la persona más importante para mí.
Sonaba algo irónico ofrecer mi vida a cambio de la de ella, sabiendo que ella también sufriría, pero lo haría sin dudarlo. No era solo de dientes para afuera, si era necesario cambiaría mi lugar, aunque aquello no era posible. No podía hacer nada para evitarlo, pero yo no quería seguir con una vida en la que ella no estuviera.

Todo se complicó por una infección que llegó hasta su cavidad peritoneal. Por esto necesitaba tratarse urgentemente para que no se propagara la enfermedad por todo el cuerpo.

Solo podía esperar y no perder la esperanza. Durante esos días mi mente volaba y una noche un recuerdo revoloteaba en mi cabeza. Uno de los más importantes que pasé a su lado.

Tenía 7 años, la lluvia sonaba afuera y yo en el fondo de la habitación de mis padres sentada, el sonido de la televisión llenado el cuarto. Una ventana del pasillo entreabierta daba paso al olor de tierra mojada, llegando hasta inundar mi nariz. Ese olor me tranquilizaba, pero de repente la oscuridad invadió toda la habitación. No había ni un solo rayo de luz, ocasionando que me levantara sin hacer ruido. Sentí pánico, el miedo era más grande que yo. Era como estar en medio de la nada sin saber dónde estás, solo sigues ahí esperando a que todo pase. Poco tiempo después alguien entró con una vela, la cual alumbraba lo suficiente para que supiera de quién se trataba y su dulce voz llegó a mis oídos:

–Mi niña hermosa ¿estas bien?

Eso me lleno de tranquilidad. Corrí a abrazarla sin decir una sola palabra.

–Vamos.

Ella me tomo de la mano y caminamos hasta llegar hacia su habitación, dejó aquella vela encima de la repisa de la tele y se recostó en la cama. Todo estaba en completo silencio, el cual ella rompió diciendo:

–Ven acuéstate conmigo. – Yo obedecí – ¿escuchamos música? – preguntó.

–Sí, por favor.

Ella busco su celular, y me lo dio para darme entender que yo buscara la canción.

-¿Cuál quieres? – pregunté.

Ella tenía ese brillo en los ojos, un brillo único, mientras pensaba.

–La que me gusta – dijo con una sonrisa. Le sonreí y me enfoqué en ponerla.

Yo la abrace dejando el celular a un lado para que se escuchara la canción. Ella alzó el brazo, dándome acceso para acostarme sobre su pecho. Puse mi oreja en el percibiendo cómo latía su corazón mientras escuchábamos Alone Again, de Gilbert O’ Sullivan. El olor que dejaba la tormenta invadía mis pulmones, los rayos deslumbraban y los truenos eran ruidosos, pero no importaba nada, más que aquella canción y estar a su lado.

Cuando la canción acabo ella habló.

– Cuando esté viejita y un poco senil, no tanto – resaltó –, quiero que me susurres esa canción en mi oído, con esa voz suave y me abraces ¿lo prometes?

Yo me levante de su pecho para mirar sus ojos, esos ojos color miel -. Sí, yo lo haré abue.

Un sonido de la puerta abrirse hizo que me desviará de aquel recuerdo y aterrizara en el presente.

-Llamaron del hospital–, dijo mi padre con una expresión vacía. Sus ojos me miraban mientras su mandíbula se tensaba. Mi corazón empezó a palpitar rápido por el miedo, mi mente decía “por favor que no sea nada grave”.

– Sufrió un paro, no la pudieron reanimar-, dijo con voz entrecortada y cansada.

– ¡No! – Mi grito hizo eco en la habitación.

Mis ojos estaban desbordados, mis lágrimas salían, Todo se derrumbó, se rompió en mil pedazos. Solo quedó la certeza de que había perdido todo: el amor, la vida, la esperanza. La fuerza y la madurez no eran suficientes para sobrevivir a la tormenta que llegó después de perderla. Esa tormenta que destruyó todo a su paso.

Mi tío y mi padre se marcharon para hacer los trámites y reconocer el cuerpo. Mis sollozos era lo único que escuchaba. No pudimos velarla, solo nos entregaron las cenizas. A partir de ese momento no tuve paz, fue como si la enfermedad que se la llevó se apoderara de mí, no podía respirar, sentía que me faltaba el aire, lentamente me ahogaba.

Quería pensar en que era mentira, engañar a mi mente para que creyera que ella seguía en mi mundo. No sabía cómo iba a poder sobrevivir sin ella. Notaba como todo se desgarraba por dentro. La incapacidad de aceptar una perdida es una locura, tal vez es cierto, pero a veces es la única forma de seguir vivos.

Los meses pasaron. Yo culpaba a Dios por quitármela, ¿por qué el querría que alguien sufriera? Ella no debía morir, no en esas circunstancias, pero no me sirvió de nada culparlo, solo lloraba en las noches hasta quedarme dormida. Tuve que adaptarme, mi papá tenía que trabajar y mi mamá estaba lejos cuidando de mi otra abuelita.

Descuide mis estudios y no sabía qué hacer. Todo era oscuro. Por más que me esforzaba no mejoraba. Veía al mundo que seguía y me preguntaba ¿por qué los demás están bien si esta tormenta está acabando con mi vida?

Me sentía sola. No había quien ni que me alentara a seguir. Solía decir que tal vez me hubiera ayudado despedirme, pero la realidad es que no. No había consuelo para saber que ya no la iba a ver, ni amnesia que me hiciera olvidarlo todo Ninguna forma era cordial para decir adiós.

Ya no sonreía, no como antes. Aprendí a fingir a tal punto en el que no distinguía mi sonrisa real de la falsa, cuando iba a reuniones familiares todo el mundo me preguntaba ¿estás bien?

Pensaba no, no lo estoy. Me siento morir. Mi vida está destrozada y trataba de unirla, pero cuando tomaba un pedazo para pegarlo este se volvía a partir. Mi alma estaba intranquila, quería que alguien estuviera a mi lado, estaba rota por dentro, pero pensaba que a la larga era mejor estar sola, porque mi vida era un infierno, mío nada más. Así que decía un “sí, estoy bien”,

Aunque la sensación de ahogarme persistía, seguía alojada en mi pecho presionándolo. Cuando algo me recordaba a ella quería llorar, pero aprendí a no hacerlo, a retener el sentimiento. Presionaba mi paladar con la lengua y miraba hacia arriba, así mis ojos no se humedecían y ninguna lágrima salía. ¿Por qué mentía? Tal vez porque la verdad era muy dolorosa.

Ya no sabía quién era, me reservaba mis sentimientos, la gente me decía que era seria y casi nunca sonreía. A pesar de los placeres, de las risas y convivir con las personas cercanas, aquello era temporal, pasaba el momento y regresaba la soledad, en donde quieres un hombro para llorar, pero no cualquiera. Estaba sola, no tenía amigos, me alejé de las personas.

Pese a todo, el año pasó rápido. Observé cada día pasar y a pesar de que debía continuar, no hallaba cómo porque seguía pensando en ella, la tenía presente. Los pensamientos vuelan y se salen de nuestro control. No podemos controlarlos ni adaptarlos a nuestra voluntad y te envuelven por más que quieras limitarlos.

Yo creo en la vida después de la muerte, tal vez porque quiero una esperanza de volver a verla y eso me mantenía cuerda. Mi vida ya no era mía, los deseos de querer estar con ella eran más fuertes que yo y creía que a su lado estaría mejor de lo que estaba en ese momento. Físicamente la tuve cerca, o sus cenizas al menos, por unos meses. Pronto pasaron esos meses. Sabíamos que quería descansar al lado de sus padres y la familia hizo aquello posible. Así que en diciembre viajamos hasta su pueblo natal y tras unos días de quedarnos ahí, llego el momento de depositar sus cenizas junto a sus ancestros.

Estaba en aquel panteón, mis lágrimas empezaron a salir. Nos dijeron que debíamos despedirnos. Despedirme de ella, de la mejor parte de mi vida. La sentí cerca una última vez mientras abrazaba su retrato. Percibí una respiración cerca de mi oído tal vez era un efecto colateral del dolor, pero mi cuerpo se heló. No me dio miedo, por el contrario, me tranquilizó porque intuí que era ella.

Yo estaba aferrada a la idea de que ella sufrió y que pude haber hecho más, pero no era así.

Comprendí que ella ya estaba descansando, que estaba en paz, y que cuidaría de mí por el resto de mi vida. Fue una bocanada de aire fresco. Pude volver a respirar como solía hacerlo. Mi motivo seguía siendo ella, el creer que volveré estar a su lado, hacer que se sienta orgullosa de su nieta. También lo hacía por mí. Necesitaba empezar de nuevo para después lograr una vida plena.

Luego hubo una comida con la familia, la que aún me quedaba, en un ambiente en el que sin duda ella querría estar.

Después de ello, al regresar a casa ya no me sentía tan vacía, lo que era reconfortante. Me dirigí hasta el pequeño altar donde pusimos su imagen, el sol abundaba por la casa, el silencio era tranquilizante, tomé la foto de aquella mujer.

—Te amo, más que a mi vida, sé que te volveré a ver—. A mi mente llegó un recuerdo. —Yo te hice una promesa—. Agarré el celular que se encontraba en el bolsillo de mi pantalón, busqué aquella canción, pero me detuve para buscar la letra, con eso me salió la traducción junto con la letra original y comencé a cantarla bajito ante esa imagen, ante ella.

Curiosamente letra hablaba de la soledad. Tal vez ella no sabía de qué se trataba. Lo tome como una señal de que tenía que pasar por esa soledad tarde o temprano, algún día la iba a perder, no pensaba que tan pronto, pero el tiempo llegaría y ella entendía eso. Y tuve que pasar por aquel dolor para comprenderlo.

Luego de unos segundos terminé cantando bajo susurros la canción. Poco después me acordé de su voz. No sé qué es lo que va a pasar, pero sin duda no quiero olvidar su manera de hablar, ni cómo era.

Esta pandemia nos quitó más de lo que teníamos previsto, perdimos más de lo que hemos ganado, pero todas las tormentas llegan a su final.

Sigo uniendo cada pedazo roto uno a uno con todo y mi soledad. Lo haré hasta que un día ya no duela. Habrá cicatrices, pero cuando algo se quiebra y se rompe no significa que no pueda repararse. Esas cicatrices, lejos de ser motivo de dolor, ahora representan orgullo, resiliencia y el recordatorio de que hay muchas promesas y sueños que cumplir por nosotros y nuestros seres queridos. Los relámpagos que antes anunciaban desgracia ahora son los hilos de oro que han juntado y hecho más fuertes los pedazos que me forman.

Aún me queda un gran camino por recorrer y seguir uniendo con momentos de oro las piezas de mi vida.

Hay una grieta en todo,

Así es como entra la luz.

Leonard Cohen.

ESRU Opina -2022

ESRU Opina 2022
Reseña de Viaje a España

Alondra María Padilla Neria
Primer lugar ESRU Opina 2022

Para mí, fue una gran experiencia que me encanto vivir con una de las personas más importantes para mí.
Al iniciar el viaje estaba realmente emocionada por sentir esa adrenalina al despegar y fue lindo.
Después cuando llegamos al hotel en Madrid y después de instalarnos y descansar, pudimos ir a dar un paseo por la Gran vía e ir a comer, caminamos por un buen rato más, pasamos por varios teatros, después encontramos un museo de jamón que nos dio curiosidad, luego cuando estábamos regresando al hotel decidimos probar los churros que estaban cerca y la verdad es que sabían diferentes a los de aquí tal vez porque no tenían azúcar, llegando al hotel un poco tarde preferimos descansar.
Al siguiente día dimos el tour por Madrid, viendo las calles y lugares que sin duda desde afuera se ven muy lindos, vimos algunas puertas, miramos lugares realmente hermosos, en una parada rápida en la plaza de los toros para tomar foto, nos contaron que los toreros le hicieron una estatua a Fleming por la creación de la penicilina, el lugar era muy lindo, después pasamos por el estadio que era muy grande y moderno aunque seguía en remodelación, al poco rato finalizo el recorrido, planeamos recorrer un poco más la ciudad y nos dirigimos a la puerta de Alcalá, al llegar ahí pudimos tomar fotos, decidimos que era mejor regresar al hotel ya que estaba lloviendo, el trasladarse no fue un problema ya que había una ruta gratuita, llegando al hotel descansamos un poco, después salimos a comer y a visitar las tiendas, antes de llegar al hotel también pasamos otra vez a la churrería para probar los churros rellenos los cuales nos gustaron mucho, luego llegando al hotel alistamos todo para el siguiente día, y nos dormimos.
El lunes fueron por nosotros al hotel y llevarnos a Sevilla, durante el viaje pudimos visitar un pequeño Museo de Don Quijote, me gusto haber ido a aquel lugar ya que como lectora me sentí como en el paraíso. Cuando llegamos a Sevilla nos dieron un paseo por la Mezquita la cual era muy grande, bueno dentro de ella había varias capillas, nos explicaron que ahí casi el 90% de los habitantes era católico, al igual que la Mezquita tiene variaos estilos como el gótico, pudimos ver grandes vistas, al igual que conocer un poco de la historia de aquel santuario, después llegamos al hotel, al poco rato salimos a cenar, la comida era muy rica, luego solo llegamos al hotel y descansamos.
Al siguiente día pudimos ir a ver la Plaza España en Sevilla y fue de los lugares más increíbles que vi, fue grandioso, era muy grande, con unas vibras muy agradables, nos explicaron que esta distribuida en torres y que hay como bancas de cada ciudad de España, al poco rato dimos la caminata por las calles estrechas, nos platicaron que ahí se daba mucho la naranja y que esta era exportada para crear mermelada. Pudimos ver lugares muy lindos como La giralda, conocer más sobre la cultura, fue maravilloso, fuimos a comer, para después ir al hotel, salimos para cenar y nos fuimos a descansar.
El miércoles nos llevaron a Granada, y dimos un paseo maravilloso por La Alhambra, esta es muy grande ahí nos platicaron la historia de que el Rey Carlos V mando a hacer su propio castillo el cual nunca visito pero como es muy acústico lo ocupan como escenario en ciertas temporadas, también que aquel lugar estaba destinado para proteger a Granada, al recorrerlo te podías percatar de las viviendas o al menos la distribución de ellas en aquellos tiempos, el lugar tiene llaves ocultas que son un símbolo importante. Después fuimos a comer y nos distrajimos un poquito por las calles, para después llegar y descansar en el hotel.
El jueves desayunamos y nos llevaron hacia Toledo, un lugar que sin duda se siente muy agradable, pudimos ver como hacían artesanías de oro y plata luego pudimos observar vistas espectaculares e ir caminando por sus calles estrechas, conocimos que, aunque es una ciudad pequeña realmente para disfrutarla debíamos estar más de dos días, también que El puente de San Martin era como que la entrada principal a la gran ciudad, debajo del pasaba un rio.
También algo que din duda no esperaba era encontrarme mi apellido y después de investigar supe que, Padilla viene de España, fue como si yo conectara con algo en ese gran país, fue muy lindo saberlo.
Después llegamos a Madrid, y ahí supe que ya todo estaba por acabar, pero sin duda quiero regresar. Luego de un rato fuimos a pasear por las calles cerca del hotel, comimos luego regresamos al hotel y descansamos.
El viernes fueron por nosotras y llegamos al aeropuerto, después de un rato, el avión despejo y estaba igual de emocionada. Al llegar a México realmente supe que fue un logro ir a España. Estoy muy Agradecida por esta oportunidad, fue un viaje perfecto y es que realmente me sentí muy feliz ahí.
Gracias.

ESRU Opina 2023

KARLA PAOLA IÑIGUEZ ANTONIO
Plantel 15, Contreras, “Lo que sucede es la única
cosa que podía haber sucedido”

Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido

“Nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante”.
Segunda ley de la espiritualidad

Para cuando caía en el abismo de nuevo y no sabía, si volvería a ser yo
De todo lo que odio de mí, hacia todo lo que amo
De lo que callo y de lo que no digo
De lo que jamás le contaría a nadie, ni siquiera permitiese que vieran
De lo que me contradice
De lo que me hace humana
Hay una parte que jamás permitirías que presenciara tu familia, todos esos gritos internos, todos tus silencios, lo que te duelen, porque ni tu misma lo quieres ver. esa soy yo, o bueno lo que puedo decir que los demás ven de mí, la que no le contarías a nadie que habita en mí, esa parte tuya que es explosiva, maniática y rebelde. Pero debo decir que, aunque no le hayas hablado de mí, ya me conocen y no porque tú lo quisieras, sino porque ese es mi trabajo, porque aún estamos aprendiendo la una de la otra, porque cuando dices que algo realmente no te importa, que tratas de ocultar, que olvidas en el armario, pero no paras de pensar en ello, eso te incomoda, y hace que te importe más que antes, que ahora ames, que no puedas sacar de tu mente.
Soy muchas cosas, soy tu timidez, soy tu odio y dolor, soy tus gritos y pelas, soy tu incomodidad, soy tu manipulación, soy tu rencor, soy todas esas veces que decidiste culpar a los demás por algo que tu hiciste y que le guardaste mucho odio, soy las palabras que no puedes decir, las que justo ahora te hacen sentir ese tan amargado nudo en la garganta que aparecen en ese momento cuando estas rota y abierta a todo, soy la máscara que ocultas todos los días, soy esa parte que la única que conoce perfectamente es tu madre, porque tú tienes miedo de conocerme, de aceptar lo que eres y lo que fuiste .
Soy todas esas escenas que están pasando por tu mente justo ahora, que reprimes, que quisieras que jamás hubieran pasado, soy tus lagrimas ya sea las que derramaste por dolor o por despreciar una parte de ti, soy la que te abre los ojos y la que no piensa antes de actuar. Que por un lado claro que puedes ser perfecta, la dulce, la inocente, la tierna, la compasiva, la gentil, la que quiere mantener todo bajo su control.
Y en ese cuaderno que guardas con tanto amor estoy yo la que algunos odian, la que no es para todos, la que, si puede decir las cosas en la cara, la que si ahora mismo dijese que quiere lastimar a todos aquellos que le hicieron daño lo haría, siendo o no intencionado, la que no quieres ver todos los días, la de la otra voz y otros ojos.
Yo aprendo que no tienes que ocultarme, ni decírmelo todo, porque eso me hace explotar, y el problema se vuelve más grande, que, aunque tu digas que puedes controlar, no lo es, porque se sale de tus manos, aprendo que no todos están preparados para escucharte, pero que tú tampoco sabes cómo decirlo y si lo dices las palabras no son adecuadas, aprendo que alzar la voz a veces te hace sentir mal, porque no quieres lastimar a nadie, porque no quieres que el mundo vea una parte de ti que eres solo en algunos momentos, aprendo que darías todos por borrar esos momentos en los que yo actúe sin consultarte, de los que tu solo me prestaste tu cuerpo, porque en se momento la razón no existía.
Cada año me permites conocerte más que antes abriéndome poco a poco un lugar en tu corazón, siempre recurres a mi consejo y aprobación, pero que quieres que yo te diga, que quieres que te aconseje, si deberías de hacerlo, no lo sé, para mí sería un contundente sí, pero estoy segura que te arrepentirías en el minuto uno y que ni siquiera llegarías a hacerlo. Enfrentar las verdades que están en el aire es sumamente difícil y perdonarte a ti, porque tu fuiste esa persona, porque está bien que te moleste, pero nada sale justo como los castillos en el aire en los que vives cada día.

No quiero que me culpes, porque al final la que da la cara eres tú, la que después no sabe que hacer eres tú, no yo. Yo solo soy ese conducto que no te hace quedarte callada, que tú decides si tomas o no, pero que puede aparecer por sorpresa una mañana de lunes, en una semana, o en un año o puedo estar contigo y salir sin siquiera lo notes. Puedo marcar un antes y un después, en un momento de tu vida y puede que tú me perdones, que talvez olvides, pero que de alguna u otra manera algo lo traerá de vuelta a ti, lo veas, lo juzgues y ahora seas espectador y tu forma de actuar ya no te parezca lógica. Si dejas que te diga algo, he pensado tanto que son heridas que no has sanado, que actúas así porque a ti te causo dolor y quieres que los demás lo sientan, eso te lastima más. ¿pero porque lo harías? Tú no eres así
A veces tienes solo que verte en el espejo, para darte cuenta de lo valiente,
maravillosa, e inteligente que eres, que tu no eres ella, solo es una parte de ti, que no tienes que amar si no quieres, pero que tienes que comprenderla para sanar y soltar.
Mi corazón, cariño lindo, no me odies, no odies tu cuerpo, no odies el pasado, no odies donde estas hoy, ámame con todo lo que puedas, ámame hasta que encuentres en ti esa luz y ese brillo que siempre está contigo.
Con todo el corazón, tu pasado.
Para cuando volví, cuando al fin había acabado
Desde lo que veo desde el horizonte
De lo que odio y acepto
De lo que nunca me callaría
De este instante
De ahora

La vida ya no suena como esa canción triste que escuchas todo el tiempo, sonaba como tu canción favorita, cuando leí tu carta hace unos meses, no pude evitar notar como en cada palabra estaba una parte de ti, recuerdo la noche en la que te sentaste a escribirla, verla de lejos ahora es mucho más fácil y cómodo, que el día que estuviste ahí, fue el principio de todo, fue como las olas monstruo esas que son relativamente grandes, espontáneas y que constituyen una amenaza incluso para los grandes barcos, fue una temporada de olas terrible . Y claro cómo no sabias nadar, no podías enfrentarlas.

Cuantas lágrimas, puede haber en tu rostro, y cuantas me has ocultado estos meses, argumentando que no tenías tiempo, que había asuntos más importantes de los cuales ocuparse, sientes que has contado demasiado, que había palabra y sentimientos que era mejor guárdalos para ti y no decirlo a medio mundo, pero conozco que es difícil que tu no puedas ocultar algo y más si ese algo te hace muy feliz o no te deja dormir.
Por momentos pienso que eres como un ratoncito pequeñito que con cualquier cosa puede asustarse y que se enternece ante las cosas tristes, este pequeño ratoncito tiene que saber que no tiene por qué temerles a los humanos, que no tiene por qué esconderse, que el exterior no es malo.
Alguien cercano, me ha hablado mucho sobre ti, pero no hace falta, lo he visto en tu mirada, tus ojos tienen ese brillo especial, lo cual lo hace ver mucho más lindo, y tu sonrisa que por momentos me recuerda a cuando eras pequeña. Para mi sigues siendo esa pequeña, que siempre imaginaba con ser una gran princesa y dejar ese castillo, que solo la ponía triste. Sabes que nadar implica muchas cosas, primero nace del sentimiento de querer por sobre todas las cosas, de un deseo genuino de aprender, segundo de ti, porque nada se construye por nada y tercero de atreverte a cruzar la primera ola y la marea, cuando piensas, que terminaras envuelta en el infinito mar.
Acabaste de surcar la primera, y cuando pruebas la primera, viene ese capricho de ir por más. Se que a veces extrañas todo lo que fue, extrañas también tener esa tristeza porque te dejaban muerta, era como si de pronto todo lo que tuvieras dentro de ti saliera, ¿cómo es posible que se pueda extrañar tanto algo que te hacia daño ?, pero se extraña y está bien extrañar, pero sabes que no perteneces a ese lugar. En las fotos del pasado te extrañas a ti, lo veo en la forma en que ves con otros ojos las fotos de antes, un mismo lugar se puede sentir diferente, aunque ya habías estado ahí, renovamos constantemente de piel, se cuánto quisieras que lo abrazos de los que amas se quedarán para siempre, que el roce de corazón con corazón y las huellas de sus caricias jamás se borraron de tu piel, nada es para siempre, ni durara eternamente, pero se quedará en tu mente, en lo que sentiste, aunque no en tu piel
¿Pero no es mejor así?
Los lugares que tienes ahora para crecer son mucho más grandes, porque el peso del pasado es lo que te impedía avanzar, es como si cargaras un montón de rocas pesadas y duras en la espalda, en una gran mochila, que recolectaste porque algunas eran muy lindas, algunas fueron heredadas y otras tantas simplemente llegaron ahí, llega un momento en el que te das cuenta que todo eso es una simple y vaga fantasía, porque si realmente fueran tan importante su presencia no dolería, ni ocuparían un espacio tan grande en tu vida, nada tan realmente importante, tendrá porque afectarte al punto de quebrarte por llevar en la espalda el peso de algo que es necesario pero no indispensable para ti.
Quiero que seas una metanoia, yo siempre lo imagino como una flor, una de esos lindos tulipanes rosas, tan libres, y hermosos, en lindas praderas con millones de otros cientos de tulipanes de todos los colores, aunque realmente es ver al futuro empezando por ti, forjarte uno, volver a caminar por los senderos de oscuridad, sin embargo, ahora con un farol que ilumina y resplandece de tal manera que lo que te daba miedo, hoy ya no lo parece, porque realmente no había, porque temer, a menudo hace falta volver a cantar las canciones que te cantaban cuando no podías dormir, cerrar los ojos y pensar que los monstruos ya se habían ido.
Quiero que seas un sol para darle luz a tu vida y a tu mundo
Quiero que seas la protagonista, ¿que no te has dado cuenta de lo grandiosas que es tu vida?
Quiero que seas libre, para que no te justifiques, ni pongas escusas, de no ser suficiente para alguien, que jamás te preguntes que hizo que no te eligiera, porque no se quedó contigo, porque para la única que tiene que ser suficientes es para ti.
Quiero que te elijas a ti, sobre todo, que pongas lo pies en la tierra y que jamás esperes algo que no va a pasar.
Quiero que seas la niña que siempre soñó con ser esa grandiosa princesa, pero que esta vez se salva así misma.
Hace tanto que no hablábamos y hay tanto por contar, tienes que platicar conmigo más seguido, es como si yo pudiera estar en esa mesa contigo, abrazándonos y riéndonos, me encanta, tener platicas y estar tan cerquita de ti, que puedas reconocerme, conocerme y no quieras atraparme, porque estoy más cerca de ti de lo que crees y vendré cuando estes lista.
Te amo corazoncito, te deseo lo mejor.

ATTE. Tu futuro

ESRU Opina (Puebla)

Este año 2022, en conjunto con el Colegio de Bachilleres Puebla, Plantel 36, Fundación ESRU realiza el primer concurso de escritura “Opina 2022”.
Se les invitó a escribir un texto sobre distintos temas de interés.
Este concurso fue creado para fomentar en los estudiantes de bachillerato el pensamiento crítico, así como el cuestionamiento del mundo que los rodea.
Los primeros tres lugares del plantel 36 reciben una laptop, una Smartphone y una cámara digital, respectivamente.
La ganadora del primer lugar, con el escrito “¿Cómo me veo en 5 años y que estoy haciendo para alcanzarlo?…Quizás ya lo sabes…”, es: Tiffany Danae Corona Pascual.

VER FOTOS Texto ganador

ESRU Opina (Puebla) 2022


¿Cómo me veo en 5 años y que estoy haciendo para alcanzarlo?




Quizás ya lo sabes…




Tiffany Danae Corona Pascual.







Nota de la autora:

Este ensayo de opinión lo cree conforme el primer tomo del manga Blue Period (Periodo Azul) de Tsubasa Yamaguchi, tomando en parte las cuatro fases titulares de sus capítulos y la relación que incluí con la pregunta: ¿Cómo me veo en 5 años que y estoy haciendo para alcanzarlo?, según mi perspectiva.

[Capítulo 1] Descubriendo el placer de pintar.

Muchas veces en mi vida me he preguntado sobre qué es lo que realmente anhelo; si alguien me preguntará qué es lo que espero obtener en el presente en el que me encuentro y en un futuro no muy lejano, es quitarme todo aquel estrés que vengo cargando día a día, ya sea por el trabajo en casa o por las actividades escolares, un momento en el que esté en paz; otro objetivo en común con muchas otras personas que conozco es lo típico de obtener buenas calificaciones, ya sea por obligación, por parte de terceros o por el simple hecho de querer ver el fruto de tu propio esfuerzo y la capacidad con la que lo haces, pero, ¿pienso en el futuro cada vez que repito estás acciones una y otra vez?


Sinceramente, ¿qué tan difícil puede ser pensar en el futuro?, ¿acaso ya estoy en el punto en el que tengo que pensar sobre mi vida?, ¿por qué lo tengo que pensar ahora?, ¿ya no tendré más tiempo?, ¿mis amigos ya saben qué es lo que quieren hacer con sus vidas?


Y así sucesivamente, surgen un sinfín de preguntas que hacen darme cuenta que el pensamiento más común que tengo es el estudiar una carrera que en futuro me provea de estabilidad económica y lo suficiente para no depender de nadie más, aún si eso no me otorga la felicidad que deseo, aunque ¿eso es lo que realmente quiero?, claramente es algo que no anhelo, si no más bien una idea bien encaminada del típico: “si estudias y trabajas de eso te vas a morir de hambre, mejor trabaja de tal cosa, con eso les va mejor”, sin embargo, me
parece un concepto muy adulto el pensar que lo que me gusta lo haré como un
pasatiempo.


Es extraño, por qué no sé si todas aquellas personas que ahora son un algo en esta vida fueron influenciadas por el mismo pensamiento mediocre y luchando por lo que realmente querían, mientras que yo solo estoy feliz por aquellos esfuerzos ajenos que no me conciernen, en lugar de buscar mi propio
objetivo.


“Decir que algo me gusta es aterrador” *


Es aterrador por el simple hecho de que al idealizar tu gusto con el terror estancamos las posibilidades que tenemos para lograr algo, aquel sentimiento de fracaso continuo y el sentido de perder el gusto por aquello que nos apasiona, en el momento que somos descubiertos por alguien ya sea ajeno o cercano a nosotros y percibir su opinión por aquello que lógicamente no le incumbe.

Por está razón, se que sonará humorístico y tal vez como una mentira pero mi sueño es ser actriz de voz…


[Capítulo 2] Un momento significativo.

Cuando iba en primaria descubrí aquello que cambiaría mi vida totalmente, lo cuál fue el anime. Pero no fue hace mucho que me empalague realmente en todo aquel trabajo que conlleva ser un actor de voz.

Mi momento de gran significado fue realmente cuando escuché el doblaje en español latino del anime Komi-san no puede comunicarse, algo poco común pero de gran influencia en mi persona al escuchar y sentir de forma vívida las emociones que las voces te transmiten y aquellos modismos lingüísticos que hacen que ames aún más todo el trabajo y esfuerzo que ellos hacen.

“Se supone que la gente que llega más alto es la que hace las cosas más pesadas, por eso la opción divertida es irresponsable “*

Tal vez algunos así lo piensen y no los culpo por tal idea si de cuestión económica y posición social se habla, pero un simple acto puede hacer de tu vida un cambio drástico, al punto de querer saber más. Encontrar algo que realmente te puede hacer feliz es un principio que pocos pueden conseguir pero que vale la pena intentar.

[Capítulo 3] No está mi cansado.

“Yo, ¿dónde me encuentro ahora” *

Aunque la meta por cumplir aquello que me gusta aún está muy lejano, sin bases, estudios o fundamentos que me sustenten, solo el simple hecho del saber que es lo que quiero es un gran paso, por eso cuando uno tiene el verdadero propósito por el que ha nacido, ¿qué es lo que queda hacer ahora?


Informarse, por qué la vida no te arrojará la oportunidad así como así, saber que el doblaje no es solo hablar por hablar solamente, si no más bien el impregnar todas aquellas emociones y sentimientos, tanto que parezca que tú voz es la que le otorga vida al personaje que interpretas, que se natural.


Motivación para hacer lo que te gusta, por ejemplo, saber que una de las voces más icónicas del doblaje actual es Mario Castañeda quien dobla al español la voz de Goku de Dragón Ball hasta la fecha,, o la persona que dobla a voz de Josh Nicols de Drake y Josh al español latino e igual el doblaje de Krilin de Dragón Ball quien es Eduardo Garza, los cuales crecieron con muchas generaciones que ahora reconocen su gran trabajo e ímpetu; entendiendo al mismo tiempo que el camino no será para nada fácil pero que si será emocionante, mientras aprendemos cosas nuevas.

[Capítulo 4] No es un dios.

“Tal vez él sea un genio y yo sea solo una persona normal, sin nada especial. No puedo convertirme en un genio. Solo mejoraré según mi esfuerzo. Entonces… Me esforzaré tanto que no se note la diferencia entre un genio y yo.” *

Objetivamente, me estoy preparando mucho para lograr todo aquello que quiero en 5 años, como por ejemplo, académicamente tratando de obtener mejores notas aún si me tengo que desvelar o sacrificar ciertas cosas para obtener el resultado que espero de todo esto y lograr entrar en una universidad de actuación, mientras que personalmente, observo vídeos sobre el doblaje y ejercicios que puedo realizar por mi misma para mejorar.


Asistir a cursos y conferencias también forma parte de lo que básicamente será un actor o actriz de voz, ya que aunque existan personas con el don de tener un fuerte o adherible sonido vocal, el esfuerzo es lo que al final decidirá quien se encuentra mejor capacitado para el puesto.

Finalmente, cabe destacar que la existencia por si misma es difícil, pero quiero cumplir mi sueño, Ideal o lo que mejor definición reciba, por muy abstracto que parezca y sin algo realmente establecido ni planeado, quiero ser aunque sea un poco feliz por la decisión que estoy tomando.


En este momento espero que no solo todo esto que estoy escribiendo me llegue a mi, sino también al lector que logró quedarse hasta el final esperando leer mis últimas palabras al respecto, así que por todo… Gracias.

Concurso de Dibujo y Pintura (CDMX)

Desde el 2011, Fundación ESRU realiza un concurso de dibujo y pintura dirigido a jóvenes de entre 12 y 20 años en situación de riesgo que habitan en la Ciudad de México. La convocatoria se lleva a cabo en coordinación con otras Organizaciones de la Sociedad Civil cuyo trabajo se especializa en este sector de la población.

A través de este concurso se busca promover el interés y desarrollo de habilidades artísticas en los niños y jóvenes, las cuales les permitirán fortalecer distintas formas de convivencia y expresión.

Debido a la gran respuesta y alta participación de los jóvenes, Fundación ESRU decidió ampliar su convocatoria para que cada vez más adolescentes que se encuentran en distintas instituciones y con diferentes situaciones de vulnerabilidad tengan la oportunidad de participar. En 2017 el concurso se llevó a cabo con la participación de siete instituciones cuya misión es mejorar la calidad educativa y de vida de niños y jóvenes en riesgo social; además, Fundación ESRU ha incluido un sector no considerado anteriormente en los concursos: los niños y niñas con alguna discapacidad física y/o mental.

Dibujos ganadores:

2011: Cristina Guadalupe Lujan, Iris Hernández, Eduardo Rodríguez, David Ruíz, César Gómez, Lucero Núñez.

2013: Mónica Celeste Sandoval, Edgar Pineda Falcón, Moisés Josué Valdovinos, César Eduardo Gómez, Miguel Ángel Arellano, Ricardo Martínez.

2014: Moisés Josué Valdovinos, Montserrat Geovenile Agraz, Edgar Pineda Falcón, Ivonne Hernández.

2015: Guadalupe Viridiana Ordaz Gómez, Andrea Calderón, Hugo Jonathan Lasso, Nancy Saldívar, Edgar Pineda, Evelyn Zamora.

2016: Ariadna Cortes Trejo, María Fernanda Vilchis Infante, Yanelli Saldívar, Karina Mayte Jiménez.

2017: Ariadna Cortes Trejo, Tania Alexandra Cervantes Tapia, Guadalupe Viridiana Ordaz Gómez, Brenda Hernández Aceves, América Jiménez Soto, Saulo Valenzuela Gálvez, Gael Juárez Ramírez, Amelia González Valdez, Ebany Roberto Bautista Sánchez.

2019: Susana Juárez de Luna, Ariadna Monserrat Vega Ramírez, Sofía Saldaña, Rodrigo Hernández, Kevin Ramírez Segundo, Elisa García Arenas, Valeria Unna González, Ángela Naomi Flores Rodríguez, Zeus Padilla Villagrán, Porfirio Morales, Ana Sofía Armenta Sánchez, Odell Nieves, María Cristina del Rosario López, Karen Paola Jiménez Pinedo, Daniel Rojas López.

2020: Daniel Díaz, Ruth Pablo, Gael Pérez, Gabriela Melo, Mauricio, Adriana Lima, Edith Velázco, Luis Moreno, Ángel Maldonado, Danya Gerrero, Joshua Mondragón, Bryan Carbajal, Meredith Morán, Julieta Hernández, Melanie Santiago

2021: Karla Lizeth Martínez Castillo, Sebastián Medina Romero, Sofía Elena Rojas, Briselda Aiko Ortega, Diego Hernán Moreno Nava, Danya Ximena Guerrero Vital, Marina López Joaquín, Joshua Alanis Mondragón, Frida Montoya Ramírez, Michel André Moreno Nava, José de Jesús Gálvez López, Guadalupe Viridiana Ordaz Gómez, Diana Vivanco Pérez, Tanya Berenice Chalacha García, José Antonio Rodríguez Morales, Gael Pérez Lazcano, Yareli Díaz Mondragón, Sonia Bárbara Álvarez Soriano, Daniel Díaz González, Iván de Jesús López Lujano, Eduardo Zamora Pérez, José Mauricio Ramírez Jurado, Roberto Carlos Pérez Mendoza y Miguel Ángel Delgado.

2022: Dulce María Solís, Jordana Cortez Gonzáles, Esteban Santiago Martínez, Kimberly Sofía Sánchez, Diego Hernán Moreno Nava, Constanza Kasmir Aguirre Ortíz, Brayan Bernal Paz, Julieta Lara Ortíz, Michel André Moreno Nava, Tabata Castillo Legorreta, Andrea Rodríguez Medina, Ángela Quiroz Hernández, Julieta Forfanel Vargas, Oliver Jonathan Gález Vargas, Bryan Ramón Enríquez Rodríguez, Tristán Gael Ramírez Cruz Blanca, Luis Alexis, Jimena García Roblez, Eder Alejandro Ruíz, Miranda Fernández González y José Mauricio Ramírez Jurado.

2023: Lía Jhoanny Vázquez Zaldivar, Ian Santiago Nava Morales, Luna Tamayo García, Luz Moreno Mondragón, Diego Hernán Moreno Nava, Estrella Ariadne Sánchez Aguilar, Amy Yanellie Ramírez Lucio, Axel Jesús Moncada Puebla, Ana Sofía Miramontes Solís, Michel André Moreno Nava, Jair Roberto Patiño Espinosa, Maribel Granada, Altaír Mora García, Oliver Jonathan Gález Vargas, Mía Valentina Hernández de la O, Ulises Molina, Derek Jayden Miranda Macias y Zyanya Sánchez Sánchez.

Ver fotos
Concurso de maquetas de altar de muertos (Puebla)

En el año 2012 Fundación ESRU realizó un concurso de maquetas de altar de muertos en la Ciudad de Puebla, en el que se recibieron más de treinta maquetas en las que los niños mostraron su propio mini altar de muertos. El objetivo de este concurso fue promover la creatividad en niños de nivel primaria y secundaria.

ESRU realizó una exposición con los veinte mejores trabajos y entregó una bicicleta a los dos primeros lugares de cada categoría.

Ganadores: Alfonso Orta Perea y Ana Gabriela Berrio Becerra

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Concurso de Catrinas La huesuda ambiental (CDMX)

El pasado mes de octubre lanzamos la convocatoria del concurso de Catrinas La huesuda ambiental. En ella, invitamos a estudiantes de nivel Primaria y Secundaria a participar con la elaboración de una Catrina hecha con material reciclado.

La respuesta que obtuvimos fue excelente: recibimos más de 100 Catrinas de diferentes escuelas del estado de Puebla. En cada una de ellas se reflejó la mirada personal de cada estudiante, pero también se consolidaron elementos comunes que nos unen e identifican como mexicanos: el color, el humor y la creatividad.

El día viernes 28 de octubre 2016, realizamos la premiación de los ganadores y dimos por inaugurada la exposición de Catrinas 2016.

A través de estos proyectos Fundación ESRU no sólo estimula el desarrollo de la creatividad, sino también vivifica las tradiciones mexicanas de tal forma que las reflexionemos y conectemos con la actualidad que vivimos.

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Concurso Un Mundo en Silencio

En el 2008 se convocó a jóvenes universitarios, estudiantes de la carrera de comunicación, cine u otras profesiones relacionadas, a hacer un vídeo de 4 minutos que mostrara cómo es la vida de personas con discapacidad auditiva. Los ganadores de los primeros tres lugares obtuvieron como premios una cámara digital, una laptop y un iPod, respectivamente.

Ganadores: Armado Avilez Allende, Víctor Martínez y Francisco Tomioka

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Texto ganador

Tehuacán Puebla, 25 de febrero de 2005.

A un caballero andante.

Qué gusto poder saludarlo sé que está muy ocupado luchando por todas partes contra los hombres malos pero yo sé que les va a ganar a todos.

Quiero que sepa que estoy muy contenta porque en mi escuela, todas las maestras están leyendo a sus niños el libro de Don Quijote de la Mancha; se trata de un caballero andante como usted que le gustaba mucho leer libros de historias de caballerí­a y soñaba con armaduras, magia y aventuras.

Empezó por llamarse Don Quijote de la Mancha, después la gente lo llamaba el caballero de la Triste Figura.

Es un señor cincuentón, alto y flaco, tiene un caballo más flaco que un palo que se llama Rocinante. Me los imagino cabalgando por las calles de Tehuacán y sé que Rocinante se asustará con tantos coches y combis que hay aquí­.

¡Ah!, pero Don Quijote no anda solo lo acompaña su fiel escudero y servidor Sancho Panza, un señor gordo con una gran panza y un burro rebuznón. Forman una pareja de locos aventureros.

Don Quijote quería ser famoso y muy importante, y le prometió a Sancho Panza que sería gobernador de una isla si lo acompañaba en sus aventuras.

Don Quijote tenía una novia llamada Dulcinea del Toboso, era una pastorcita, pero para él era la más hermosa dama.

Don Quijote era un caballero muy valiente que luchaba contra gigantes, molino, leones, barcos encantados y el malvado mago Frestón.

Yo creo que Frestón aún existe y es el que hace que los niños nos portemos mal y hagamos travesuras, que las mamás griten y regañen y las maestras se enojen. Pero por eso le mando esta carta señor caballero para que usted acabe con el mago Frestón.

También me gustaría que un caballero andante como usted visitara a los niños de mi escuela y nos contara de los viajes que ha hecho así­ como las bonitas aventuras de Don Quijote.

Algo muy importante que quiero decirle es que a mí­ también me gusta mucho leer cuentos, mi favorito es El Gigante Egoísta, en otra carta se lo contaré.

Bueno me despido, espero que conteste mi cartita muy pronto.

Mitzy Nurit Tobín Zamora.

La magia del Quijote (Puebla)

Con el fin de impulsar el desarrollo de la lecto-escritura en los sectores menos favorecidos del país, Fundación ESRU convocó en el año 2005, en conjunto con la Secretaria de Educación Pública del Estado de Puebla y la Asociación Civil Contracorriente, al concurso La magia de Don Quijote de la Mancha. La invitación fue lanzada en escuelas públicas de nivel primaria del estado de Puebla. Los participantes escribieron una narración sobre su experiencia en la lectura de Don Quijote, para leer en voz alta.

El ganador de este concurso fue premiado con un viaje a España.

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Texto ganador

Tehuacán Puebla, 25 de febrero de 2005.

A un caballero andante.

Qué gusto poder saludarlo sé que está muy ocupado luchando por todas partes contra los hombres malos pero yo sé que les va a ganar a todos.

Quiero que sepa que estoy muy contenta porque en mi escuela, todas las maestras están leyendo a sus niños el libro de Don Quijote de la Mancha; se trata de un caballero andante como usted que le gustaba mucho leer libros de historias de caballerí­a y soñaba con armaduras, magia y aventuras.

Empezó por llamarse Don Quijote de la Mancha, después la gente lo llamaba el caballero de la Triste Figura.

Es un señor cincuentón, alto y flaco, tiene un caballo más flaco que un palo que se llama Rocinante. Me los imagino cabalgando por las calles de Tehuacán y sé que Rocinante se asustará con tantos coches y combis que hay aquí­.

¡Ah!, pero Don Quijote no anda solo lo acompaña su fiel escudero y servidor Sancho Panza, un señor gordo con una gran panza y un burro rebuznón. Forman una pareja de locos aventureros.

Don Quijote quería ser famoso y muy importante, y le prometió a Sancho Panza que sería gobernador de una isla si lo acompañaba en sus aventuras.

Don Quijote tenía una novia llamada Dulcinea del Toboso, era una pastorcita, pero para él era la más hermosa dama.

Don Quijote era un caballero muy valiente que luchaba contra gigantes, molino, leones, barcos encantados y el malvado mago Frestón.

Yo creo que Frestón aún existe y es el que hace que los niños nos portemos mal y hagamos travesuras, que las mamás griten y regañen y las maestras se enojen. Pero por eso le mando esta carta señor caballero para que usted acabe con el mago Frestón.

También me gustaría que un caballero andante como usted visitara a los niños de mi escuela y nos contara de los viajes que ha hecho así­ como las bonitas aventuras de Don Quijote.

Algo muy importante que quiero decirle es que a mí­ también me gusta mucho leer cuentos, mi favorito es El Gigante Egoísta, en otra carta se lo contaré.

Bueno me despido, espero que conteste mi cartita muy pronto.

Mitzy Nurit Tobín Zamora.

Tu muerte (Puebla)

En el año 2011, Fundación ESRU realizó el concurso de fotografía titulado Tu muerte. El objetivo de este concurso fue promover, a través del arte, la creatividad y la reflexión alrededor de la muerte en estudiantes de nivel superior. Se recibieron más de cien fotografías, en las que los participantes compartieron su visión personal sobre el tema de la muerte.

Fundación ESRU realizó una exposición con los veinte mejores trabajos y entregó laptops y dinero en efectivo a los tres primeros lugares.

Ganadores: Edgar Damián Córdova Morales, María del Mar Lara Limón, José Trinidad Sevilla López

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